«Me he atrevido alguna vez a cantar un poco en euskera»

– Nominada a un Grammy latino, Premio Nacional de Músicas Actuales y hasta pregonera de la feria de Albacete, ¿qué objetivos se marca este curso?

– Llevo unos años chulos en lo profesional. Este disco nos ha traído muchos reconocimientos. El pregón quizá ha sido lo más grande (Ríe). Ahora toca terminar la gira aquí en España para irnos a Latinoamérica. Hace como cuatro años que no vuelvo allí por la pandemia. Estamos con todos los preparativos. Queremos que sea una forma de celebrar el décimo aniversario de mi primer disco. Después de eso también estoy preparando una celebración de ese cumpleaños para mi país en forma musical y espero que emocione mucho porque hay un cariño a diferentes rincones de la península.

– Y entre destino y destino, ¿cómo encuentra tiempo para dedicarse a usted?

– Ya ni me acuerdo de cuando cogí vacaciones. Creo que las últimas fueron en verano de 2020 porque no me quedaba otra. Pero estos últimos meses el tiempo libre ha sido para recuperar fuerzas en la sierra de Madrid. Paseando a mis animales, dedicándole tiempo a la huerta y a cocinar y hacer conservas. Esas cosas que hacen las señoras mayores. (Ríe)

– Ahora viene a Vitoria. ¿Qué le cuentan de la ciudad?

– Hemos estado varias veces y todas han sido muy emocionantes. Me siento muy ligada al País Vasco. Con esta gira hemos estado en Bilbao, en San Sebastián y nos faltaba Vitoria. Y pese a que está esa cultura vasca, es cierto que cada ciudad tiene una personalidad diferente. Te lo dice alguien que es capaz de notar la diferencia hasta entre Albacete y Ciudad Real. (Ríe) En cualquier caso, en los tres casos me he sentido muy en casa y, fíjate, hasta me he atrevido a cantar en euskera. Para mi es una muestra de respeto y de amor a vuestra cultura. Para acercarme y comprenderla.

– ¿Y siente que conecta con el público? ¿Es un tópico eso de que al vasco no le gusta la música del Sur?

– Pues mira hemos bromeado en la gira con que los albaceteños somos los vascos del centro. Hay gente del equipo que es vasca y veíamos entre nosotros muchas similitudes. Puede ser que de primeras en el Norte no haya tanta euforia como en el Sur, pero también es cierto, y lo hemos comprobado, que una vez que te conoces, la relación es para siempre. Además, prefiero ver más las similitudes que las diferencias, por ejemplo, las encuentro en el folklore. Yo, que vengo de la música más tradicional, veo muchas similitudes.

– En Vitoria en La Blanca lo que triunfó más fue Quevedo. ¿Le gusta también esa música?

– A mí hay muchas cosas de este tipo de música que me encantan. Me gusta encontrar sonidos nuevos en Bizarrap, Rosalía o C Tangana. En ese sentido, no soy nada radical. Evidentemente gusto más de la canción de autor, pero también me encanta el punk y el rock. Todo me aporta algo. Y, por supuesto, 'Quédate' me lo he bailado a tope. Aunque haya frases que no sé lo que dicen. (Ríe) En esos momentos estamos a bailar, no a profundizar.

– Todo lo contrario que sus temas. El último, sin ir más lejos, trata el suicidio.

– Soy psicóloga de formación y creo que se ha tardado en escribir de esto. Por otra parte, sí que me piden escribir de minorías por mi tipo de música, de problemas y enfermedades. Pero yo luego soy muy libre, porque hasta que no lo vivo de cerca o lo siento de verdad, me cuesta. Ahora se podría escribir de tantas cosas que están pasando...

– ¿Hay alguna que le preocupe especialmente?

– Me preocupa mucho el tema medioambiental. Es la base de todo. No puedo creer que haya gente que lo niegue. ¿Cuántas muertes ha habido por las olas de calor? El tema de los incendios, la sequía. Luego está la guerra, la inflación... Creo que tengo que descansar un poco más a veces para luego volver a abrir los ojos y escribir sobre lo que veo.