Asaltan el chalé de una pareja de ertzainas en Vitoria y se llevan tres pistolas y joyas
Buscan a los ladrones, probablemente una banda organizada. Causaron graves destrozos en la casa y forzaron el armero para llevarse el peligroso botín
Los ladrones de pisos que tantos festines se dan por Álava ya no respetan ni a los policías. Hace un par de días, al ... aprovechar que sus inquilinos estaban en el hospital por la grave dolencia de uno de ellos, asaltaron un chalé enclavado en un nuevo barrio de Vitoria. No dejaron títere con cabeza. Se llevaron dinero, joyas y –lo más importante– tres pistolas. Los propietarios del inmueble son una pareja de ertzainas.
Desde que se produjo la denuncia, la Ertzaintza y otros cuerpos como la Policía Local han redoblado esfuerzos por interceptar a los autores. Se cree que forman parte de una banda itinerante. Por si acaso, se peinaron todas las calles adyacentes a la casa por si se hubieran desembarazado de las armas de fuego. No fue así.
Estos asaltantes destrozaron el robusto armero que escondía las armas de fuego. Se trata, deslizan fuentes de la investigación, «de una pistola de 9 milímetros, un revólver y otra de avancarga (de época)». También salieron con una caja de munición y varios cartuchos. Los objetos robados no son las armas reglamentarias para el trabajo diario, sino de uso particular.
El chalé atacado se ubica en un barrio nuevo de la capital alavesa. Aunque cuenta con alarma, o ésta no se activó o fue desconectada de manera previa. En todo caso, se cree que se trataría de ladrones de pisos convencionales, que dieron con este botín inesperado y lo añadieron a sus sacas. También arramblaron con dinero en metálico y joyas.
Aprovecharon la grave enfermedad de uno de los dueños para colarse en la propiedad vacía. Al cierre de esta edición, nada había aparecido aún. En lo que va de mes, una veintena de casas unifamiliares han sido asaltadas a lo largo y ancho de toda la provincia. «Los agentes que vinieron me dijeron que dejara la luz encendida para disuadir a los cacos», cuenta una víctima de esta nueva oleada.
El precedente de Garaio
A pesar de la alerta policial por la singularidad del género robado, existen otros precedentes en Álava. Hace unos años, a un policía local le hurtaron del coche su pistola personal. No obstante, el caso más llamativo tuvo lugar a mediados de agosto de 2015. Desconocidos se llevaron una pistola y una placa de una furgoneta de la Policía autonómica en la zona de las playas de Garaio.
El ladrón o ladrones entraron a uno de los vehículos durante unos ejercicios operativos, cerca del embalse, de una unidad en prácticas. Jamás volvió a saberse nada más de este botín.
«Colocar una pistola o un revólver en el mercado negro no es fácil, pero tampoco demasiado complicado si uno cuenta con los contactos apropiados», reconocen desde la comisaría de Portal de Foronda. Ese parece el destino más lógico para, al menos, la pistola y el revólver en paradero desconocido.
Ser sorprendido con un arma de fuego, y más si es robada, está castigado en el Código Penal con fuertes penas de cárcel.
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