Arrestan a un agresor sexual, preso en la cárcel vasca de Zaballa, por colarse en un chat de menores
La familia de un adolescente de Treviño denunció «insinuaciones» íntimas de este interno, detenido por la Guardia Civil tras regresar de un permiso
Un preso en tercer grado de la prisión alavesa de Zaballa, quien cumple condena por «agresión sexual a menor de 16 años», fue detenido la ... semana pasada a la vuelta de un permiso. Efectivos de la Guardia Civil se presentaron en las instalaciones penitenciarias con una orden de arresto emitida por un juzgado de Miranda de Ebro.
Según ha sabido este periódico de medios policiales, el mandato respondía a una denuncia presentada por la familia de un adolescente, vecinos del Condado de Treviño. Sus progenitores descubrieron que el sospechoso, un treintañero, había entrado en un chat de whatsapp donde el resto de integrantes son menores de edad.
La posterior investigación detectó que este hombre presuntamente ofreció «dinero» y lanzó «insinuaciones de carácter sexual» a alguno de los integrantes de ese canal de mensajería móvil. Con esos mimbres, la responsable del juzgado de la localidad burgalesa decretó su localización y detención.
Está acusado de ofrecer «dinero» y hacer «insinuaciones» sexuales a los miembros del canal privado
Ésta se completó hace ahora una semana, justo cuando el sospechoso retornó al centro penitenciario de Álava, el más grande del País Vasco, tras disfrutar de siete días de libertad. Se da la circunstancia de que está preso por otro delito sexual.
Cumple una condena «larga» cuya primera etapa cubrió lejos del País Vasco. Sin embargo, hace unos meses, el Gobierno central solicitó al Gobierno vasco su traslado a Álava por cuestiones familiares. Sus parientes viven a caballo entre Vitoria y el Condado de Treviño y una de ellos padece una enfermedad severa. Por eso, tras la captura en Zaballa, se sucedieron dos registros en domicilios de ambas ubicaciones en busca de evidencias que incorporar al expediente judicial.
A diferencia de otras solicitudes, se aceptó su incorporación al penal alavés debido a la dolencia de esa familiar directa. Pero también porque se encontraba en el tramo final de su pena. En ese contexto ingresó en régimen de tercer grado, una semilibertad que permite al agraciado hacer vida fuera y regresar sólo para dormir. En su caso tenía un puesto en una ONG.
El asunto es que este hombre aprovechó sus ratos libres lejos de la lupa del personal del Departamento vasco de Justicia para ganarse la confianza de los menores y entrar en uno de sus chats. Una vez infiltrado habría intentado encuentros íntimos con alguno de los miembros del canal.
Pierde los privilegios
Tras pasar dos noches en la Comandancia de la Guardia Civil en Sansomendi, el pasado viernes fue puesto a disposición del juzgado instructor, en Miranda de Ebro, donde se decretó su prisión preventiva. En consecuencia «le fue retirado el tercer grado», informan desde el Departamento vasco de Justicia.
Mientras avance esta investigación, y debido a su reincidencia, perderá los privilegios conseguidos. De no haber sido detenido hubiera recuperado la libertad «en noviembre».
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