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Una enfermera de la OSI Araba inyecta la vacuna de la gripe a un vitoriano en los despachos habilitados en el pabellón Iradier Arena. JESÚS ANDRADE

1.600 alaveses acuden a ponerse la vacuna de la gripe en el primer día de la campaña más atípica

Cabinas, carpas, biombos, circuitos e hidrogel hacen más segura la visita a los 50 espacios habilitados en este año de crisis

Martes, 13 de octubre 2020, 11:20

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La seguridad del paciente es lo primero. Esta es la frase que no se cansan de repetir una y otra los equipos de enfermería de los centros de salud y consultorios de toda Álava desplazados desde este martes al medio centenar de espacios que han sido reconvertidos en puntos de vacunación de la gripe. Cerca de 1.600 alaveses de riesgo acudieron ya a la llamada de Osakidetza y fueron los primeros en inmunizarse contra cuatro cepas del virus de la influenza o gripe, dos del grupo A y dos del B. Recibieron su dosis en carpas, cabinas desmontables, locales adaptados, entre biombos y tras recorrer circuitos de entrada y salida, lavarse las manos con hidrogel y llevar mascarilla homologada. En este año de pandemia y por primera vez en la historia de esta vacuna, los centros de salud alaveses se quedan un poco al margen en estas tres primeras semanas de la campaña, las más fuertes, y se utilizan espacios municipales 'limpios' a fin para reforzar la seguridad de las consultas y evitar colas y colapsos.

Así que edificios como el Iradier Arena, los centros cívicos Lakua, Abetxuko e Iparralde, locales de los clubes de socioculturales de El Pilar y San Martín o carpas como la de Murgia pagada por el Ayuntamiento de Zuia recibieron la inusual visita de cientos de personas mayores de 65 años o con enfermedades crónicas. Osakidetza quiere inmunizar contra este virus invernal a los 76.000 alaveses que forman parte de los considerados grupo de riesgo a los que este año se suman las personas con hipertensión y las mujeres que acaben de dar a luz.

La campaña de 2020 ha sido considerada como «una de las más necesarias» de las últimas décadas debido a la Covid-19. Si los picos de la gripe ya de por sí saturan urgencias y camas de hospital, su coexistencia con el nuevo coronavirus puede ser fatal para los enfermos y para el sistema. Los médicos se preguntan qué efectos puede tener en una persona estar infectada de los dos virus a la vez. Para uno, al menos hay ya vacuna disponible y gratuita.

El 60% siempre se vacuna

Los alaveses de riesgo son fieles a esta cita anual con la jeringuilla y la tasa de cobertura de Álava, que roza el 60%, es una de las más altas del Estado, pero el Servicio Vasco de Salud este año busca llegar a más personas. Así que además de comprar un 30%m e vacunas –55.000 sólo para Vitoria– no ha dejado lugar a la improvisación y a los olvidos. Los pacientes no tienen que ir a su centro de salud a pedir cita, el sistema ya les ha hecho llegar por carta, teléfono o SMS información con la hora y el lugar al que pueden acudir a vacunarse si lo desean. Sólo los niños y personas que tenía que acudir a su centro de salud para controles como los de anticoagulación serán inmunizados en su consulta.

Ignacio Tamayo Loza, 87 años

«Desde los 65 no he pillado nuncala gripe»

Tres hijos y 4 nietos dan fe de lo bien que está este hombre que vive solo con 87 años y que quería ser de los primeros. «Me vacuno desde que tenía 65 años y no he pillado la gripe nunca».

Justina Rodríguez, 75 años

«Es mejor pronto que luego si lo dejas...»

Justina y su marido Aurelio Pedraza son de los que no dejan para mañana lo que pueden hacer hoy. «Venimos a vacunarnos siempre al principio, es mejor pronto que si luego lo dejas...».

Jesús Carretero, 63 años

«Me vacuno desde hace 33 años por riesgo»

Diabetes e hipertensión. Jesús Carretero no se la juega con la gripe. «Me vacuno desde hace 33 años», afirma. Ayer fue a la plaza de toros y encontró todo «rápido» y «seguro».

Rosa María Barquín, 73 años

«Veo bien lo que sea beneficio para la gente»

Rosa cuidó a su hijo con coronavirus en marzo y ambos salieron bien. Es un año «durísimo», dice esta mujer. «Yo veo bien todo lo que sea beneficio para la gente como esta vacuna».

Francisco Barbero, 53 años

«Este año me vacuno como más motivo»

A él dos infartos y a su pareja, Eugenia Colomé, la diabetes. Son personas de riesgo pese a su juventud. «Este año nos vacunamos con más motivo», dice Francisco, mirando para la Covid.

Si en estas tres semanas, la poblacion diana responde como en la primera jornada, es posible que Osakidetza pueda batir su récord. Muchas de las personas que decidieron ser las primeras en recibir el pinchazo ni siquiera habían esperado a que les llamaran del centro del salud. La pasada semana se habían personado ellas mismas en los mostradores de admisión y luego hubo a quienes les citaron hasta tres veces, como a algunos pacientes del centro de salud de San Martín con los que hubo alguna confusión achacable a «un error informático». Pero salvo anécdotas, a los pacientes la nueva fórmula de vacunación les pareció «muy rápida y sin aglomeraciones».

Aiara Calvente, una de las enfermeras encargadas de poner vacunas en el pabellón Iradier Arena, el multitusos que ahora será escenario de vacunación par los pacientes de cinco centros de salud, reconoció que algunos podrían no querer salir de casa por miedo a contagiarse de la Covid.19 y quiso tranquilizarles. «No va a haber ningún problema, su seguridad está garantizada», animó a los reticentes.

«Tengo 87 años y vengo de Aranbizkarra; todo ha ido de maravilla»

La plaza de toros de Vitoria, el pabellón multiusos Iradier Arena, tiene una enfermería equipada para atender cornadas. Ayer estaba cerrada. Para poner las banderillas antigripales, a las enfermeras de la OSI Araba les bastan cuatro cabinas desmontables, ordenadores y wifi para acceder al historial clinico digital (lo más complejo), una camilla y un botiquín para emergencias y unos acumuladores donde guardar las más de 500 dosis que pondrán cada día sin que se rompa la cadena de frío. Así se dispuso todo ayer en el mayor punto de vacunacion que funcionará hasta el 31 de octubre en Vitoria. Al Iradier Arena acudieron ayer pacientes de Olaguíbel, Aranbizkarra Iy II, Olárizu y Salburua a ponerse la vacuna contra la gripe. Solos, en pareja, con amigos o acompañados de algún hijo. De 70, 80 y más de 90 años y un relato compartido: pasaron miedo en la primera oleada del coronavirus y ahora salen «muy poco» para intentar torear de nuevo a este miura de los virus

Justina Rodríguez, de 75 años, y Aurelio Pedraza, de 76, fueron de los primeros en recibir su dosis protectora gracias a la previsión de ella. «Yo soy quien pide la vacuna», apunta. Todos los años van a visitar a su enfermera de Arana (Aranbizkarra I) y creen que gracias a ello de momento la gripe les ha pasado de largo. Con dos mascarillas homologadas y los brazos algo doloridos salió la pareja tranquila. «Yo creo que aquí esto ha mejorado» señaló Aurelio, en alusión a las medidas de seguridad que vio en la plaza de toros. Pasaron tres meses sin salir de casa y sin ver a sus 5 hijos y a sus 5 nietos y rezan para pasar un «invierno tranquilo».

Lo mismo desea Rosa Barquín, de 73 años, que ni quiere gripe ni quiere el coronavirus del que ya se libró en marzo, cuando cuidó a su hijo contagiado y se pasó los días pegada al desinfectante. «Todo lo que se organice en beneficio de la gente como esto de la vacuna me parece muy bien. Y luego que el resto sea respetuoso, que ya he visto yo por ahí a algunos sin mascarilla...»

Desde luego que no a Ignacio Tamayo Loza, descendiente de un saga de famosos cordeleros vitorianos. «¿Sabe usted cuál esla fuente de Los Patos? Pues ahí estaba la campa de los sogueros». Con 87 años llegó solo y puntual a su cita con la vacuna. «Desde el ambulatorio de Aranbizkarra me he venido aquí. Y ha ido muy bien, de maravilla». Cocina, plancha y hasta canta si hace falta, bromea y agradece a sus tres hijos que le llevaran las compras aquellos días de encierro. «Antes iba a tomar un café, ahora ya ni eso».

El récord de vacunas contra la gripe asimiladas en un mismo cuerpo lo batió ayer Jesús Carretero, a quien una enfermedad de base le ha hecho protegerse contra el virus desde hace 33 años. Tiene 63 y la organización de esta vacuna le ha parecido «más rápida que en Olaguíbel», su centro de salud de referencia. Su preocupación ahora son sus hijos, uno de ellos, trabajador de servicios esenciales.

Son escenas que también se vivieron en Llodio, informa Marta Peciña. El ambulatorio vacuna por la tarde para evitar «mezclas». Una de las primeras en recibir la dosis fue Emilia, de 85 años. «He venido corriendo. Quería que fuera el primer día porque tengo mucho miedo al coronavirus».

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