Aplausos, abrazos y bengalas en la vuelta al trabajo de los jardineros de Vitoria: «Hemos ganado»
Empezarán a segar los parques con la hierba más alta, los espacios naturalizados de los colegios y los complejos deportivos de Mendizorroza y Gamarra
Entre aplausos y botes de humos. Así ha sido la vuelta al trabajo de los jardineros de Vitoria tras 197 días de huelga y ... un tortuoso proceso negociador para mejorar sus condiciones laborales. Las segadoras tomaron de nuevo las zonas verdes de la ciudad, totalmente asilvestradas, y se preparan para afrontar una tarea titánica por delante que consistirá en revertir esa la falta de cuidados sufrida durante más de medio año de paros. En todo ese periodo, el mantenimiento se ha limitado al corte de la vegetación en las zonas concretas marcadas por los servicios mínimos. En definitiva, lo estrictamente necesario para evitar algunas situaciones potencialmente peligrosas como la vegetación en rotondas y algún cruce.
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A las 6.15 horas de este jueves, todavía noche cerrada, todo comenzó a cambiar para este colectivo de 80 trabajadores. El portón de Enviser en su sede de la calle Eibar abrió de nuevo. Poco a poco, un goteo de empleados de la empresa fueron reencontrándose con una rutina que llevaban más de seis meses sin cumplir. «¡Qué raro es esto!» o «es como la vuelta al 'cole'», fueron los primeros intercambios entre los más madrugadores. Incluso hubo a quien se le pegaron las sábanas y apareció con casi media hora de retraso. «¿Con ganas ya? Yo no he dormido nada de los nervios», comentaban otros. Abrazos, felicitaciones y mucha alegría reinaban antes de coger otra vez los bártulos.
Pero antes de la primera reunión de trabajo y la asignación de tareas, hubo un pequeño espacio para la celebración. Cuando no se habían cumplido las siete de la mañana la plantilla, familiares y representantes de los sindicatos festejaron lo que todos consideran un éxito: el acuerdo laboral que les permitirá, tras distintas subidas progresivas, ganar 5.000 euros más a la conclusión de 2028 y que «dignifica» sus salarios. Precisamente, en la pancarta que portaban se leía 'Geurea da garaipena' ('La victoria es nuestra'). Y para completar el recibimiento, botes de humo, bengalas y un pasillo humano para homenajear a este colectivo de trabajadores.
A las 7.47 horas, la primera segadora se lanzó de nuevo a la ciudad. A toda velocidad y haciendo sonar el claxon frente a los acompañantes que aguardaban este momento y vitoreaban cada salida. Mientras, otros operarios de Enviser procedían a retirar los carteles y pegatinas reivindicativas de su lucha pegadas en puertas y paredes de la empresa. «¡Hemos ganado!», remarcaban.
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La primera operativa de los jardineros se dirigió a las zonas que se encuentran en peor estado tras meses de abandono. Según explicaron a EL CORREO fuentes de Enviser, durante estos primeros días se van a centrar en parques con la hierba más alta, los espacios naturalizados de los colegios y los complejos deportivos de Mendizorroza y Gamarra. A estos últimos se les ha dado prioridad pese a que la campaña de piscinas de verano se cerró hace semanas. ¿El motivo? «Indicaciones de la propia empresa». Sin más explicaciones. «Va a ser un trabajo de meses», corroboraron desde la propia Enviser.
Familiares y sindicatos hicieron pasillo a la salida de las cortacéspedes
Precisamente, hacia el complejo de Gamarra partió raudo el mayor contingente de empleados. Máquinas, cortacéspedes, desbrozadoras y sopladores se desplegaron en torno a las piscinas. «Estamos muy contentos de volver después de meses muy duros», reflejaba Mouhcine Boujida mientras eliminaba las hierbas más altas en torno a las piletas.
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Segadora en mano, Félix Jiménez constataba que el trabajo «va a costar mucho más» por la altura de la hierba que impide el avance de las máquinas. Un problema que también sufrió Javi Iturrate, que tenía que bajarse de su máquina para desatascarla. «Y eso que la primera pasada la damos con las cuchillas a mayor altura», señalaba mientras sus compañeros se afanaban en la retirada de ramas caídas y hojas. En estas primeras siegas, los operarios se encuentran que lo que hay en algunos espacios verdes y parterres no solo son hierbas altas, sino plantas y zarzas con un tallo más grueso.
Calculan que los jardines podrían recuperar su estado para «primavera»
Precisamente, esta labor otoñal supondrá un esfuerzo destacado las próximas semanas. En La Florida «hay muchas hojas», aunque aquí se nota la intervención de los servicios mínimos y la hierba luce corta. En otros espacios, esperan que sea suficiente «con darle un par de vueltas de segado» y que para «primavera esté todo controlado». Otros expertos señalan que podrá pasar «hasta un año» para que los jardines recuperen su aspecto ordenado habitual.
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En el entorno de Michelin, las segadoras tomaron las medianas. Entre ellos se encontraba Gorka Pérez de Mendiola, que señalaba que «el arrope de la gente en la entrada» había supuesto un «estímulo anímico» para regresar al tajo y comenzar a «recuperar todo» a la mayor brevedad. A su juicio, la diferencia entre las zonas donde no se ha trabajado y el resto es notable. «Habrá que dar varias pasadas. No será cuestión de un día, sino de tener continuidad». Es el caso de los espacios naturalizados de colegios como los de Salburua y Errekabarri, a donde se destinó parte del operativo. Más allá de la maleza, la sequedad del terreno limitaba el avance de las máquinas. «Cuesta mucho porque se engancha la máquina», remarcaba Álvaro Arbosa.
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