«En Añana hubo dudas, ahora nadie discute que es maravilloso»

- Fue uno de los padres del 'Abierto por obras' de la Catedral que se ha exportado a otros monumentos, como a Santiago de Compostela.

- Sí. También hicimos convenios con la iglesia de San Lorenzo de Úbeda.

- Y se ha demostrado que es un modelo de éxito.

- Sí, sí. Las asociaciones europeas de conservación de catedrales se quedaron asombradas de cómo enseñábamos todo y dejábamos pasar al público.

- ¿Cómo surgió el método?

- Empezamos a trabajar así en Tobillas, cuando nos conocimos Agustín Azkarate, Leandro Cámara, Pablo Latorre y otros. La gente del pueblo nos venía a ver y los arqueólogos les explicaban los trabajos. Se dieron cuenta del atractivo que tenía. Empezó a desarrollarse sin denominarse 'Abierto por obras', pero nos vino muy bien para diseñar el plan director y el enfoque de cómo convertir la conservación de una iglesia en un programa de cultura.

- Las salinas de Añana eran poco más que unas ruinas y ahora son un atractivo turístico de primer orden.

- Era como un clavo en el corazón porque pasaba por allí todos los días y veía cómo el valle se deterioraba, pero había gente convencidísima de que aquello tenía que salvarse. En lugar de cerrar el valle para que la gente no se cayera lo rehabilitamos con dignidad y al final se aplicó el modelo de la Catedral al Valle Salado. Ahora nadie discute que aquello es maravilloso.

- ¿Al principio hubo dudas?

- Muchas dudas en todas partes. Se dio una cadena de coincidencias y sentido común con políticos que creyeron en el planteamiento y mucho entusiasmo de personas cercanas a los pueblos. En la Catedral empezamos con pocos medios por peligro de que se hundiera y pusimos pasarelas para que se pudiera ver la excavación. Ahí empezó el 'Abierto por obras', aunque nadie se acuerda quién inventó el lema.