Álava está en sus museos
Ana del Val
Domingo, 18 de mayo 2025, 00:07
Ya está aquí un nuevo 18 de mayo en el que celebramos el Día Internacional de los Museos. Es una iniciativa del Consejo Internacional de ... los Museos (ICOM) que, como todos los años y para todo el mundo, nos propone un tema de reflexión, esta vez sobre 'el futuro de los museos en comunidades en constante cambio'.
La razón de ser de un museo tiene que ver precisamente con la comunidad de la que surge y a la que sirve. Debe contemplarse en términos de relevancia social, por ello es muy adecuada la propuesta del ICOM para repensar su papel en la sociedad actual, cada vez más globalizada y mestiza culturalmente, sometida a unos profundos y rapidísimos cambios tecnológicos que ofertan todo un universo de información a la distancia de un clic.
Por ello, los museos siguen siendo una de las mejores cartas de presentación que puede tener cualquier comunidad. Los de Álava enseñan y proyectan de alguna forma la esencia de nuestro territorio y la de las personas que lo habitan ahora y que lo han habitado en el pasado. Quienes nos visitan nos podrán conocer mejor, y, también, nosotras mismas nos podremos ver reflejadas en ellos como en una suerte de espejo, a través del cual conocernos y reconocernos mejor.
Porque todas y cada una de las piezas y obras de arte que se guardan y conservan en nuestros museos nos cuentan una historia, grande o pequeña, pero siempre de interés. Así, por ejemplo, las rocas y los fósiles del Museo de Ciencias Naturales nos explican dónde vivimos y cómo la naturaleza da forma al entorno y al paisaje que forja nuestra forma de ser; la escultura de mármol de la Dama de Iruña, que nos acompaña en las colecciones forales desde su descubrimiento en 1854, nos cuenta desde el Museo de Arqueología-BIBAT un pasado de grandes civilizaciones ya acabadas, pero también nos recuerda que desde aquellos años las instituciones alavesas se han preocupado por el conocimiento de nuestra historia y por la conservación de nuestro patrimonio. ¿Cómo si no se explicaría la preservación para el bien común de los grandes cuadros de los conventos desamortizados en el siglo XIX, que la Diputación adquirió para evitar su pérdida, y que hoy permiten admirar en el Museo Diocesano de Arte Sacro magníficas obras de El Greco o de Ribera?
Acudamos a ellos, a los de los lugares a los que viajemos pero también a los nuestros, para conocernos mejor
Pero, además, otros museos nos recuerdan nuestro pasado más cercano, desde la efervescencia cultural de la Vitoria de fines del siglo XIX y comienzos del XX, que generó grandes artistas como Díaz Olano, Amárica o Uranga, por citar solo algunos de los más conocidos, cuyas obras se pueden apreciar en el Museo de Bellas Artes, junto a otras más recientes como el Tríptico de la Guerra, de Arteta, que evocan el final traumático que la guerra civil dio a aquel período. Y sin embargo, tras su final surgió la moderna sociedad alavesa y vitoriana, dinámica e industrial, que exportó a todos los hogares uno de sus emblemas más característico, el As de Oros de la baraja de Fournier, cuya historia se puede conocer en nuestro exclusivo Museo Fournier de Naipes-BIBAT. Pero en aquellos tiempos, además, surgieron corrientes y estilos artísticos mucho más atrevidos y rompedores, que respondieron a la 'modernidad' más absoluta, tal y como nos enseña Artium, que exhibe en sus salas una interesantísima colección de arte contemporáneo.
No podemos olvidar tampoco, el Museo de Armería de Álava, que este año celebra su 50 aniversario en su actual ubicación, junto al palacio de Ajuria Enea, ni otros museos de otras titularidades repartidos por Álava o en la propia Vitoria-Gasteiz, como el de los Faroles, también de celebración por su 25 cumpleaños. A todos ellos, y a todas las personas que lo hacen posible, ¡felicidades y larga vida!
Acudamos a los museos, a los de los lugares a los que viajemos para conocerlos mejor, pero también a los nuestros, para conocernos mejor. Nos ofrecen experiencias únicas que, casi sin querer, nos llenan de asombro, emoción, sorpresa, conocimiento e interés, como una lluvia fina que cala lentamente. Y saldremos de ellos mejores, más conscientes de lo que somos, y más felices y más satisfechos de vivir en Álava.
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