Amurrio, refugio de pastores

El oficio de pastor ha cambiado mucho. Ya no pasan meses en Sierra Salvada cuidando rebaños que podían quedar diezmados en una noche por los lobos, no tienen que arriesgar la vida para rescatar a las ovejas despeñadas por los barrancos con la ayuda de una cuerda y la solidaridad de sus compañeros. Sin embargo, sigue guardando un gran dosis de sacrificio, de esfuerzo diario, de preocupación y falta de descanso para que los rebaños salgan adelante, para que pasten plácidamente en las extensas campas ayalesas y mantengan viva una actividad que cada día más, corre el riesgo de desaparecer. En Ayala, los pastores se reivindican, y ayer, como todos los años, lo celebraron en el Artzain Eguna que se ha convertido en un escenario para mostrar los frutos de su trabajo diario.

La jornada permitió descubrir a las ovejas sasi ardi. «Son más rústicas. Van a su aire y se meten en sitios bastante inaccesibles, lo que ayuda a limpiar el monte», explicó ayer Macario Urruela, uno de los ganaderos que acudió a la feria. Junto a ellas, las mejores ovejas de control lechero. Son capaces de superar los 280 litros de leche en los 147 días que dura la temporada sin ningún problema.

Muy cerca, José Ramón Agiriano, desplegaba sus dotes didácticas para explicar, con la ayuda de Gorka Azurmendi, de la quesería Azkarra, de Galarreta, el método para elaborar el queso de Idiazabal, sus secretos para obtener el mejor sabor y los consejos sobre la mejor manera de disfrutarlo. Expertos en esas lides eran los ocho participantes en el concurso de quesos de pastor, que se quedó en casa. Ganó Larrabe, de Agiñiga, que también presentó las mejoras ovejas de la comarca en cuanto a producción de leche._El concurso popular de queso se lo llevó la quesería Olano, de Egino.

El Artzain Eguna siempre reserva un momento para homenajear a las personas que han dedicado su vida a este oficio. Ayer, el palmarés lo completaron José Luis Menoyo, de Larrabe; Paula Menoio, que llegó desde Ametzaga de Zuia y Goyo Otxoa de Zuazola, de Aspuru. Tras el emocionante recibimiento que protagonizó Aiara Dantza Taldea, recibieron el cariño de la organización y del público que asistió.

Como en cualquier buena fiesta vasca, no podía faltar la degustación del guiso de oveja que se encargó de preparar Boilur, que repartió nada menos que 600 raciones, y de los productos derivados de la oveja, el ardiki -una especie de chorizo- y gaztazaharra -una pasta de queso que se puede untar-.

En el parque, Ainara Gotxi e Iñaki San Juan, hicieron una demostración de esquileo, con tijera, con la que Ainara es una consumada maestra y con máquina eléctrica, más rápida, que manejó San Juan.

En la zona de puestos, la mañana estuvo animada con la venta de quesos, hortalizas y productos de caserío. No podía faltar el de Marian Mayo, con su aprendiz, Orzuri Ibaibarriaga, de Ondarroa, que mantienen viva la tradición de hilar la lana de ovejas para hacer calcetines, chalecos y jerseys con las que abrigar a los pastores durante las épocas más frías del año.