La ampliada cantera de fiestas de Vitoria
Ania Ibañez
Domingo, 3 de agosto 2025, 00:44
Blusas y neskas de nuevo cuño. Diez jóvenes vitorianos confiesan el impulso por disfrutar de La Blanca desde dentro de una cuadrilla.
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Priscilla Gonzáles Nekazariak
«Como vitoriana es un orgullo ser neska»
«El proceso ... para entrar ha sido bastante largo e inquietante», describe Priscilla Gonzáles (1995) sobre la inquietud que ha vivido desde que se apuntó a la cuadrilla Nekazariak en enero. Le dieron el sí en julio, poco antes del Día del Blusa y la Neska, teniendo que confeccionar el traje y el pañuelo con poco tiempo.
Pese a todo, dice que tanto ella como otra conocida son «afortunadas» por haberlo conseguido. «Hemos entrado gracias a otras amigas que ya están en la cuadrilla», resume. En parte, ellas eran una «razón importante» para escoger Nekazariak, pero también porque aspiraba a «disfrutar de las fiestas de una manera diferente».
Hasta ahora lo hacía «por la noche», yendo a los conciertos o saliendo por el centro, pero también le parecía «muy enriquecedor» participar en los actos que su cuadrilla celebra por las tardes. Algo que se ha cumplido en Santiago y que sólo le ha hecho estar «más motivada» para este martes. «También estoy un poco nerviosa», admite. «Es una responsabilidad, porque somos un elemento importante de entretenimiento, así que espero estar a la altura de las circunstancias». «Aun así, siendo vitoriana, es un orgullo ser neska en una cuadrilla», concluye la joven con una sincera sonrisa en su rostro.
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Paula Soto Basatiak
«Los nervios me duraron diez minutos»
Para Paula Soto (1998) entrar en la cuadrilla Basatiak, muy conocida por ganar la Carrera de Barricas anualmente, era una cuestión organizativa. «El año pasado, mi grupo de amigas estuvo dividido», explica. Algunas accedieron a una peña mientras otras optaron por no intentarlo y trabajar durante el mes de agosto. «Fue bastante lío intentar vernos en sus ratos libres», recuerda ahora.
Aun así, siempre le había llamado la atención la vida de neska «porque nunca he vivido las fiestas en ese ambiente». Por suerte, no tuvo problemas de hacerlo gracias a sus amigas. «En Basatiak se valora que conozcas gente que ya está tadentro».
Confiesa que vivió muy nerviosa los momentos previos a su estreno en el Día del Blusa y la Neska, pese a tener muchas ganas. «Al ser novata sentía que todos en la cuadrilla se conocen y son una piña», explica el motivo de su inquietud. «Me daba miedo sentirme fuera de lugar» entre tantos extraños.
Sus amigas la habían tranquilizado diciéndole que todos los integrantes son «majísimos» y que «te hacen sentir parte de la familia desde el primer momento». Algo que se cumplió. Los nervios le duraron «sólo los diez primeros minutos». Después recuerda disfrutar de la victoria de su cuadrilla en las barricas.
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Maialen Cano Hemengoak
«Conseguir entrar en una cuadrilla fue como respirar»
Cuatro años ha tardado Maialen Cano (2001) en conseguir la entrada en una cuadrilla de blusas y neskas junto a su hermana. «Hasta nos habíamos planteado irnos de vacaciones en estas fechas», comenta sobre la frustración de recibir una retahíla de negativas.
Esta vez, ni siquiera lo consiguió directamente, ya que primero entró en la lista de espera de Hemengoak, una de reciente creación que no es parte ni de Federación ni de Comisión. «Nos pusimos a tope con ellos, ofreciendo ayuda», explica la joven, «y cuando se salieron muchos por no tener paseíllos oficiales conseguimos entrar».
Maialen describe el momento en el que entró «como respirar». Y no es para menos con todos los intentos que tenía a sus espaldas. «En algunas cuadrillas, el proceso de selección iba por puntos, dependiendo de la cantidad de gente que conoces dentro, a los eventos que vayas...», describe los últimos años de pelea. «Era un poco frustrante».
Tanto que el año pasado se juntó con diez amigos para crear su propia cuadrilla: 'Los Kalimotxeros'. «Hicimos pegatinas con el logo y todo», recuerda. Aunque se lo pasaron muy bien, «no es lo mismo». Maialen siguió intentando entrar en una cuadrilla. Por suerte, quien la sigue la consigue.
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Zuriñe Gómez Gautarrak
«A mi padre le hace mucha ilusión que sea neska»
«Para mi padre salir en cuadrilla de blusas ha sido como una espinita que se le ha quedado ahí», explica Zuriñe Gómez (1997) sobre su motivación para apuntarse a Gautarrak. «Así que sé que le hace mucha ilusión que lo haya conseguido». También intentó convencerle a él de que le siguiera los pasos, pero no hubo manera. «Dice que es para chavales».
El proceso de entrar comenzó con un gran inconveniente: la pandemia. «Cuando nos decidimos a probar se fue todo al traste», recuerda. Años más tarde, la mitad de su grupo de amigos accedió a Los Martinikos. Ahí fue cuando su mejor amiga y ella se pusieron «en serio» a intentarlo, pero fue «inviable». «Hace dos años, al no poder entrar en Martinikos, nos pusimos a hacer un examen minucioso de las cuadrillas» y ella se decantó por Gautarrak por unos amigos que y le habían hablado de ella «súper bien».
«Me enteré de que lo habíamos conseguido estando en Albania». Fue un momento de emoción pero también de nervios porque «apenas tenía cobertura». Nervios que sigue sintiendo porque todavía no se ha estrenado por esperar a hacerlo con su mejor amiga el martes. «Quiero que lo vivamos juntas», razona. «Así que cogeré el día 5 -el de su santo- con mucha ilusión».
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Daniel Barragues Gautarrak
«Tengo ganas de dar cartas Pokémon en el paseíllo»
Pese a pasar casi todos sus agostos fuera de Vitoria, Daniel Barragues (1997) no era ajeno a las fiestas de La Blanca. «Mis amigos salen en cuadrilla y siempre me contaban lo bien que se lo pasaban», expresa. Algo que pudo comprobar el año pasado, cuando se quedó aquí después de años y estuvo con ellos entre los paseíllos viviendo la experiencia de cerca,
Es por eso que, habiéndose mudado a Barcelona, anotó el día 4 de agosto como «fecha especial» y comenzó el proceso de acceso en la cuadrilla Gautarrak. «Es una excusa para venir y visitarles», explica su decisión de convertirse en blusa. «Así también puedo hacer algo completamente nuevo y diferente que no ves en fiestas de otras ciudades».
El proceso de entrar «ha sido algo difícil» para Daniel, que envió su solicitud el año pasado y recibió la notificación de que hasta marzo «no se sabría si podía entrar porque había lista de espera». «Mi amiga Venus ha sido fundamental», recalca. «Me ha ayudado en todos los trámites».
Al final, hasta principios de junio no supo si tenía plaza. «El proceso es cuestión de suerte y de ser rápido cuando abren la lista de espera», admite. Por suerte, lo consiguió y ahora espera con ansias «repartir pegatinas y cartas de Pokémon en los paseíllos».
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Ángel Pulet Margolariak
«Los blusas hablan de las fiestas con brillo en los ojos»
Las fiestas de La Blanca están a la vuelta de la esquina y Ángel Pulet (1999) las espera «contando las horas» porque en el Día del Blusa y la Neska no pudo estrenarse con Margolariak. «Tengo muchas ganas de salir», explica sobre la cercana fecha. «Van a ser días muy intensos que vamos a disfrutar mucho».
Para él y su grupo, compuesto por diez amigos, el proceso de entrar en la cuadrilla se hizo «bastante largo». Sabían que lo iban a tener complicado porque «somos muchos», pero sabían desde el principio que debían hacerlo todos al unísono. Ser blusa o neska fue una «decisión colectiva».
«Teníamos muchas ganas de entrar porque sabemos que se disfruta de las fiestas de otra manera», explica sus motivos. «Tengo amigos que han estado muchos años en una y te lo describen de una forma... Con brillo en los ojos». Ante eso, Ángel dice que «no me lo podía perder».
Esa iniciativa le vino bien ya que entrar en cuadrilla es «algo que tienes que tener claro» y que hay que plantearse con «muchísima antelación». «Cada vez más gente quiere participar de una cuadrilla de blusas y neskas». Ahora que él lo ha conseguido sólo espera darle a Margolariak «lo que se merece, mucho ambiente y muchas ganas».
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Izaskun Sagredo Margolariak
«El 11 de agosto ya estaba mandando solicitudes»
El grupo de siete amigas de Izaskun Sagredo (2001) montó una estrategia infalible para acceder a una cuadrilla vitoriana después de tres años fallidos. «Hicimos una selección de cinco y nos centramos en elllas», explica sobre el proceso seguido. «El mismo 11 de agosto nos pusimos a mandar e-mails». Margolariak estaba entre sus favoritas porque ya conocían a gente y, por suerte, fue la seleccionada.
«En octubre comenzó a moverse la cosa y estuvimos esperando desde diciembre hasta mayo a que nos dieran el sí definitivo», algo que Izaskun no se podía creer. «Hasta que no pagara la cuota y no tuviera el emblema, yo no me creía nada», bromea. Y es que el proceso no ha sido sencillo. «Hay cuadrillas que piden que te avalen diez socios y era muy complicado», relata sobre las dificultades vividas a lo largo del camino.
«Nos hacía mucha ilusión seguir la tradición porque los blusas son una parte importante de fiestas», describe la joven. Por suerte, y tras muchos años viviendo La Blanca desde fuera «con muchísima envidia», por fin es neska. «Tenemos las expectativas muy altas porque el 25 de julio fue increíble», añade sobre sus ganas de celebrar La Blanca'25. «Creo que se van a superar con creces».
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Ytzel Estívariz Biznietos de Celedón
«De pequeña los blusas eran ídolos para mí»
Para Ytzel Estívariz (2006) formar parte de la cuadrilla Biznietos de Celedón ha sido, en parte, por amor. Su pareja desde hace dos años estaba en ella y el año pasado la invitó a unirse a varios de los eventos de la cuadrilla. Ahí Ytzel terminó de encandilarse con este mundillo. «Desde pequeña me gustaban mucho las fiestas, veía los paseíllos y los blusas eran como ídolos para mí», rememora sobre sus primeros recuerdos de La Blanca. «Llevaba unos años sin vivirlas y el pasado me gustó tanto que me dieron ganas de meterme en la cuadrilla».
Deseo conseguido gracias al contacto directo con el grupo y a la anticipación. «Escribí rápido al que organiza la cuadrilla, en agosto o septiembre» pasados, explica. «Tuve suerte de que mi pareja tenía el número de WhatsApp y pude escribir directamente», lo que es una ventaja porque «todos leemos un mensaje antes que un 'e-mail'».
La acogida en el Día del Blusa y la Neska fue muy buena. «Es el mejor Santiago que he vivido» pese a declararse «bastante vergonzosa». «La gente es súper maja y todos hablan contigo», añade sobre la experiencia. Ahora espera las fiestas de Vitoria con «más ganas que nunca», sobre todo el día 6 y su bautismo como nueva 'Biznieta' con un ritual con «chupitos de licor un poco raros».
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Usue Menoyo Gautarrak
«A ver qué tal aguanta el cuerpo tanta fiesta»
Tras cuatro años viviendo en Madrid por trabajo, Usue Menoyo (1997) ha querido volver a vivir las fiestas de La Blanca a lo grande. «Siempre que te vas fuera, de repente te dan más ganas de vivir lo de casa», razona, un sentimiento que creció aún más el año pasado después de ver a sus amigos pasándoselo «en grande» como integrantes de Gautarrak. «Salí con ellos en algunos entrepaseíllos y verlos pasárselo tan bien te da FOMO», 'Fear of Missing Out', envidia de la sana.
Fue su grupo de amigos quien le facilitó las gestiones. «Como conocían a gente, pude escribir directamente por WhatsApp», explica sobre el proceso de admisión, cuya afirmativa no supo hasta julio, pocas semanas antes del Día del Blusa y la Neska. Por suerte, Usue ya contaba con el traje de neska, uno «básico». Lo que sí se ha comprado son abarcas «de esas con suela» porque no quiere arriesgarse a «morir en el minuto uno».
Una chica precavida que quiere tomarse su estreno el día de La Blanca «con calma». «A ver qué tal me aguanta el cuerpo porque nunca he salido tan intensamente», explica sobre la apretada agenda de los blusas y las neskas. «Es una tralla a la que no estoy acostumbrada». Igualmente tiene muy claro que se lo va a pasar «muy bien».
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Íñigo González Gaupazaleak
«Estoy contando las horas para el 5 de agosto»
Pese a haber discrepancias iniciales en el grupo de amigos de Íñigo González (1994) sobre a qué cuadrilla apuntarse, ellos tenían claro que querían una sí o sí para ya. Llevaban años planteándoselo, pero nunca habían iniciado el proceso seriamente hasta que contactaron con el presidente de Gaupazaleak directamente. «Es familiar de un amigo y le escribimos en enero», explica. «En un mes ya se habían llenado todas las plazas libres».
«Algunos de mis amigos salían en Los Silenciosos, cuadrilla que desapareció hace años, cuando eran pequeños, tenían el recuerdo y querían rememorarlo», explica Íñigo sobre uno de los motivos. El otro, los hijos de un amigo que «quiere que vivan lo que vivió él de pequeño» pese a residir en Sevilla.
Los pequeños no se han estrenado en Santiago porque es una sorpresa, pero Íñigo ya lució el pañuelo. «Fue de lujo», rememora. «Tuvimos la carrera de esquí de fondo y me lo pasé genial». Tan bien que ahora está «contando las horas para que llegue el 5 de agosto» porque «va a ser como Santiago, pero con más calma». Son muchos días seguidos y no hay fiesta al día siguiente para descansar del ajetreo. Por ser nuevo no se ha librado de 'trabajar' en La Blanca. El día 7 le tocará llevar la pancarta en los paseíllos. Es «lo que hay», se resigna.
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