Ver fotos
«Queríamos que los niños volvieran a vivir un carnaval normal»
Pese a que no llegaron los pintores a la estación, familias y cuadrillas disfrazadas aprovecharon el buen tiempo para retomar la fiesta con ganas tras un año de ausencia
Los carnavales de Vitoria ya no son lo que eran. Antes el poco grosor de los disfraces dejaba tiritando a más de uno cuando se ... hacía la noche. Este sábado, sin embargo, amanecía hasta con cierto calor. «Ha salido un día especial», decía José Álvarez con su «calentito» disfraz de oso. Y la verdad es que un poco de temperatura se agradece. Para aprovecharlo, los disfraces ya coloreaban al mediodía las calles del centro. Si bien no estuvieron los pintores para congregar a la multitud en torno a la fanfarria, se notó que, tras un año sin salir, había ganas. «Julen todavía no conocía los carnavales e Irati, la mayor, queríamos que volviera a vivir lo que era una fiesta normal», contaba ilusionada Itsaso Monreal.
Los disfraces habían cogido demasiado polvo en el armario. y no podían esperar más. Los que menos los guardaban desde Olentzero, como Izan, que paseaba equipada con su caballo, su sombrero y dos revolver para dar la batalla a su padre, el líder indio, Duge Valiño. «Le dio el año pasado por decir que era una vaquera, como si fuera una superheroína y aquí estamos».
De hecho esa es la tónica general una vez llega la paternidad, que los txikis eligen el disfraz por ti. Imanol López de Armentia y Sofía Goula se las ingeniaron para parecer alienígenas cuando Pau y Ares les pidieron el suyo de astronauta. «No habían disfraces de dos metros para mí», comentaba Imanol.
Pero a parte de familias, la fiesta también atrajo a muchos grupos. De sorpresa se encontró Igor con su atuendo de San Bartolomé. Su cuadrilla de la 'Peña Gaupasa', venidos de Ribaforada (Navarra), cambiaron este año Tolosa por la capital alavesa con ganas de darle a su amigo la despedida de soltero que se merece. Lo que pase a continuación se quedará en Vitoria.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión