El albergue de las mil y una historias
El servicio situado frente a Santa María para peregrinos y viajeros se muere de éxito. Estos días sus 90 plazas rozan el lleno
MAIDER MENDES
Martes, 20 de agosto 2019
El albergue de la Catedral Santa María se llena estos días de historias y acentos diferentes. Son los viajeros y peregrinos que hacen una breve ... escala en este establecimiento de hechuras medievales. El ajetreo en los meses de verano es continuo; resulta difícil encontrar un hueco en alguna de las 17 habitaciones de diversos tamaños, que abren el abanico hasta un total de 90 plazas. «El 25% de los viajeros que nos visitan son franceses, pero hay de muchos países y también mucha gente de España», afirma Jon Lasa, director de la Fundación Catedral Santa María. Según sus cálculos, el establecimiento experimenta un trasiego de unas 1.500 personas por mes. «En verano solemos llenarlo casi siempre y a finales de agosto llegamos a las 8.500 pernoctaciones». El edificio actual fue construido en el siglo XIX y hoy en día mantiene una fachada característica de los edificios de piedra de la época.
La última reforma se realizó entre los años 2011 y 2012. «Las habitaciones son mixtas, algunas con dos plazas y otras con bastantes más», comenta Ainhoa Ascasso, recepcionista del establecimiento. El hostal cuenta con cuatro plantas y existe un cuarto de consignas, comedor y cocina. «Cada uno se hace la compra y se prepara la comida. Es un horario libre y los clientes bajan cuando quieren. Cuando se trata de grupos de más de 15 personas sí que se ofrece un menú, pero solo en casos especiales».
El precio de las habitaciones depende la capacidad de las mismas. Cuanto más grande sea, menor será el precio. «Rondan entre los 18 y 50 euros la noche», finaliza Ascasso.
Federica Falappa | Desde Italia
«Una oportunidad para conocer gente nueva»
Solamente un día es lo que ha permanecido Federica Falappa en Vitoria. Con la mochila a cuestas llena de las cosas más imprescindibles, la italiana emprendió camino para conocer el norte de España. «La lluvia y este tiempo me gustan, así que no me molesta un poco de frío. Mi propósito este año era conocer la zona del País Vasco, por eso hoy -por ayer- voy a Pamplona y después, a San Sebastián», señala. Desde la costa del Adriático, vino a Euskadi con el propósito de conocer nueva gente. «Quedarse a dormir en hostales es muy acogedor, ya que te permite relacionarte con diferentes personas de todos los países. Además, el precio también es algo a considerar», comenta. Aprender es otro de los objetivos que tiene la joven en sus viajes. «Mucha gente no habla inglés, pero me gusta relacionarme con los que se hospedan en los albergues. Conozco nuevas experiencias», valora Federica.
Lorena Contreras y Carlos Lomes | Argentina
«No nos gusta planear las cosas, todo a su debido momento»
Argentina es el país desde el que Lorena y Carlos llegaron al País Vasco. Se hospedaron en San Sebastián el 4 de agosto y su próximo destino será Pamplona. «Estamos de paso. En realidad, nosotros no teníamos pensado esta ruta, pero al no existir un autobús directo desde Bergara a Pamplona, hemos tenido que pasar la noche aquí. Vamos a estar muy poco tiempo, pero aprovecharemos al máximo para visitar toda la parte céntrica», recalca la pareja. Los planes tampoco entran dentro de la agenda de Lorena y Carlos. Prefieren «vivir todo a su debido momento. Sin tener que pensar dónde tener que dormir». Hasta final de mes no regresarán a Buenos Aires y sus últimos días se hospedarán en San Sebastián para terminar unas vacaciones que no les dejarán indeferentes. «Hemos tenido la oportunidad de conocer juntos diferentes lugares del País Vasco. Volveríamos a repertirlo», finalizaron.
Ildefonso del Olmo | De Madrid
«Al entrar en el casco viejo retrocedes en el tiempo»
Desde Madrid y con un equipaje pequeño pero con todo lo necesario, Ildefonso llegó directamente a Vitoria. «Surgió de manera inesperada. Quería conocer lugares nuevos», recalca. Después de visitar algunas otras zonas del País Vasco, solamente le faltaba la capital, y este año ha tenido la oporunidad de hacerlo. Amante de la bicicleta y de andar, el madrileño completó hace unos años el Camino Francés hasta Santiago de Compostela -en solitario- y el del Norte acompañado de dos amigos. «Prefiero hacerlo solo. Así haces amistades. Cada uno tiene un motivo diferente para recorrerlo. Yo lo hice porque necesitaba salir del mundo y estar a mi rollo. Disfrutar de las cosas que de normal no valoras», comenta. Las pequeñas calles que recorren el casco medieval vitoriano ha calado en él. «Lo que más me ha impactado al entrar en la ciudad es que retrocedes en el tiempo. La parte del centro es muy llamativa a la vez que acogedora y agradable», finaliza.
Víctor Lardiés | Directamente desde Estella
«Aunque no tenga clase, me gusta aprovechar el tiempo»
Las ganas por aprender y seguir formándose es lo que no le faltan a este joven de 22 años. Directamente desde Estella, Víctor Lardiés se ha alojado durante una semana en el albergue para realizar un curso de música de diez días en el conservatorio. «Estudio en Musikene y acabo de terminar el segundo año. Mi propósito es formarme en este ámbito y aprender todo lo que pueda». Sin embargo, tiempo es lo que le falta a este joven ya que dedica sus horas a coger toda la experiencia posible. «Me suelo levantar temprano para ir a estudiar. Auque no tenga clase, me gusta aprovechar el tiempo e invertirlo. Además, como ya conozco la ciudad, me centro en lo mío. El curso está genial. Los profesores son muy profesionales y cada año aprendo más. Me llevo una buena experiencia», recalca el navarro. Su aventura durará hasta el domingo, cuando pondrá rumbo de nuevo a su ciudad.
Bárbara Sánchez | Viajera desde Sevilla
«Huyo de las zonas donde se encuentran las aglomeraciones»
La inquietud no puede con esta sevillana de 27 años. Bárbara Sánchez llegó el sábado a Vitoria y desde entonces no para ni un solo segundo. «Las ganas de conocer y disfrutar nuevos lugares» no ha frenado a esta joven. En cuatro días ha visitado Burgos, Laguardia y recorrido casi toda Vitoria. «He querido conocer la ciudad, y no solo la parte turística. Muchas veces huyo de las zonas donde se encuentran las aglomeraciones y me voy a sitios típicos que están más apartados. La decisión de viajar sola por primera surgió de la necesidad de probar algo distinto. Siempre he viajado acompañada, pero la oportunidad de aprender y conocer nuevas amistades es muy bonita», señala Bárbara. El ambiente vitoriano también la ha encandilado. «Las zonas verdes y todos los accesos que existen para correr me encantan. Todo lo que tiene que ver con el deporte me fascina», concluye la sevillana.
La cifra
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8.500 viajeros acoge el albergue desde enero hasta ahora; a una media de 1.500 al mes, con una ocupación cercana al 90%.
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