«En Álava no podemos dudar de nuestro modelo industrial, es lo que nos da riqueza»
Al exdirigente de la patronal Confebask le preocupa sobre todo la incertidumbre tras la pandemia. «Muchas empresas ya están frenando inversiones»
Contiene la respiración cuando se le pasa por la cabeza si esta pandemia hubiera llegado con él en la presidencia de Confebask. «No me lo ... quiero ni imaginar», dice Roberto Larrañaga (Eibar, 62 años), que ahora, a pesar del Covid, vive «mucho más tranquilo» que en su etapa al frente de la patronal vasca (2015-2019) y centrado en su trabajo en la constructora Zikotz. Eso sí, mantiene cargos en el comité ejecutivo de la Cámara de Comercio y en la junta rectora de SEA-Empresas Alavesas. Y vive muy de cerca la realidad económica de un territorio «que lo está pasando mal, como todos, pero que va a salir adelante. No tengo dudas».
– Tras nueve meses de pandemia, ¿se ve luz al final del túnel?
– Sí se ve porque estamos en una crisis sanitaria y la solución ha de llegar a través de la sanidad. Y parece que la vacuna es inminente, Reino Unido la aplica ya, aquí se podría empezar a partir de enero... A medida que las vacunas surtan efecto, empezará a llegar la luz. Y depende de como te haya pillado esta crisis, pues te irás recuperando de una u otra forma.
– ¿Para cuándo esa ansiada recuperación?
– Es difícil saberlo porque no es un café para todos. Habrá sectores a los que les pueda costar más, la aeronáutica por ejemplo, porque habrá que volver a viajar y por ejemplo muchas reuniones de trabajo ya no serán presenciales sino vía telemática, habrá que ver cómo nos vamos a ir de vacaciones... En hostelería, en cambio, creo que el consumo lo recuperaremos con relativa rapidez.
– Para algunas empresas y negocios no habrá recuperación que valga, ya se están quedando por el camino.
– Eso es lo peor de esta crisis. Hay bares o tiendas que llevan cerrados casi desde marzo, está siendo muy largo. Pensábamos que la primera ola duraría tres meses y que luego la situación cambiaría tras el verano pero ahora estamos en una segunda ola casi igual de dura que la anterior.
– ¿Qué es lo que más le preocupa de la situación post pandemia?
– La incertidumbre que vamos a tener todos, hay muchas empresas que ya están frenando inversiones hasta saber qué va a pasar. En un sector como el nuestro tiene gran incidencia porque en la construcción, también en otros sectores, los pedidos son de maduración larga. Comprar una casa va ligado a tener estabilidad en el empleo, capacidad económica y confianza en el futuro. Eso hay que recuperarlo.
«Hacemos bien las cosas»
– ¿Y puede que haya proyectos en Vitoria, públicos y privados, que se resienten o se descarten?
– Puede que suceda en algunos casos, pero otros se retomarán más adelante y también surgirán nuevos. Todos debemos ajustar nuestras capacidades y nuestros costes para seguir siendo atractivos y productivos. Eso no lo podemos perder, porque en Álava sabemos hacer bien las cosas y si somos competitivos nos seguirán comprando y entonces habrá trabajo, beneficios para todos, dinero y consumo.
– El modelo de ciudad o de territorio, ¿cómo se puede ver alterado por esta pandemia?
– Yo creo que más allá de los cambios sociales o de vida que haya, creo que el modelo económico está definido. Confío en el potencial de nuestras empresas de referencia de las que Álava y Vitoria dependen en gran medida y tengo plena confianza en que van a seguir aquí.
– Algunas de ellas como Mercedes o Aernnova atraviesan por momentos delicados con caídas de producción y recortes en sus plantillas, que puede también afectar a sus proveedores. ¿Está en peligro la industria?
– Hay firmas que pueden estarlo, sí, sobre todo en esos sectores, sobre todo la aeronáutica porque aviones no se compran todos los días. Pero estas dos empresas tienen músculo para superar esta crisis, aunque costará.
– ¿Y ha de replantearse Álava su modelo empresarial?
– No, en absoluto, al contrario. Somos la provincia más industrial de España con un peso del 33% en el PIB. Hay que seguir en esa línea, adaptándonos a los nuevos tiempos y las actuales circunstancias, pero apostando por ese modelo. En Álava no podemos dudar de la industria ni renunciar a ella, es lo que nos da riqueza y prosperidad.
– En el último foro de grandes empresas de la patronal SEA, algunas de estas compañías punteras hablaban de la necesidad de hacer recortes en los costes laborales. ¿Esa es la principal preocupación que tienen?
– En ese foro se habló de la necesidad de hacer recortes pero no solo en los costes laborales sino de todo tipo de gastos para, como decía antes, ser productivos y competitivos.
– Desde el punto de vista de la energía también siempre han dicho en Álava que pagan precios superiores a los de otros competidores.
– Y es cierto, estamos en desigualdad por ejemplo con empresas de Francia o Alemania. Aquí los costes energéticos son mucho más altos.
ERTEs y despidos
– Y también el absentismo laboral, con Euskadi a la cabeza a nivel nacional según reflejan estadísticas. ¿Por qué?
– No lo sé, no sé por qué tenemos que ser distintos a los demás. Entiendo que en una pandemia hay más gente afectada y puede haber algún punto más de absentismo, pero no tiene por qué ser un territorio con más enfermos.
– ¿Y por dónde pasa la solución?
– Tampoco lo sé. Yo no puedo decir que una baja está mal dada porque hay un facultativo que la firma. Pero la estadística dice que en Euskadi estamos varios puntos por encima del resto de España en absentismo laboral y no conozco ningún motivo por el que tengamos que estar aquí más enfermos que en otros territorios.
– ¿Habría que prorrogar los ERTEs para salvaguardar los empleos?
– Entiendo que sí, es una herramienta que ha ven ido bien a las empresas en esta crisis.
– En cambio en las ultimas fechas se encadenan EREs con despidos. ¿No cree que se está perdiendo demasiado personal bien formado?
– Pero esa gente seguro que volverá al mercado de trabajo en cuanto se recupere la actividad.
«La construcción es el último sector en salir de una crisis, me preocupa el final de 2021»
Roberto Larrañaga conoce bien el entramado institucional y no quiere cargar las tintas contra las administraciones públicas. Aunque tiene claro que «hay muchas cosas que mejorar», sobre todo desde el punto de vista burocrático.
– ¿Están los gobiernos a la altura de lo que se podía esperar en esta crisis?
– Tampoco tienen un trabajo fácil, se les ha caído la recaudación y tiene menos ingresos por lo que yo creo que hacen lo que pueden. Ahora tendremos la llegada de los fondos Covid de la Unión Europea y espero, eso si, que gran parte vaya para la reactivación económica. Eso sí hay que exigírselo porque es la manera de crear empleo y las administraciones también podrán recuperar su nivel de recursos.
– En su sector de la construcción están sorteando esta crisis con menos dificultades que otros. Nunca se habían vendido en Álava tantas viviendas en un año desde 2010. ¿Cuáles son las causas?
– La construcción es mucho más que hacer viviendas, también obra públicas, naves industriales.... Sí que ha habido gente que ha decidido cambiar de casa y eso genera movimiento pero en este sector trabajamos con pedidos de maduración larga. Ahora estamos construyendo pisos que empezamos hace un año o quince meses, cuando nadie pensaba que viviríamos una pandemia. Nuestro sector es el último en entrar en una crisis y el último en salir. A mí me preocupa a partir del segundo semestre de 2021.
– La demora para conseguir licencias ¿es una batalla perdida para los constructores?
– Eso nunca, hay que seguir insistiendo porque sí es cierto que los plazos son muy largos. Y en esta época donde escasean los proyectos no podemos permitirnos que alguno caiga porque un retraso en un trámite administrativo. Me consta que el Ayuntamiento de Vitoria está siendo sensible con ello.
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