Aernnova, con su principal planta en Álava, despedirá a 650 trabajadores en España
El ajuste afectará al 20% de sus operarios, que ascienden a 950 empleados en todas sus plantas nacionales e internacionales. La aeronáutica vasca estima que en los tres próximos años perderá el 30% de su actividad
Nuevo mazazo en la línea de flotación de las economías alavesa y vasca. Otro referente industrial que anuncia medidas drásticas como consecuencia del brutal impacto ... de la crisis del Covid-19 en su cartera de pedidos y en la producción. Aernnova, líder mundial en el diseño y fabricación de aeroestructuras -alas, estabilizadores, fuselaje...- para los fabricantes de aviones, anunció su imtemción de despedir al 20% de su plantilla, lo que que se traduce en 950 personas; de ellas 650 en las plantas españolas y 300 en otros países del mundo.
Y el territorio alavés puede estar entre los grandes damnificados. De hecho, de los más de 4.500 trabajadores que la compañía tiene repartidos por distintos países (México, Brasil, Rumanía, Estados Unidos o Reino Unido, además de las fábricas de Sevilla, Toledo, Cádiz, Madrid o Aragón), Euskadi aglutina un tercio, en torno a los 1.400. Además de tener la sede de la multinacional, también esta aquí la principal planta productora española de grandes estructuras para aviones, en concreto en la localidad de Berantevilla, que emplea a unas 450 personas.
La carga de trabajo en los últimos meses en las diferentes factorías del grupo había bajado de manera considerable, en un 30% o un 40%, y esa es la previsión que tiene Aernnova de aquí en adelante durante al menos los tres próximos años.
Después de ITP y Tubacex
«Los analistas y expertos de mercado aeronáutico coinciden en que el tráfico de pasajeros no volverá a nivel de 2019 antes de un periodo entre tres y cinco años y la recuperación de la actividad industrial asociada llegará a continuación», ha justificado la compañía.
Esta crisis «sin precedentes» en el sector -la semana pasada fue ITP Aero, con sede central y varias factorías en el Parque Tecnológico de Bizkaia, la que anunciaba el despido de 600 trabajadores, el 15% de su plantilla- obliga a Aernnova a un redimensionamiento de su plantilla, con «medidas de ajuste que afectarán a empleados y al equipo directivo», asegura el fabricante de estructuras para Airbus, Boeing o Embraer.
Será a partir de septiembre cuando se definan los excedentes de plantilla en cada centro de trabajo -en Álava además de la fábrica de Berantevilla hay plantas en Vitoria, en Legutiano y en el Parque Tecnológico de Álava- y comiencen las negociaciones por separado con cada comité. La empresa buscará el mayor consenso posible «dentro de lo complejo de la situación» y reconoce que serán «necesarios sacrificios por parte de todos para salvaguardar la supervivencia de Aernnova y las sociedades, asegurando el máximo empleo posible».
El ERTE y las salidas
Este planteamiento es similar a los trasladados por ITP y también por Tubacex, que ha sido la primera gran industria vasca en anunciar despidos masivos, en este caso 150 en sus plantas de Amurrio y Llodio. Como en los dos casos anteriores, Aernnova tampoco ha presentado un ERE de extinción de tal forma que a la vuelta de las vacaciones de agosto se pondrán las cartas sobre la mesa sin descartarse, ni mucho menos, por parte de la compañía una rebaja global en los costes salariales para tratar de reducir el impacto de los despidos.
Portavoces sindicaleshan asegurado a EL CORREO que «por lo que nos ha trasladado la empresa, parece ser que las salidas comenzarán a ejecutarse a partir de enero». Hasta final de año hay un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) en vigor, que afecta a 1.300 trabajadores en todo el mundo, de ellos 968 en España -en la planta de Berantevilla unos 260-.
Los sindicatos ELA, CC OO, LAB y UGT expresaron su «rechazo frontal a los despidos» anunciados por la dirección y le reprocharon el «elevado número de afectados» cuando, dijeron desde ELA, «estamos en una crisis coyuntural y en una empresa que en los últimos años ha repartido dividendos millonarios entre sus accionistas».
También recordaron que en la fábrica de Berantevilla «ya se han hecho esfuerzos en los últimos años y han salido más de cien trabajadores», apuntaron portavoces de CC OO. UGT además reclamó la implicación del Gobierno «que no puede mirar para otro lado mientras la industria en Euskadi se desangra».
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