Delitos sexuales
Absuelven el mismo día del juicio al vitoriano de 81 años acusado de abusar de una menorLa adolescente ya fue castigada por el Juzgado de menores al engatusar, tener sexo consentido y robarle. «Su relato no es creíble», dicta la Audiencia Provincial de Álava
La sentencia más rápida de la historia reciente de la Audiencia Provincial de Álava se firmó la tarde-noche del 10 de enero. Apenas habían ... transcurrido diez horas del 'visto para sentencia' al caso de agresión sexual a una menor de 16 años. Nadie en la sala parecía explicarse cómo llegó hasta la máxima instancia judicial este asunto con un octogenario sentado en el banquillo de los acusados. La presunta víctima volvió a ahormar su versión. Nadie le apoyó. Ni siquiera la perito forense que le entrevistó tras la denuncia. Jugó en su contra, además, la condena previa que le impuso el Juzgado de Menores por este caso.
En pocas palabras, los magistrados Francisco García Romo, Elena Cabero y Ana Zulueta debían dilucidar si el 8 de mayo de 2022 se produjo el ataque sexual de un hombre de 81 años a una adolescente de 14 años o si, por el contrario, ésta engatusó al adulto para colarse en su casa, levantada en un barrio humilde de Vitoria, y birlarle 450 euros de la mesilla de noche tras tener sexo consentido al mentirle con su edad. Un mes después volvería a ese piso con una amiga para chantajearle y darle una paliza. El pidió ayuda al 092 y, a partir de ahí se produjo la denuncia por «agresión sexual». La chica tenía 14 años por aquel entonces.
En los delitos sexuales, una preocupante plaga, el testimonio de la víctima suele ser dogma de fe. Eso sí, es necesario que no existan «motivos espúreos» para formular una denuncia falsa, que el relato resulte coherente y se sostenga a lo largo de la investigación judicial. Esta chica no cumplió ninguno.
El octogenario siempre ha mantenido que la chica le dijo que tenía 22 años
El dictamen de la jueza Zulueta cita razones que «le hubieran podido inducir a presentar una denuncia falsa o a exagerar o deformar los hechos». En este punto, recuerda que la presunta víctima denunció «tras la llamada del acusado a la Policía Local después de ser golpeado por la menor y una amiga». Ese día, el encausado se enteró de que tenía 14 años y no 22 como «me dijo cuando me abordó por la calle».
El testimonio de la chica, continúa la resolución, «no ha sido lógico ni coherente y ha estado plagado de contradicciones, de forma que se cuestiona su veracidad ya desde su primera declaración policial». Por ejemplo, alegó que tras el supuesto episodio sexual –tocamientos en la vivienda del hombre– calló «señalando que tenía miedo de la reacción de su madre. Este dato no se sostiene. Lo que temía es que su madre supiera que el procesado podía denunciarle por haberle sustraído el dinero».
Problemas de visión
El acusado, con una degeneración ocular, siempre ha mantenido que se enteró de la edad real de la adolescente el día que le pegaron. «La sala ha comprobado que, dos años después de los hechos, la envergadura y la forma de expresión (de la menor) no se corresponde con su edad».
El remate para la absolución se cierra con la condena previa del Juzgado de Menores a esta chavala por el robo y engaño al abuelo. Pero también por las razones de la experta forense para no emitir un informe sobre la verosimilitud» de las palabras de la chica. Presenta «una sexualidad previa», tuvo «una interacción voluntaria» con el acusado y existe «un temor a una sanción del entorno familiar».
El fallo de la Audiencia no es firme y puede recurrirse.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión