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VICHY EN VITORIA

El autor reflexiona sobre la iniciativa del Ayuntamiento de suprimir del callejero a autoridades locales delfranquismo y concluye que «es mejor optar por la placa explicativa y contextualizadora que por la piqueta. Es más complicado, pero igual es mucho más sano»

Antonio Rivera

Miércoles, 18 de enero 2017, 21:16

Una vez visité La Laboral de Gijón. Tan moderno, constructivo y prometedor nombre refiere un hiperespacio cultural y educativo ubicado en la antigua Universidad Laboral. ... El escenario es un monumento franquista tan exagerado, manierista y delirante que provoca hilaridad. Todo él es un cúmulo de águilas imperiales gigantescas, mosaicos aleccionadores, espacios de poder y territorios de instrucción (militar, por supuesto). Antes de convertirse en La Laboral lo más conocido que se había hecho en su patio de armas fue rodar una escena de Mortadelo y Filemón donde un dictador de chiste arengaba a sus súbditos. Al entrar pregunté a mi anfitrión qué hacía todavía aquel edificio de pie sobre la tierra. Él solo me pidió tiempo para entender. Cierto. Aquella exageración constructiva era la mejor denuncia de la dictadura franquista que nunca había visto.

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