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Gorka Urtaran, ayer mismo con varios vecinos junto al local de la asociación Uribe Nogales.
Exigen a Urtaran que medie para acelerar la expulsión de los ‘pichis’

Exigen a Urtaran que medie para acelerar la expulsión de los ‘pichis’

Se reúne con vecinos del barrio, que le reclaman que «interceda» ante el departamento de Justicia para que les echen de la casa que han ocupado

D. G.

Jueves, 15 de septiembre 2016, 00:24

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El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, y el teniende de alcalde, el socialista Peio López de Munain, comprobaron ayer, de primera mano, la «preocupación» y «hastío» imperantes en Abetxuko ante la presencia de supuestos miembros del peligroso clan bilbaíno de los pichis y de los bartolos. Ambos políticos escucharon las súplicas en el local de la asociación vecinal Uribe Nogales, a escasos doscientos metros de la casa ocupada por esta familia gitana, a la que no se acercaron por cierto.

Los residentes, según ha sabido este periódico, les exigieron «implicación» en el caso. Y entre los ruegos, instaron a Urtaran a que «medie ante el Departamento vasco de Justicia, que es de su mismo partido, para que acelere en la medida de lo posible el procedimiento legal para su desahucio». Estas personas ocuparon una casa baja de la calle El Cristo hace ahora un mes. Sus propietarios legales ya presentaron una denuncia para recuperar su propiedad, pero todo indica que la decisión definitiva se demorará aún meses.

Así ocurrió, por ejemplo, con el último desahucio de los bartolos, clan emparentado con los pichis y que también tiene a una integrante en Abetxuko. «Sabemos que pasó alrededor de un año hasta que los echaran de la calle Zapatería, aquí la gente no puede esperar tanto», advirtieron desde la asociación Uribe Nogales, conocedora de que los pichis han enervado los ánimos de muchos vecinos.

«Reciben ayudas sociales»

Los presentes compartieron con los dos concejales su temor a que esta familia se quede en Abetxuko y acabe protegida por los servicios sociales municipales. Según los datos aportados por Urtaran y López de Munain, este extremo es imposible ya que estas personas «ya reciben ayudas sociales» en su lugar de empadronamiento, en Bizkaia. Todos ellos continúan inscritos en la provincia limítrofe, explicaron. Supuestamente para seguir cobrando.

Hasta ahora, aparte de la ocupación de la casa, el único altercado protagonizado por los pichis se ha limitado al ruido provocado por «unos animales que tenían y que ya se han llevado», señalan vecinos. No obstante, Abetxuko reclama «más presencia policial, que desde hace una semana ha bajado».

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