Acorralan a dos menores, las insultan y agreden sexualmente en el Casco Viejo de Vitoria
La Policía Local detiene a dos jóvenes como autores materiales e identifica a otros tres por ayudarles en un ataque calcado a los ocurridos en Colonia
David González
Lunes, 8 de febrero 2016, 22:57
Aunque en menor medida, el Casco Medieval vitoriano se asemejó la noche del sábado a Colonia, escenario la última Nochevieja de cientos de ataques sexuales ... a mujeres. Según ha sabido este periódico de medios policiales, al menos cinco jóvenes -todos menores de edad y de origen magrebí- se dedicaron a acorralar, insultar y agredir sexualmente a chicas. Efectivos de la Policía Local les interceptaron después de uno de esos ataques. Dos fueron detenidos y los otros tres identificados por colaborar.
Estos adolescentes supuestamente acorralaron a dos menores después de que salieran del baño de un establecimiento hostelero. Las pusieron contra la pared. Rodeadas, no podían moverse, escapar hacia la calle o acercarse a los otros clientes. Con la música a tope, tampoco podían pedir ayuda. Dos de ellos las toquitearon los senos, el culo... Envalentonados por su evidente superioridad, hasta les dedicaron una retahíla de insultos como «putas», «zorras», «guarras» o «cerdas».
Un camarero del bar -señalan fuentes de la comisaría de Aguirrelanda- se dio cuenta y trató de auxiliar a las jóvenes, muertas de miedo e incapaces de reaccionar. Le salió al paso uno de los presuntos agresores, quien cogió una botella por el cuello y la rompió por la mitad. Le enseñó el vidrio roto y le amenazó.
La intervención del hostelero abortó su ataque. Salieron a la calle, a esas horas de la noche atestada de gente de marcha carnavalera. Al percatarse de los gritos del camarero, que salió tras ellos, algunas personas se les encararon. El chaval con la botella rota -citan testigos- desafió a varios de ellos. Lograron así que se hiciera un pasillo, lo justo para escapar a la carrera.
En ese momento llegó una patrulla de paisano de la Policía Local. Dieron aviso a sus compañeros y se inició su persecución por el Casco Viejo. Les interceptaron en una calle cercana.
Los chicos se resistieron de inicio. Incluso uno de ellos aún llevaba la botella rota en la mano. Ya controlados, los agentes descubrieron que se trataba de jóvenes residentes en el centro de menores Bideberria, junto al parque de Molinuevo. Son menas, acrónimo con el que se conoce a los menores extranjeros no acompañados.
Dos acabaron en Aguirrelanda acusados de ser los autores materiales de las agresiones. Los otros tres, una vez identificados, fueron trasladados a Bideberria, dependiente de la Diputación de Álava.
Al cierre de esta edición, sólo una de las dos chicas ha presentado denuncia en la comisaría de Aguirrelanda. «Es normal que las víctimas de este tipo de delitos sientan miedo, pero si no acuden a dar cuenta de los hechos, habrá más chicas que les puede pasar lo mismo», reflexionan en voz alta agentes consultados por EL CORREO.
Testigos sondeados por este periódico agregan que estos cinco jóvenes «también trataron de robar móviles, bolsos y cazadoras» por el método del descuido.
Robos a punta de navaja
Éste fue el incidente más importante de un fin de semana de Carnavales marcado por el ingente número de actuaciones policiales. Tanto a cargo de la Policía Local como de la Ertzaintza. Efectivos de ambos cuerpos aseguran que la noche del sábado a domingo «hubo docenas de robos de móviles, carteras, bolsos y abrigos, aparte de varios comas etílicos». En Aguirrelanda, por ejemplo, se cursaron dos denuncias por robos de teléfonos a punta de navaja. Sindicatos como el Sipla piden una OPE ya para aumentar la presencia policial en las calles.
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