Una mirada al Europa del futuro

Las visitas guiadas a los trabajos de rehabilitación y ampliación del palacio de congresos Europa son estos días la principal actividad de la Semana Europea de la Eficiencia Energética. Así, EL CORREO pudo comprobar ayer de primera mano tanto las modificaciones hechas como las que están en curso o quedan por realizar, gracias a un recorrido por el corazón del edificio.

El proyecto original surgió en 1985, no obstante, habría que esperar cuatro años más hasta su inauguración bajo la citada nomenclatura, que tiene un origen pacifista -en 1989 cae el muro de Berlín-, así como la de sus principales salas (Barandiarán, Francisco de Vitoria, etc.). Además, el primer acto que acogió fue una convención europea a favor del desarme nuclear.

El complejo, antes de comenzar las obras de remodelación, albergaba tres espacios distintos. Una zona de uso social, otra polideportiva y la última dedicada a congresos. Sin embargo, en 2008 la primera de ellas se convirtió también en congresual, un primer paso para hacer del palacio un lugar dedicado íntegramente a este fin. En 2011, con el recién estrenado galardón de Capital Verde Europea, empieza la ampliación de la sala homónima. Para entonces el edificio cuenta ya con varias máquinas refrigeradoras que permiten introducir el aire frío del exterior así como sacar fuera el caliente de la sala y viceversa, lográndose de esta forma una gran calidad ambiental.

Plantas con ventajas

En esta línea de sostenibilidad, se decide cubrir la fachada de la Avenida con vegetación autóctona, uno de los trabajos que más polémica han creado entre la población. Según los expertos, esta barrera natural reduce en un tercio el intercambio térmico del edificio, mejora el aire en el interior y amortigua el sonido en ambas direcciones. Los diferentes tipos de plantas usadas representan el cambio de vegetación entre las balsas de Salburua y el hayedo de los Montes de Vitoria.

La segunda fase de las actuaciones está en curso hoy en día y afecta a la sala Olárizu, ubicada en el antiguo polideportivo, y la sala Estíbaliz, que ocupa el espacio ganado a las pistas de squash. El primer espacio tendrá una capacidad de 1.250 personas y contará con un portón para la entrada de vehículos. Su 'hermana' pequeña dará cobijo a un millar de visitantes y podrá manipular el color de la luz natural penetrante gracias a unos diodos led.

La totalidad de la reforma permitirá un ahorro del 70% sobre el consumo original del inmueble. Por último, en la fase tres, se construirá un auditorio para 800 personas y una cubierta vegetal en el tejado, donde habrá cafetería, jardines y placas solares fotovoltaicas. El resultado final será un complejo capaz de congregar a 5.600 personas en varios congresos celebrados al mismo tiempo.