"Te vamos a sacar los intestinos"
La sentencia contra dos integrantes del clan de los 'bartolos' relata el calvario que vivió la menor que tuvo la desgracia de toparse en su camino
elcorreo.com
Viernes, 23 de mayo 2014, 13:11
La sentencia hecha pública este viernes que condena a cinco y tres años de prisión (además de imponer medidas de alejamiento y una multa de 23.500 euros) a dos de los acusados de acosar a una menor vitoriana relata como hechos probados y con todo detalle el calvario al que se enfrentó la niña, que tiene ahora 15 años, desde que un aciago día de mayo de 2012 se interpuso en el camino del clan gitano. El acoso duró dos años y por fin puede respirar tranquila porque los autores han sido condenados.
El relato judicial arranca en mayo de 2012, cuando la madre de la menor presentó una denuncia por el robo de su teléfono móvil y por una agresión llevada a cabo por una niña entonces desconocida para ella. Las investigaciones policiales determinaron que la autora de esos hechos era una niña, también menor de edad, familiar de los ahora condenados (sobrina y prima, respectivamente).
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Meses después, en octubre, el padre de la menor víctima del robo volvió a comisaría, para denunciar que a raíz de aquel episodio se había comenzado a "hostigar, intimidar y amenazar" a su hija. El 16 de octubre, narró, había sido agredida, al día siguiente le amenazaron con una navaja y al siguiente también. Indicó como autora de las agresiones a la menor vinculada a los bartolos, que según las investigaciones fue efectivamente la acosadora.
La Diputación decretó poco después la tutela automática y que esta menor debía ingresar en un centro de protección de menores de fuera de Vitoria. Unos días más tarde, el principal condenado, Juan Cortés, creyendo que su sobrina había sido ingresada, fue al encuentro de la víctima yle agarró del pelo, le cogió de la camiseta, "elevándola del sueo y le dijo: Vas a pagar por todo lo que has hecho". "Eres una hija de puta", le insultó. Le propinó un tortazo en la mejilla derecha, dejándola caer al suelo, y le propinó un fuerte puñetazo en el abdomen.
Como consecuencia de esta agresión, denunciada por la familia, el Juzgado de Instrucción dictó un auto por el que impuso a Juan Cortés una medida cautelar consistente en la prohibición de acercarse a la menor víctima de 'los bartolos', a su domicilio, centro escolar o lugar donde se encontrara. Pero un mes después de serle comunicada la prohibición, Juan siguió a la niña hasta la casa de sus abuelos, después de encontrársela en un parque. Esa misma noche, llamó al portero automático de la casa de sus padres: "¿Qué pasa, que no me saludas cuando me ves?", le dijo.
Nuevo episodio de acoso
Meses después, en abril de 2013, y aún con la orden de alejamiento en vigor, la menor volvio a sufrir un episodio de acoso. "Por tu culpa se han llevado a (...) al reformatorio", le espetó Juan a la niña en el portal de su casa. "Y por tu culpa nos han echado del piso", le dijo. Y mientras el acompañante no identificado de Juan sacaba una navaja, éste le dijo: "Te vamos a sacar los intestinos". Seguidamente volvió a agredir a la niña, que sufrió diversas lesiones.
Además de estos episodios, dice la sentencia en su apartado de hechos probados, la niña ha sufrido otras agresiones y amenazas por personas que no han podido ser identificadas, pero que son del mismo grupo familiar que los acosadores, el conocido como clan de los bartolos. La familia de la menor dijo que denunció estos hechos por el "hastío y los perjuicios que les generaba acudir continuadamente a la Policía". La sentencia narra varias de ellas, ocurridas diversos momento del año 2013.
Consecuencia de todo ello, la Policía Municipal estableció un dispositivo de protección y escolta para la menor. La niña sufrió un trastorno de estrés postraumático, dice la sentencia, así como una actitud hipervigilante con incapacidad de realizar sola actividades cotidianas tales como salir a la calle o acudir a su centro de estudios, lo que le llevó a repetir curso, entre otras consecuencias de índole familiar y psicológico.