La píldora del día después se estrena con polémica

La píldora del día después ya se puede comprar en las farmacias españolas sin receta ni límite de edad. La medida adoptada por el Ministerio de Sanidad para atajar la escalada de embarazos no deseados y abortos entre los adolescentes no ha estado exenta de polémica en comunidades como la de Madrid, donde su venta sin prescripción médica ha levantado ampollas en los sectores más conservadores, que reivindican el derecho a la objeción de conciencia para no vender este producto. No ha ocurrido lo mismo en Euskadi. Los profesionales vascos dispensaron la píldora a todos los clientes que así lo solicitaron -muy pocos, por cierto- en «cumplimiento de la legislación vigente». De hecho, ninguna farmacia puede negarse a vender la pastilla por «tratarse de un medicamento».

Un recorrido por más de una veintena de establecimientos de los tres territorios sirvió para comprobar que cualquier persona puede comprar ya el anticonceptivo postcoital sin receta por 18 euros aproximadamente. La labor de los profesionales vascos no se limitará únicamente a la venta de la pastilla. El Colegio de Farmacéuticos de Euskadi ha elaborado y distribuido entre sus socios un protocolo de actuación para asesorar y resolver las dudas que las usuarias puedan tener sobre la píldora del día después. «Es una labor pedagógica para la que estamos perfectamente capacitados», recordó la farmacéutica bilbaína Begoña Unzeta.

«No es un método anticonceptivo porque no protege contra las enfermedades de transmisión sexual y, además, tiene bastantes efectos secundarios. Al fin y al cabo, lo que provoca es una alteración hormonal», advierte Javier Pascual, tras el mostrador de una céntrica botica vitoriana.

El lovonorgestrel es un preparado a base de una única hormona que evita en gran medida el embarazo siempre y cuando se administre de un modo correcto antes de las 72 horas posteriores el coito. Al margen de la polémica surgida en algunas comunidades porque las farmacias no disponían ayer de folletos informativos para entregar a los clientes, los profesionales consultados por este periódico reivindicaron un «control mínimo» sobre la dispensación de la píldora como la «elaboración de un registro de usuarias» para «evitar que el comprimido se utilice como un método anticonceptivo».

15 países en Europa

La venta de la pastilla equipara a España con la quincena de países europeos donde este compuesto hormonal es de libre disposición. Pero la medida no convence a todo el mundo. La Red de Farmacia Responsable aseguró ayer que pondrá todo su empeño en informar a la sociedad sobre la «gravedad» de la decisión tomada por el Ministerio de Sanidad, además de «intentar aglutinar a los profesionales en desacuerdo para promover el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia». El Colegio de Farmacéuticos de Euskadi no tiene constancia de que alguna establecimiento vasco se haya negado a dispensar el comprimido.

Osakidetza ha suministrado durante el primer año de oferta gratuita de la píldora más de 18.000 unidades en los centros sanitarios y módulos de planificación familiar de la red pública. La edad media de las demandantes se sitúa en 23 años. La más joven tenía 14 y la mayor 30. Las vizcaínas demandaron el mayor número de comprimidos (9.830), seguidas de guipuzcoanas (5.339) y alavesas (3.059).

El preparado es un método «de emergencia» que se ingiere después del coito y que, por su componente hormonal, está reservado exclusivamente para casos en los que existe riesgo de haberse producido un embarazo no deseado, bien porque se ha mantenido relaciones sexuales sin protección o porque los métodos utilizados han fallado. Su eficacia ronda entre el 85% y el 95% y es «fundamental» tomarla lo antes posible. A poder ser, en las doce horas siguientes. En cualquier caso, los especialistas insisten en que no se debe recurrir a la píldora del día después como un anticonceptivo de uso común.