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La banda.

La frescura suiza

Al principio se llamaban Kleenex, pero una demanda de los fabricantes de pañuelos las obligó a rebautizarse como LiLiPUT. Su interpretación del punk, recopilada en un doble álbum, suena tan fresca y anárquica como el primer día

Carlos Benito

Miércoles, 27 de junio 2018, 22:01

Cada vez que hablamos de la explosión punk de hace cuarenta años, tendemos a abrir la caja de los tópicos y reutilizar las mismas ideas: ... la ruptura abrupta con el pasado, por ejemplo, y también el 'hazlo tú mismo', la ineptitud técnica y la nueva libertad que estas nociones traían consigo. Pero, en realidad, esos rasgos definitorios no acaban de ajustarse a los mascarones de proa del movimiento: uno coge a los Sex Pistols y se encuentra con canciones que, lejos de masacrar toda tradición, trataban de recuperar la vieja energía del rock and roll (incluso, ay, con versiones de clásicos) y que quizá no constituyan ejercicios de virtuosismo, pero tampoco sirven precisamente como cartilla de párvulos del instrumentista. Para colmo, fueron editadas por discográficas establecidas y se ceñían siempre a unos parámetros muy definidos, estimulantes pero en absoluto imprevisibles.

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