Ayuntamiento y colegios se coordinan para abrir un comedor escolar durante el verano
La medida, sin cobertura económica de la Junta, busca garantizar al menos una comida diaria a niños de familias con carencias económicas
salvador arroyo
Jueves, 19 de junio 2014, 01:29
La solución está sobre la mesa. Pero hay que articularla. El departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento trabaja ya con los directores de los centros educativos de Miranda para que durante todo el verano se mantenga abierto el comedor de uno de los colegios y se garantice así una rutina alimentaria a aquellos niños de familias con problemas económicos que han venido utilizando el servicio durante el curso escolar. La fórmula, que ya se ha confirmado en otras ciudades de la Comunidad Autónoma, tiene como hándicap el no del ejecutivo autonómico. Valladolid, salvo sorpresas, ya ha expuesto que no contempla soportar económicamente los costes de prolongar un servicio que contrata directamente.
Pero las instalaciones son de titularidad municipal. Por tanto, pueden abrirse. Yse hará. El Ayuntamiento, además, dispondría de una partida específica de alrededor de 9.000 euros (ampliables) que podrían cubrir los costes del catering a contratar. La incógnita de base se refiere al número de potenciales usuarios.
Tras la primera reunión mantenida con los responsables de los colegios se quedó a la espera de «aportar una serie de datos». Pero ya se ha concertado un segundo encuentro previsiblemente se celebrará la próxima semana «al que acudirán también profesionales de los centros de salud, fundamentalmente pediatras, además de representantes de Cáritas y Cruz Roja». El alcalde, Fernando Campo, subrayó que «nuestra idea es abrir un comedor, el que mejor está adaptado para dar los desayunos. Pero necesitamos saber cuántos niños van a ir desayunar. Y no es tan sencillo que la gente nos dé ese tipo de datos».
La única referencia numérica que existe fue aportada a finales del pasado año, durante la celebración de una campaña especial que implicó a los colegios, Cáritas, Cruz Roja y la propia administración local. Aquel plan, que fue bautizado como Desayunad@s, permitió recoger en apenas cuatro días más de 4.500 kilos de alimento. Entonces se hizo referencia a medio centenar de pequeños que acudía a clase cada día sin desayunar.
Campo no quiso abundar sobre si ese dato tendría hoy validez. «Necesitamos disponer de un censo real. Porque la idea es que (la garantía de una comida diaria) no sea solo durante el verano, si no durante todo el año». Una fórmula que se complementaría con las becas municipales que se otorgan para el curso escolar.
El riesgo, en vacaciones
La apertura de un comedor, la entrega de vales, etcétera, son fórmulas con las que distintas entidades públicas buscan neutralizar el impacto que el final del curso escolar puede tener en la alimentación de los niños de entornos familiares con necesidades económicas. «El problema de cualquiera de las fórmulas es cómo garantizamos que a quién se lo damos lo necesita y cómo hacemos que esa gente que lo necesita, lo diga. No es tan sencillo». Porque durante el curso esos niños y sus familias pasan desapercibidos en un contexto de asistencia generalizada a los colegios. En las vacaciones, el problema puede hacerse más visible, lo que genera un riesgo, que algunas familias se retraigan.
Recientemente, el Ayuntamiento de Soria ha confirmado que abrirá también los comedores escolares durante el verano. Entre las opciones que baraja están que la Junta de Castilla y León facilite un comedor al Ayuntamiento o incluir las ayudas en los campamentos urbanos que éste gestiona en verano. En el caso de Miranda, por buscar una alternativa más o menos similar, la referencia estaría en el programa Conciliamos en Verano que durará seis semanas y que se desarrollará entre el día 23 y el 31 de julio.
El alcalde, en cualquier caso, no hizo referencia alguna a estas posibilidades. Abogó, de hecho, por no ser mucho más preciso, hasta no disponer «de los datos que nos permitan dimensionar el problema». Cuestionado sobre si se solicitaría respaldo a la administración autonómica, se limitó a plantear que «la Junta no está por la labor. La Junta quiere derivar a otra serie de programas; diferentes». Lo planteado hasta ahora desde Valladolid es que se daría respuesta a esos niños que requieran de la atención especial, a través de la red de protección a las familias afectadas por la crisis, que entre sus prestaciones contempla también un sistema para repartir alimentos.
«Creemos que es mejor método el que nosotros planteamos. Ponemos el dinero, coordinamos a los que nos pueden dar toda la información, y todo lo que aporten Cáritas, Cruz Roja y los pediatras». Campo recordó que ya en febrero, desde el colectivo de profesionales médicos se se reconoció sorpresa «porque no pensaban que hubieran tantos (niños) en esta situación». A la espera de ese «censo», se recurre a la prudencia. Desde elAyuntamiento sí se precisa, en cualquier caso, que la apertura del comedor esté condicionada a un número mínimo de niños. «No hay nada establecido en ese sentido». Otra cosa es que la atención sea requerida de forma casi simbólica. «En tal caso se optaría por la entrega de vales especiales de comida, si se nos requieren», aclaró el responsable municipal.