San Juan ya va ‘in crescendo’
La profesora Nieves Cruz entregó el pregón sanjuanero a su pasión por la música arropada por miles de personas en la plaza de España
Salvador Arroyo
Viernes, 6 de junio 2014, 00:48
Nieves Cruz Rodríguez es todo música. Profesora jubilada del Conservatorio y del Príncipe de España y directora del Ochote Arco Iris, fue la encargada ayer de marcar el primer tono de una fiesta que, otra cosa no tendrá, pero de ritmo va más que sobrada. Faltaría más. ¿Hay ejemplos de una adoración compartida Santo-Bombo? Pues eso. La veterana maestra se ajustó perfectamente al primero de los tiempos de un San Juan del Monte que va in crescendo a golpe de maza. Impuso el arranque sosegado.
Su pregón alternó la pasión por la música con los recuerdos de su infancia, juventud y más allá. Soltó perlas de reivindicación y arengó a los miles de personas que la escuchaban en la plaza de España con mensajes como estos:«Preparad vuestras brochas para pintar de mil brillantes colores la ciudad y el monte de San Juan; comed y bebed bien para regar con cientos de alegres melodías todos los rincones de este bendito pueblo».
Sus palabras resonaron tras el acto protocolario de entrega de pañuelos, que había tenido lugar unos minutos antes en el Salón de Plenos, con el boato ya conocido. Resonaron en una tarde noche brillante, con unos 25 grados de temperatura en la calle nada que ver con la instantánea de cazadoras y paraguas de hace un año. Recuerdo a Gregorio Solabarrieta, al coro del Colegio Príncipe de España. Música, mucha música. «¿Alguien imagina San Juan del Monte sin charangas, dulzainas, bombos o platillos?»
A esa pregunta retórica, Nieves Cruz, añadiría un llamamiento a proteger el Conservatorio y la Escuela Municipal de Música «como uno de nuestros bienes más preciados, como la joya más valiosa». Un «referente educativo» que ha exportado músicos «y ha llevado el buen nombre de esta ciudad allá donde estos mirandeses se encuentren». A los clásicos (y pertinentes) «¡Viva San Juan!» y «¡Viva Miranda!», la profesora añadió el esperado «¡Viva la Música!». Y fuera de guión, se confesó. Dirigiéndose al público, zanjó:«La verdad es que desde aquí arriba, impresionáis».
Al alcalde, Fernando campo, le tocó el papel de cierre. Breve, llamó a los mirandeses a demostrar a los visitantes «que ésta es una ciudad abierta, solidaria, participativa y con fuerza». Y aunque se desconocen sus conocimientos musicales, lo cierto es que supo dar en la tecla. «Espero que el día del Bombazo, el Mirandés gane en Lugo y sigamos en Segunda». La plaza se vino arriba.
Tras sus palabras llegó el encendido de la mecha. El lanzamiento del cohete, un detalle fundamental en toda fiesta en ésta quizás segundón por razones evidentes se demoró unos instantes dramáticos. No había manera de que prendiera. Se imploraba un mechero. Finalmente una chispa que pareció huidiza lo propulsó. Objetivo cumplido.
La música de la Banda Municipal abrió el paseíllo hasta el puente de Carlos III donde, por primera vez, seis mujeres de Protección Civil se encargaron de la imposición de los pañuelos a los leones. Pilar Ruiz se lo colocó al rey con la Ayuda de Ascensión Rodríguez y Mari Carmen Escribano. Y Mónica España, con la ayuda de Paqui Pazos y Marga Barahona, hizo lo propio con la leona. Ya en el monumento a los Sanjuaneros, en Ronda del Ferrocarril, esta labor la asumieron componentes de la cuadrilla El Porrón, ganadora del pasado Desfile de Blusa.