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Martes, 14 de febrero 2017, 19:47
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Las redes sociales se están convirtiendo en campo de fútbol del partido que Donald Trump juega con el mundo. La última en saltar a jugar a sido Ivanka, la hija favorita del presidente y quien, pese a no tener ningún cargo en el equipo de la Casa Blanca, forma ya parte del séquito oficial que rodea a Trump. En las últimas horas ha provocado una gran polémica al colgar en todas sus cuentas -Instagram, Facebook y Twitter- una foto en la que se sienta en la silla que su padre debería ocupar en el Despacho Oval. Ivanka sonriente, posa entre el máximo mandatario estadounidense y el presidente canadiense, Justin Trudeau. La imagen tiene un lema escrito por la hija: «Una gran discusión con dos líderes mundiales sobre la importancia de que las mujeres se sienten en la mesa».
La discusión en las redes sociales se ha establecido entre quienes apoyan su mensaje feminista sobre la necesidad de que las mujeres ocupen puestos de poder y aquellos que creen que Ivanka, sin otro vínculo con el Gobierno que su relación familiar, está utilizando la Casa Blanca para promocionarse. La hija de Trump, en este sentido, ya ha sido cuestionada por otras fotografías en las que aparece en la sede presidencial con su hijo. Una de las cuestiones que se han esgrimido para defenderla es que su marido, Jared Kushner,es el asesor principal del presidente y por lo tanto su estancia en los despachos presidenciales es una forma de conciliación.
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