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Fútbol | copa del rey

El Mirandés cae con dignidad

Tras eliminar a tres primeras como Villarreal, Racing y Espanyol, el equipo de Pouso no puede con un Athletic superior

J. C. BERDONCES

Miércoles, 8 de febrero 2012, 00:54

Orgullosos. Así tienen que estar jugadores, técnicos, aficionados y, en definitiva, toda la población de Miranda. Porque pese a la goleada encajada en San Mamés, nadie tiene que olvidar que el equipo de Anduva -ese campo ya famoso por su ambiente- ha llegado hasta las semifinales de la Copa del Rey. Y ha dejado por el camino, ni más ni menos, a tres equipos de Primera división; por este orden, el Villarreal, el Racing de Santander y el Espanyol. Sin ir más lejos, su verdugo, el Athletic, se ha plantado en la final eliminando únicamente a un 'primera', el Mallorca.

De ahí que aún tenga más mérito si cabe la trayectoria de este equipo de Segunda B que ni siquiera puede presumir del mayor presupuesto de su grupo y, pese a todo, lo lidera con relativa solvencia. Incluso en la Catedral del fútbol trató de ser fiel a su estilo, sin rehuir el dominio del balón e intentando 'tutear' a todo un Athletic. Por eso Carlos Pouso diseñó un once atrevido, con dos puntas, Alain y Lambarri, para dificultar la salida del cuero a los rojiblancos. Y esa presión, iniciada ya desde la medular por Iribas, se notó en los primeros diez minutos.

Aunque también se corrían riesgos porque cualquier desajuste defensivo podía ser letal.

Precisamente, es lo que ocurrió superados los diez minutos. Que Iraola metió un balón en las inmediaciones del área, Garmendia no acertó a despejar y el balón le cayó a Muniain que no perdonó. Quizá los errores en Segunda B pasen más desapercibidos, pero en esta ocasión enfrente estaba una de las 'perlas' del fútbol español. Y el delantero navarro del Athletic no perdonó. Sin apenas tiempo para reponerse de ese gol, llegó el segundo. Susaeta, en una acción de calidad, controló y disparó sin contemplaciones para volver a superar a Nauzet.

Y si la eliminatoria no estaba ya sentenciada, Aurtenetxe también se sumó a la fiesta local ante la desesperación de los jugadores del Mirandés, en esta ocasión vestidos de verde con una equipación creada para una cita inolvidable. Porque así puede definirse lo que sucedió en San Mamés, desde los prolegómenos del partido hasta el pitido final. Pouso, sus futbolistas y la afición fueron protagonistas estelares de un sueño que se han labrado desde que allá por el mes de septiembre el equipo superara su primera ronda copera, ante el Linense. La Unión Deportiva Logroñés también fue inferior a los rojillos. Y después llegaron las gestas ante Villarreal, Racing y Espanyol.

Con lo que el choque de Bilbao era para disfrutar. Y así fue. Los más de 1.200 aficionados desplazados desde Miranda -y de otras localidades como Logroño o Vitoria porque el equipo de Anduva tiene fieles cada vez en más sitios- no se cansaron de animar en todo momento a sus ídolos. Y dejaron bien claro en un escenario grandioso como San Mamés que estaban orgullosos de sus jugadores.

Pablo, el capitán, el goleador de la Copa lleva siete tantos, más que cualquier otro jugador, incluso de Primera división-, el que antes de iniciarse el partido depositó en el busto de Pichichi el habitual ramo de flores cuando un equipo visita por primera vez la Catedral, intento por dos veces seguidas dar una alegría en forma de gol. Fue en el último cuarto de hora del primer tiempo, cuando el Mirandés ya se había repuesto de los tres mazazos.

Tras el descanso, el bloque de Pouso salió al césped a disfrutar jugando al fútbol Muneta aportaba más creatividad que Alain, todo pundonor y derroche físico en ataque-, a recoger el justo y merecido premio a todo el gran trabajo realizado. Suya fue la primera llegada, de nuevo con Pablo de por medio. Pero el Athletic estaba sumamente centrado. Iraola se tiró con todo para taponar el remate del delantero burgalés.

Y poco después, en el minuto 56, llegó el momento de verdadera celebración del Mirandés. Raúl García pisó área tras una buena acción personal, remató al poste y el balón, tras un par de rechaces, le cayó al central vitoriano Aitor Blanco, incorporado al ataque, que batió a Iraizoz. El cuadro rojillo iba a cerrar su brillante trayectoria en la Copa con otro dato meritorio: había marcado en todos los partidos.

Muneta, con un remate de primera tras un buen centro de Pablo, puso el uuuyyy en la grada. Pero el partido estaba sentenciado. Llorente tampoco quiso faltar su cita con el gol y lo hizo por partida doble, en apenas cuatro minutos. Primero con una magnífica vaselina y después con un remate de verdadero ariete. Rugía San Mamés.

Y volvió a hacerlo tras el pitido final antes hubo tiempo para que de nuevo Aitor Blanco marcara para los de Pouso y para que Caneda, desafortunadamente, metiera el balón en su portería-. El Athletic se clasificaba para su final de Copa número 38. Los aficionados lo celebraron a lo grande. Pero también tuvieron tiempo para tributar una merecidísima ovación a los jugadores del Mirandés similar a la que hace poco tiempo le rindieron al azulgrana Xavi-, que se llevan el premio del reconocimiento de todo el fútbol nacional. Enhorabuena.

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