«La plaza de Los Fueros es un patrimonio que Vitoria debe vender al exterior»

A Luis Peña Ganchegui le habría hecho «mucha ilusión» abrir el pasado jueves la cajita verde que contenía la Medalla de Oro de Vitoria. Pero fue su hija, Rocío Peña (San Sebastián, 1964), quien se desplazó hasta la capital alavesa para recogerla pues el arquitecto guipuzcoano falleció hace un año sin ver el último lavado de cara de la plaza de Los Fueros, que diseñó hace tres décadas. La ciudad se reconcilia este año con sus autores -Eduardo Chillida, que regaló una escultura al espacio, recibió también el día de la patrona el mismo galardón a título póstumo- y pone en valor una obra que no se libró de la polémica. «Hasta ahora no había sido reconocida o no era querida por los hechos desagradables que habían ocurrido, pero tampoco había un sentimiento de maltrato», admite Rocío Peña.

-¿Cómo recibió la familia Peña Ganchegui la noticia de que habían concedido la Medalla de Oro de Vitoria a su padre?

-Con una gran emoción, es un reconocimiento muy importante a la figura de mi padre y a la arquitectura. Nunca hemos recibido una medalla de oro de ninguna ciudad y, además, viene acompañada de la reforma de la plaza. Se ha ido sumando una cosa detrás de otra y es una gran ilusión, desde luego.

-¿Diría que 2010 se presenta como el año de la plaza de Los Fueros?

-Como ha tenido una historia un poco revuelta parece que en este momento, tal vez por el paso del tiempo, Vitoria está muy ilusionada con el tema, con recuperarla, con ponerla en valor y eso es magnífico, un gran premio.

-El accidente de un niño obligó a mediados de los ochenta a alterar el aspecto original del espacio. ¿Cómo vivieron esta polémica?

-Yo aún no estaba en el estudio de mi padre porque acabé la carrera en 1992 y coincidí ya con la segunda reforma de la escultura. Sucedieron un montón de hechos desagradables que llevaron a que la plaza no estuviera reconocida por Vitoria o que no fuera querida, pero el paso del tiempo permite curar un poco las cosas y también permite a la gente saber usar el espacio, relacionarse con él... De repente, se han unido una serie de hechos que hacen que parezca muy fácil recuperarla.

-Ante aquella complicada situación, ¿entendieron que Eduardo Chillida quisiera retirar su escultura?

-La relación del escultor con su pieza es mucho más de autor que la del arquitecto, donde la parte funcional es fundamental. Una obra de arte es como más intocable en todos los aspectos y la verdad es que era una gran pena tenerla encerrada en esa verja, no tenía ningún sentido que no se pudiera visitar.

-Ahora, en cambio, trabajan instituciones y descendientes de los artistas de forma conjunta en el proyecto de reforma. ¿Cómo es su relación?

-La voluntad del Ayuntamiento de Vitoria y lo que nosotros hemos propuesto se han unido y resulta que va sobre ruedas.

-¿Se puede hablar de una especie de reconciliación de la capital alavesa con los dos artistas?

-Es magnífico que se vaya a recuperar la plaza, pero tampoco había un sentimiento contrario a Vitoria por un maltrato a la obra, ésta no es la obra más maltratada de mi padre. Lo importante es que ahora va a ser diferente y la gente va a estar más contenta.

-¿Qué puntos se están abordando en este proyecto?

-Queremos conseguir que se abra el espacio escultórico, que haya menos bajada, recuperar la relación de la escultura pequeña con la exterior, pasar arriba el cuadro eléctrico para dar más potencia al escenario en fiestas y luego darle un repaso a toda la plaza porque tenía actuaciones hechas sin criterio, sin cariño, que la empobrecían.

-El granito procede de Porriño, en Pontevedra. ¿Ha habido que regresar a la cantera?

-Alguna pieza hay que colocarla nueva pero se ha intentado recuperar casi todas, sobre todo, por el color porque al estar un poco envejecida iba a ser diferente. En algunas piezas se notará, pero serán de un tono muy similar. Nos contaban desde la Diputación de Álava que fueron a buscar la piedra a Galicia porque los adoquines de granito de la plaza eran restos del que se usaba allí y cuando fueron a pedir los metros cuadrados que se necesitaban para Vitoria, les dijeron que era imposible. Tuvieron que abrir una cantera especial para hacer la placa.

-La escultura de Eduardo Chillida abandonó la plaza hace varias semanas para renovarse. ¿En qué estado se encontraba?

-Vinieron de Chillida Leku a por ella y ahora está en unos almacenes municipales, ya restaurada. Estaba realmente muy bien, tenía un poco de óxido y se le ha sometido sólo a una limpieza sin ningún problema. Se volverá a colocar en cuanto esté hecho el espacio interior.

Lista para noviembre

-También se pretende recuperar el retoño del árbol de Gernika.

-Se quiere intentar pero hay un problema de drenaje que queremos solucionar porque creemos que es por eso por lo que se estaba pudriendo. En la siguiente fase, después de las fiestas, investigaremos mediante catas para ver dónde está el problema.

-Calles como Postas que rodean la plaza cuentan con numerosas baldosas rotas. ¿Se va a intervenir en ellas?

-Se quieren arreglar todas las baldosas de las zonas peatonales de alrededor. Incluso las piezas de los alcorques se van a rebajar para dejarlas a ras de la acera y mejorar la accesibilidad.

-Los operarios descansan estos días por las fiestas de La Blanca. ¿Este parón alterará la fecha de finalización de la obra?

-No, estaba previsto.

-¿Cuándo se podrá estrenar el recinto?

-Vamos muy bien, en plazo, y la reforma se acabará a finales de noviembre, así que estamos muy contentos. Queremos que no se note nada y que se note mucho que hemos intervenido, que se vea la misma plaza pero nueva.

-¿Estos cambios ayudarán a que los turistas marquen Los Fueros en su particular mapa de la capital alavesa?

-Sí. Es un patrimonio de Vitoria que se debe vender al exterior porque creo que es muy importante.