A piñón fijo en el infierno
A. F. deja la Titan Desert, pero causa admiración al correr con una bicicleta sin marchas diseñada por él
JOSU GARCÍA
Viernes, 1 de mayo 2009, 04:43
La Nissan Titan Desert vivió ayer una etapa definitiva. Los que llegaron al campamento tienen el cielo de la meta de Ouarzarzate ganado. Sólo restan 50 kilómetros, la mayoría de bajada por pistas perfectamente ciclables. Un paseo en comparación a las maratonianas palizas que nos hemos pegado desde el lunes. Israel Nuñez sentenció la prueba. Por el contrario, para el pelotón vizcaíno fue una jornada aciaga. Y es que la representación de nuestros ciclistas se vio reducida a la mitad. Abandonaron A. F. y quien firma estas líneas. Sólo aguantaron Xabier Erdaide (puesto 137) y Luis Uribeetxebarria (146), del equipo Ciclos Maestre.
Las dos retiradas fueron consecuencia de la dureza de la etapa maratón de hace dos días. A.F. llegó el miércoles a meta totalmente agotado. «Pasé los últimos 30 kilómetros extenuado; me bajaba constantemente de la bicicleta e iba con la cabeza gacha. Una pena», maldice. El servicio médico le enchufó en vena tres bolsas de suero. Energía para un cuerpo vapuleado. Los sanitarios le impidieron tomar ayer la salida. En el caso de este reportero, el motivo para bajarse de la bicicleta fue la aparición de llagas en los glúteos, un 'clásico' de la Titan Desert. El roce, el sudor y el calor provocan dolorosas ulceraciones. Cada pedalada se convierte entonces en un billete al infierno.
Pese a no terminar la prueba, la participación de A.F. tiene un gran mérito. El bilbaíno ha ciclado más de 321 kilómetros por el desierto con una bicicleta única. Diseñada por él mismo, la montura es de piñón fijo, carece de cambios y el freno se acciona aplicando la contramarcha, es decir, pedaleando al revés. Tampoco tiene suspensiones. Para muchos se trata de una locura. Para él, una manera de recuperar «la épica» del ciclismo.
«Creo que este deporte ha perdido la magia que tuvo, el brillo de las grandes aventuras», asegura el joven, de 33 años. Licenciado en Informática y con estudios de violín, A.F. dirige ahora su propia empresa: Amaro Bikes (www.amarobikes.com), un taller que fabrica bicicletas de titanio por encargo. Cada una de sus creaciones lleva un nombre inspirado en actrices italianas. En esta ocasión, a Marruecos, ha traído a 'Lolobrigida'.
La indumentaria que ha empleado también es peculiar. Un mono negro no parece lo más adecuado para enfrentarse al Sáhara. Pero es más, la organización le desaconsejó que empleara un maillot de lana, como los de Bahamontes, como él deseaba. «Lo importante es dar pedales y no el material», asegura. «El mundo del ciclismo aficionado vive demasiado preocupado por incorporar los últimos adelantos tecnológicos», se queja.
Por eso, los diseños de sus bicicletas son sencillos. Recuperar la esencia. Ése es su propósito. La montura que ha traído a la Titan sólo consta de un plato, dos piñones que se combinan dando la vuelta a la rueda trasera, sillín y manillar de carretera. Escaso equipaje para viajar al crematorio del Sáhara. Pese a todo, A.F. ha conseguido rodar entre los 50 primeros. Y eso es mucho caminar. Sus compañeros de aventura, que ayer se peleaban por probar el extraño caballo de titanio, le admiran.