Iván 'Guirimbi' Barman y Dj
Iván 'Guirimbi' ·
Se define como «musiquero», le gusta la buena música y jamás le veremos pinchando «reguetón y 'bustamantadas'»J. Sainz
Miércoles, 27 de agosto 2025, 00:04
Cuando uno siente esa pasión por compartir la música, tiene dos opciones: pinchar en fiestas o llevar un bar de rocanrol. Iván 'Guirimbi' hace ambas ... cosas desde Logroño con una certeza: «Hay más buena música en el mundo que mala».
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– ¿Cuántos años en barras de bar?
– Desde los quince, y tengo casi cincuenta. Y desde 2022 en La Madriguera de Guirimbi: mi propio bar con mi propio estilo.
– ¿Y pinchando?
– Desde hace once habré hecho unas 450 'pinchadas'.
– ¿En su caso son dos oficios distintos o uno solo?
– Son distintos, pero en el bar son el mismo. No lo entendería sin la música que pongo.
– ¿Es curro o pasión?
– Es curro, y tiene todas las cosas buenas y malas de un curro, pero por encima de todo es mi pasión:poner música a la gente más que poner copas.
– Entonces, ¿cómo se define?
– Yo soy musiquero.
– ¿Musiquero? Pensaba que era roquero por encima de todo.
– Soy roquero, y muy metalero, pero me gusta todo lo que sea buena música:el rock, el blues, el jazz, el pop del bueno...
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– ¿Cuál es el pop del malo?
– Ya sabes... Malo hay de todo, pero la música buena es inagotable en casi todos los géneros. Lo que pasa es que la gente va como los gorriones, en bandadas, y traga con mucha basura.
– En una fiesta, ¿no se pincha para agradar al público?
– Mi rollo es el rock y el que me llama para pinchar ya sabe lo que contrata. He perdido dinero por no aceptar algunas cosas. Pero para bailar te puedo poner, por ejemplo, a Boney M.; son cojonudos. Y si tengo que poner a Adele, la pongo; cómo no la voy a poner, con esa voz, es la puta ama...
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– Pero dice que ha perdido dinero... ¿por no aceptar qué cosas?
– No hago despedidas. Y lo que no pongo jamás es reguetón y 'bustamantadas'. Eso ni hablar.
– Aun así, siempre habrá quien pida la canción del verano.
– Siempre hay algún despistado que te pide cosas así, sabiendo que no va de eso la fiesta...
– ¿Y qué pasa en esa situación?
– Por las buenas no pasa nada, sigues adelante con tu música y ya está. En una boda puedes estar pinchando un par de horas o todo el día y hay que saber estar. Pero hay un límite.
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– Habla como si fuera una cuestión de honor.
– Es una cuestión de gusto.
– ¿El gusto se está perdiendo?
– La gente reconoce lo bueno y lo valora. En el mundo hay mucha más buena música que mala. Flipas con la música, qué sé yo..., de Mozambique. Por desgracia, hay más gente que escucha la mala que la buena.
– ¿Diría que se dedica a compartir la buena música que conoce y que descubre?
– Dicho así suena un poco cursi, pero para eso es la música, ¿no?, para compartir. Yo en el bar estoy por la música. Unas noches estaré mejor que otras, pero siempre con esas ganas. Hay mucho que escuchar y que aprender.
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– ¿El disco de su vida?
– Pfff, imposible elegir uno solo.
– Un concierto.
– Me pasa lo mismo. Pero, por decir un bolo de los últimos tiempos, Queens of the Stone Age, el año pasado en el Azkena, en Vitoria.
– ¿No hay demasiados festivales?
– Demasiados, sí. Es un negocio que no para de crecer, algunos con intereses que tienen que ver poco con la música. Pero es como todo. Hay que saber elegir.
– ¿Está acabando eso con los conciertos de garito?
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– No, por suerte, aunque lo están jodiendo todo bastante. Pero la música en garitos resiste porque hay gente que sigue programando conciertos así, grupos tocando ahí y gente para escucharlos.
– ¿Es ahí donde está la esencia?
– Claro. Ahí estás con el grupo de verdad, a un metro del músico. Los que amamos la música en vivo es donde tenemos que estar. Es lo que hay que conservar por encima de todo: esa cercanía entre la gente, seas músico o espectador, eso es lo que mola, esa energía.
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– ¿Un bar de rocanrol es una forma de resistencia?
– Es una forma de hacer palpitar la ciudad, de congregar a una gente que tiene algo en común y de conectarla con gente de fuera. Mucha gente que llega a una ciudad sin conocerla busca en internet un bar de rock porque sabe que ese va a ser su lugar.
– También habrá borrachos que echar a la calle.
– Borrachos, guarros, tíos faltones con las mujeres... Hay que saber lidiar con eso.
- ¿Lo más importante en un bar?
- Para mí, la música, siempre. Y la gente al otro lado de la barra, por supuesto. Y la gente a este lado de la barra, en mi caso dos mujeres increíbles: Henar e Itziar. Sin ellas yo no sería capaz.
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- ¿Hasta cuándo aguanta un currante de bar?
- Pues hasta que el cuerpo aguante. Es duro, pero más duro es tener que estarse ocho o diez horas currando en una obra.
- ¿Y después?
- Estar en la música de otra manera, siempre la música.
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