Los electrocutados en cadena de Berriatua y otras historias de hace un siglo

Tres personas electrocutadas. Ayer recibió el gobernador un despacho de los miñones de Ondárroa, dándole cuenta de una horrible desgracia registrada en el pueblo de Berriatúa. Según ese telegrama y otros detalles particulares que pudimos adquirir de rumor público, serían las cinco y media de la tarde de anteayer cuando se desprendió un cable de alta tensión en el término jurisdiccional de Berriatúa, afueras del pueblo. Cuando el cable se desprendió, el vecino del caserío Torrea, Santiago Urresti Odriozola, que se dirigía a su domicilio llevando una vaca, pasó por aquel lugar, con tan mala suerte que fueron alcanzados Santiago y la vaca, quedando electrocutados. Pocos momentos después, pasó junto al cadáver de Santiago un vecino del caserío Arauka llamado Hilario Aránsolo Irueta, cuando, sin darse cuenta del peligro que corría, se acercó al muerto (sin duda, no le creía cadáver) y, al tocarle, como el cuerpo formaba contacto con el cable, recibió el Hilario horrible descarga eléctrica y cayó también electrocutado. No tardó mucho tiempo en ocurrirle lo mismo a otro vecino de Berriatúa llamado Juan Celaya Bernedo, habitante en el caserío Azpikua: pasó por allí, vio los cadáveres, se acercó a ellos y tocó uno, quedando igualmente muerto por la descarga eléctrica que recibió (...). Hilario Aránsolo y Juan Celaya eran labradores y Santiago Urresti, marinero, que se dedicaba cuando no estaba embarcado a las tareas agrícolas.

Los pícaros celos. Se dio ayer cuenta al juzgado de un suceso ocurrido en la noche anterior en la plaza de Zabálburu y que pudo tener consecuencias graves. La joven de 20 años Milagros Domingo Miguel, locamente enamorada, al parecer, del muchacho de 18 años Valentín Alti Segura, había sostenido relaciones con este, pero riñeron y se despidieron mutuamente. Milagros desde aquel día empezó a preocuparse y, con el plan de venganza a causa de los celos, fue a esperar anteanoche a la plaza de Zabálburu al desdeñoso Domingo y le lanzó el vitriolo que llevaba en un frasco. Afortunadamente, solo le alcanzó las ropas, que resultaron quemadas.

Inyección Balmaseda. Cura antes que ningún otro medicamento las enfermedades secretas. De venta, farmacia del autor, calle de San Francisco, esquina a la de Bailén.

Ladrón detenido. Los inspectores de la Policía Municipal D. Sebastián Vela y D. Lino Guantes y un agente a sus órdenes, después de varias investigaciones, lograron detener ayer tarde en la calle de la Fuente al individuo José Santos Gómez, de 27 años de edad, natural de Medina-Sidonia (Cádiz) y sin domicilio fijo en esta villa, autor del robo cometido durante la noche del 4 al 5 del actual en la taberna-restaurant de D. Valentín Heredia, sita en San Francisco, número 78, en donde se apoderó de un billete del Banco de España de 50 pesetas, 150 pesetas en plata, 50 paquetes de calderilla de a cinco pesetas, más unas 75 pesetas en calderilla a granel, un monedero de señora de plata, una moneda de oro de 20 francos, 9 paquetes de cigarrillos de 0,60, varios puros de marca y un paquete de puros de la exposición.

Incidente. Un joven promovió anoche un ruidoso incidente en la calle de la Estación al tomarse libertades censurables con una elegante señorita. Esta protestó y castigó la osadía del grosero y, cuando trató de agredirla, varios caballeros la defendieron, acudiendo los guardias de Seguridad, que se llevaron detenido a dicho sujeto. Pernoctó en un calabozo y hoy será puesto a la disposición del gobernador.

El Gato Negro. Estropajo de acero para limpiar pisos de madera rápidamente sin necesidad de jabón ni arena. Colón de Larreátegui, 31, cacharrería.

Una alemana envenenada. Se dio ayer cuenta al juzgado de que doña E.E., de nacionalidad alemana y habitante en Iralabarri, bebió en su domicilio un líquido corrosivo de los que se emplean para revelar fotografías, sufriendo los efectos del envenenamiento. Hubo de ser auxiliada en la Casa de Socorro, calificándose su estado de pronóstico reservado.

Al lanzarse del tren. Dicen de Arrancudiaga que, al llegar a la estación de Areta el tren tranvía del Norte que iba para Bilbao, montó el muchacho de 11 años Cirilo Ibancas, hijo del vecino de Aracaldo, Antonio. Cuando el chico se vio cerca de su casa, se apeó del tren, pero fue a dar con la cabeza en un trozo de raíl indicador del kilómetro y se causó una herida de 14 centímetros de extensión en la cabeza.

Militares y paisanos. El domingo por la tarde, en La Casilla, promoviose un ruidoso incidente entre un soldado de Caballería de Calatrava llamado Medardo Sánchez y el paisano Emiliano Martínez. Parece que el paisano agredió al militar y este sacó el sable y agredió al paisano, saliendo en defensa de este otros amigos. Entonces los demás soldados compañeros del agredido sacaron también los sables, acometiendo a los paisanos y poniéndolos en precipitada fuga.

Murió ochentón don Manolo / con dentadura completa. / ¿Cómo? Con esta receta: / usando el Licor del Polo.

Al público. Acabo de recibir una importante partida de impermeables norteamericanos. Hay de todos los modelos, de gran lujo, para 'chauffeurs' y para campo, que son los verdaderos para no mojarse. Impermeables para dos usos, un día impermeable, otro día gabardina. Abrigos impermeabilizados. Impermeables para jóvenes. Capas para colegiales. Los precios son sin ninguna competencia posible. Carlos Hainovitz, San Francisco, 17.

Lo del hallazgo de las bombas. Ayer nos dijo el gobernador que el asunto de las bombas halladas en la calle Particular de Quintana carecía de interés, a su juicio. «Se trata sencillamente –añadió– de una partida de bolas huecas que han venido consignadas en un vapor a nombre de la razón social Mica». Esas bolas, que alguien supone bombas de mano pero que pueden ser bolas de cama, se descargaron en el muelle de la Grúa Grande y de esa expedición los chiquillos se han llevado unas cuantas. Las famosas bombas de la calle Particular de Quintana son bolas de las sustraídas. «Pero ¿y la dinamita y los pistones encontrados en la misma casa?», le preguntamos. «Sencillamente, deben ser pistones y cartuchos procedentes de latrocinios cometidos por chiquillos. De otra manera, no se explica».

Un bárbaro. La benemérita de Aranguren ha detenido al joven José María Marquina, por arrojar al paso del automóvil BI-973, en la carretera de Zalla, una herramienta de cultivar la tierra, con grave peligro del vehículo y de sus ocupantes. El detenido manifestó que tiró la herramienta hallándose embriagado.

Señoras: para normalizar los desarreglos periódicos y evitar sus desastrosas consecuencias, tomad los gránulos reguladores del doctor Artaza. Plaza Nueva, 4, y farmacias.

Los autores de varias sustracciones. La policía municipal puso ayer a disposición del juzgado a Mariano Ramírez, de 18 años; Antonio Martínez, alias El Pulga, de 17, y Víctor Ramírez, alias El Chaval, de 16, los cuales formaban una cuadrilla de rateros que se dedicaba a sustraer dinero de los bolsillos de las señoras. En el momento de la detención se les ocuparon 137 pesetas en billetes del Banco, un reloj de oro sustraído anteayer a una señora, un bolso de plata y otros varios objetos. Declararon que hace 8 días llegaron de Barcelona y que en ese corto tiempo han llevado a cabo en Bilbao infinidad de sustracciones de bolsillos, que vendían y se repartían el importe.

Lluvia de carteristas. Los agentes de Vigilancia lograron caputrar a dos carteristas llamados Ángel del Amo y José Ramón Ramírez, que habían 'caído' en Bilbao para dedicarse a su lucrativa industria. Cuando iban en el coche celular a la cárcel esos dos detenidos, el Ángel logró abrir la portezuela y escapar. A pesar de ello, logró ser capturado nuevamente. El gobernador dispuso ingresaran en quincena. También el agente de Vigilancia señor Bazán ha capturado a los conocidos carteristas El Cayón, El Cortes, El Moreno y El Argentino, los cuales acababan de llegar a Bilbao para 'trabajar'. Ingresaron en quincena y después serán enviados a sus pueblos de origen.

Una desgracia. Anteayer, en la fábrica La Basconia, un chofer llamado Lucio Ibarra, de 19 años, natural de Durango y vecino de Basauri, echando gasolina a un auto, tuvo la desgracia de que hiciera explosión la esencia, alcanzándole la cara, el cuello y las manos. Curado de primera intención en la citada fábrica, fue trasladado al hospital civil, ingresando en gravísimo estado. Ayer tarde, el desgraciado Lucio Ibarra dejó de existir.

Mujer ahogada en Portugalete. Las olas arrojaron a las 7 de la mañana del domingo a una playa de esta villa el cadáver de una mujer humildemente vestida. Aparenta tener unos 55 años de edad (...). Se cree que se trata de una pobre apodada La Minera. Una vecina de Santurce que por allí pasó manifestó que a la mujer que estaba ahogada le pareció verla al oscurecer de la tarde anterior por las rocas de Santurce, cogiendo carramarros, y que, como la vio muy débil, le recomendó tuviera cuidado, no se resbalara y cayera al mar.

Por los niños rusos. La junta directiva de la Sociedad El Sitio, en sesión celebrada ayer, adoptó el siguiente acuerdo: destinar 5.000 pesetas para engrosar la suscripción que, a beneficio de los pobres niños hambrientos de la Rusia sovietista, se ha abierto en 'El Noticiero Bilbaíno' e invitar a los señores socios a que secunden este bello gesto de la directiva.

Dos felicidades interesantes. La primera, ser doncella de instintos maternales, cara fosca y genio de ángel, despreciada siempre por el hombre de sus ensueños, y después de veinte años de esperanza reverdecer sus amores y cumplirlos en la vicaría con el suyo, su hombre. La segunda, comprarse unas gafas, un buen reloj de pulsera y un bastón en la relojería de Arturo Navarro Allúe, Bidebarrieta esquina a Lotería.

Al juzgado. Al ir la joven dependienta Nicasia Viadero a llevar a casa de un cliente un garrafón de vino, parece que dicho señor trató de abusar de ella. Puesto el hecho en conocimiento de la autoridad, el acusado fue detenido y llevado al juzgado.

Al ser cacheado Víctor Barrueta en Miravilla, se le ocupó un cuchillo grande. Como blasfemó además, se le encarceló.

Causa por homicidio. Ante la sección segunda de esta Audiencia Provincial y Tribunal del Jurado de Valmaseda, compareció ayer el procesado Félix Pagoaga Rementería, acusado por el ministerio público de ser autor de un delito de homicidio con imprudencia. Según dicho ministerio, el 31 de octubre de 1920 se encontraban reunidos en la Sociedad Los Tranquilos de Sestao varios socios, festejando la próxima incorporación al Ejército de dos de ellos. Suscitose una discusión entre ellos y el procesado Pagoaga tiró un vaso para detener a Emeterio Gómez, que le seguía, dando contra la puerta de salida y alcanzando un trozo a Norberto García Iturraspe, ocasionándole una herida en la cabeza de resultas de la cual falleció en Bilbao (hospital) el día 5 de noviembre (...). El Tribunal de Derecho dictó sentencia absolviéndole libremente.

El suceso de la calle de Henao. Ayer por la mañana, un autocamión del expresidente de la Sociedad Patronal de Transportes, don Alfredo Gordillo, chocó con otro autocamión de la Compañía de Comunicaciones y Transportes, que conducía el chófer José Bilbao Martínez, soltero, de diecinueve años, natural de San Miguel de Basauri y habitante en la calle Somera, 14, primero izquierda. El choque ocurrió en la Alameda de San Mamés, esquina a la calle de Concha. Los chófers se increparon y no pasó más. Por la tarde, a cosa de las tres y media, cuando José Bilbao quiso penetrar con su autocamión en el almacén de la Sociedad de Comunicaciones y Transportes, situado precisamente frente al almacén del señor Gordillo, parece que chocó con un carro de dicho señor que estaba parado a la puerta, y este choque debió dar lugar a que entre el señor Gordillo y José Bilbao se suscitase violento diálogo (...). No faltó quien afirmase que el señor Gordillo terminó la cuestión dando dos bofetadas al José Bilbao (...). El señor Gordillo regresó a su almacén y se puso en la puerta de la oficina a conversar con su sobrino y demás dependientes, dando cuenta de la labor que había para el otro día. En esta conversación se hallaban todos cuando, de improviso, lívido y como un loco, hizo su aparición allí el joven José Bilbao. En su rostro se marcaba una expresión de excitación inexplicable. En su mano derecha empuñaba una pistola Browning. Alguien parece oyó estas frases al Bilbao: «¡Aquí estoy, a ver si me vuelve usted a abofetear!». Apenas el señor Gordillo se volvió a ver quién le hablaba, el Bilbao le hizo hasta cinco disparos con el arma (...). Llevaron al señor Gordillo al Cuarto de Socorro, en donde el médico de guardia le quiso curar, pero se convenció de que el desgraciado expiraba y enseguida ordenó que acudiera un sacerdote de San Vicente, que absolvió 'sub conditione' al señor Gordillo, el cual expiró a los pocos segundos.