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'Senua's Saga: Hellblade II' es la epopeya que Xbox necesitaba

Crítica ·

La secuela de Ninja Theory llega hoy a Xbox Series y compatibles

Martes, 21 de mayo 2024, 10:04

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La secuela de 'Hellblade: Senua's Sacrifice' llega en un momento crítico para la división de entretenimiento de Microsoft. A los despidos generalizados en la industria se suman cierres tan inesperados como el del estudio japonés Tango Gameworks, responsable de una de las mejores exclusivas que Xbox ha albergado en años. 'Hi-Fi Rush' resultó, en efecto, un oasis de originalidad en un desierto por el que los incondicionales de la marca llevan tiempo vagando, esperanzados de que las continuas adquisiciones de los de Redmond den su fruto en forma de superproducciones.

La credibilidad de Phil Spencer como mandamás también se ha visto afectada por el anuncio de una estrategia multiplataforma en fase de pruebas que, visto el éxito incontestable de 'Sea of Thieves' o 'Grounded' en PlayStation 5, podría terminar llevando a la competencia el resto de franquicias insignia de Microsoft Game Studios. En esta tesitura y con sendos modelos de Xbox Series muy por detrás de la nueva generación de Sony, muchos se preguntan si tiene sentido agenciárselos cuando puedes optar directamente por un PC (a donde también la multinacional nipona está encaminando sus títulos first-party).

Como digo, 'Senua's Saga: Hellblade II' supone el primero de esos grandes proyectos anunciados hace ya unos años, llamados a devolver a Xbox el esplendor de su época más prolífica, cuando Xbox 360 consiguió mirar de tú a tú a PlayStation 3. Si lo último de Ninja Theory no cumplía con las expectativas, el mazazo sería tremendo y la crisis corporativa difícilmente reparable. Lógico que el estudio británico intentase cubrirse las espaldas días antes de distribuir los códigos de review, advirtiendo que la producción se había concebido al estilo del original, como una aventura narrativa para un jugador; comedida en su extensión.

Sepan los pájaros de mal agüero que todos mis temores se disiparon al poco de iniciar partida. Esto pese a que el Hellblade original me despertó sentimientos encontrados por una narrativa obtusa y unas mecánicas algo desaprovechadas. La sensación al concluir esta secuela es la de que aquel 'triple A independiente' (como lo definió la propia Ninja Theory) fue una mera aproximación a la idea que los de Cambridge tenían en la cabeza. Finalmente bajo el amparo y los recursos de Microsoft han podido materializar una visión que conquista ya no sólo por los oídos; también a nivel visual.

La premisa del título sigue siendo la de una protagonista afectada por episodios continuados de psicosis, lo que se manifiesta mediante alucinaciones y el incesante diálogo de las voces que pueblan su mente. Éstas se utilizan para darnos cuenta de los miedos e inseguridades (a menudo contradictorios) de Senua, pero también de forma inteligente para arrojarnos pistas sobre los siguientes pasos a dar, sobre todo cuando nos atascamos en algún rompecabezas.

Ni que decir tiene que la experiencia se ha diseñado para disfrutarse con auriculares (así lo recomienda el juego nada más ejecutarlo). El audio 3D binaural apabulla y a menudo nos obliga a tomarnos un descanso si alargamos en demasía la partida, embotados como estamos por las emociones y el feedback que las 'furias' de Senua proyectan a cada rato (subtituladas del inglés a uno y otro lado de la pantalla para mayor distinción). Esto último puede echar para atrás a más de uno, pero lo cierto es que la calidad del doblaje resulta tan excepcional que no imaginamos disfrutar de la aventura sin las interpretaciones originales (Melina Juergens a la cabeza).

No es habitual comenzar la crítica de un videojuego por su apartado sonoro, pero el trabajo de nuestro compatriota David García ('Senua's Sacrifice', 'RIME') merece toda disrupción. Los efectos de sonido nos meten de lleno en los escenarios por los que transitamos y la banda sonora destila el grado exacto de épica (o emoción) que requiere cada instante.

El apartado visual también está a la altura, ofreciéndonos algunas de las estampas más brutales que hemos visto en juego alguno. La captura minuciosa de entornos reales, la recreación de atuendos diseñados previamente a mano... todo ello contribuye a un fotorrealismo que os dejará sin habla en conjunción al sistema de iluminación y reflejos implementado a lo largo y ancho del desarrollo. En más de una ocasión me ha ocurrido quedarme esperando a que la acción continuase por no saber distinguir si estaba frente a una cinemática o si, efectivamente, el juego me pedía seguir pulsando un botón. Quizás mi único pero resulten ciertas expresiones faciales que, pese a haberse capturado con la tecnología más avanzada del mercado, se antojan algo robóticas (especialmente en lo que a los globos oculares y las comisuras de los labios respecta).

En todo lo demás, repito, estamos ante un nuevo hito técnico. Gracias en parte a que se trata de una producción lineal, cuyos entornos y secuencias están medidos en pos de la espectacularidad. No olvidemos además que ésta es una franquicia pausada, cuyo esquema de combate prioriza los enfrentamientos uno contra uno y que conseguirá transmitiros sensaciones genuinas de angustia cuando su protagonista luche por zafarse de sus captores, haga frente a las ilusiones más perversas o se abra paso por los recorridos más angostos.

No me cabe duda además de que vuestra percepción del juego variará enormemente según la importancia que le déis al gameplay frente a la narrativa. La primera hora, con una Senua recomponiéndose a duras penas tras un naufragio, me hizo sacar conclusiones precipitadas: las refriegas basadas en ataques, bloqueos y esquivas me resultaron poco apetecibles, y los puzzles a lo 'Echochrome' (encontrar formas rúnicas en los escenarios, jugando con la perspectiva) algo farragosos por una interfaz que camufla las rutas por las que podemos transitar, lo que me hizo dar más vueltas de la cuenta.

No es que estas mecánicas (junto algún que otro reto de ingenio, cimentado en alternar 'realidades') mejoren sustancialmente con el paso de las horas. En mi humilde opinión nunca dejan de sentirse como una excusa para lo que de verdad importa: la narrativa. Pero es que la narrativa, o mejor dicho, la forma en que Ninja Theory consigue que nos sumerjamos en ella (a través de los ojos de Senua), alcanza límites insospechados a partir de cierto enfrentamiento. Tal así que lo vivimos como si del clímax del juego se tratase, cuando en realidad apenas habremos completado un tercio de la aventura.

Todos tendréis en la cabeza alguno de esos momentos a los mandos en que, mientras pulsábais botones, os sorprendíais embargados de emoción, como si vuestra voz interna gritase: ¡amo los videojuegos! Puedo decir que Senua's Saga me ha proporcionado varios de estos momentos y que su épica conclusión consiguió emocionarme hasta la lágrima. Unas veces, como apuntaba, por la espectacularidad de cuanto ocurre en pantalla; otras por llegar a sentirte uno con Senua, cuyos miedos, inseguridades e incertidumbres no dejan de ser los mismos que muchos afrontamos a diario. Se percibe claramente la asesoría de Paul Flethcer, profesor de la Universidad de Cambridge, al concebir una obra que además ha sido respaldada por personas que conviven a diario con la psicosis (tal y como puede verse en el documental que publicamos por estos lares).

Hellblade II también resulta, en este último sentido, uno de los serious games más ambiciosos hasta la fecha. Sin revelar nada del argumento, refleja a una Senua que ha aceptado su condición hasta el punto de que ya no la controla por completo; además se muestra más receptiva con sus semejantes, siendo varios los personajes con los que topará durante este viaje de unas ocho horas (el cual podemos volver a experimentar con otros narradores).

Para redondear la jugada, Ninja Theory ha incluido numerosas opciones de accesibilidad para que cualquier persona pueda alcanzar los títulos de crédito: podemos dejar que el juego ejecute los ataques o las esquivas por nosotros, seleccionar el grado de dificultad durante los combates, activar un modo de visualización para daltónicos e incluso la narración de todos los elementos en pantalla (ajustando el volumen y la velocidad de las locuciones).

Sin duda hemos experimentado esquemas de combate más profundos y unos rompecabezas más originales, pero a Senua's Saga se viene para dejarse llevar por una narrativa épica volviéndonos uno con su protagonista (audio binaural mediante). La secuela de Ninja Theory transmite la emoción que el catálogo de Xbox precisaba, máxime después de que títulos como 'Halo: Infinite' nos hiciesen echar de menos los tiempos de Bungie, cuando el Jefe Maestro aún mantenía intacta su heroicidad. Al menos en lo que a Hellblade II respecta, Microsoft ha cumplido su promesa de dar plena libertad creativa (y tiempo) a sus estudios para que conciban los proyectos que tienen en mente. En este caso un título arriesgado y no demasiado comercial, pero que en último término consiguió erizarme la piel. ¿No es eso lo que buscamos cada vez que agarramos un mando?

El código de descarga utilizado para la redacción de esta reseña ha sido proporcionado por Microsoft.

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