«Es triste que solo el 5% de los refugiados logren el permiso de asilo en Euskadi»
La asociación sin ánimo de lucro ha atendido a más de 40.000 personas migrantes en el País Vasco desde su fundación hace 25 años
En 1989 un soldado huido del Ejército de Sierra Leona le pidió asilo en Bilbao y Javier Galparsoro descubrió «que no había nadie en Euskadi ... que me ayudase en materia de protección internacional». Así que compró un «libro sobre la ley de asilo» y logró reconocerle el estatus de refugiado. Desde entonces se volcó en esta faceta humanitaria y en 1996 fundó la Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi. En estos 25 años han trabajado con más de 40.000 personas de «140 países». «La experiencia ha sido apasionante porque, lo que empezó como atención solo jurídica se ha convertido en integral», remarca. Lo malo, constatar que la tramitación de cada expediente se demora hasta tres años, «cuando la ley dice que debe estar en seis meses» y, lo que es todavía peor, que «sólo el 5% de solicitantes logren el permiso».
- ¿Por qué tan poca gente logra el permiso de asilo?
- Porque somos muy mezquinos a la hora de analizar las circunstancias reales de estas personas. Con nuestra mentalidad europea les pedimos que traigan pruebas, cuando la mayoría huye del país con lo puesto. Ni el pasaporte pueden llevarse muchas veces. Y cómo va a demostrar una víctima de trata de blancas quién se lo ha hecho, o que ha sido violada...
- Lo cierto es que estas peticiones se han disparado en los últimos años.
- Nada que ver con lo que era cuando yo empecé, cuando los números eran insignificantes. Como dato el que se registró en 2019 en España: 122.000 casos -3.395 en Bizkaia-, que nos convirtieron en el segundo país a nivel europeo.
«Trabajamos con el colectivo migrante más apreciado. No es lo mismo hablar de refugiados que de extranjeros»
- Pero, con tanta solicitud y tan poca autorización, ¿qué ocurre con la gente que no la consigue?
- Como suelen pasar hasta tres años hasta que les llega la resolución, cuando es negativa intentamos buscar otras vías para posibilitar su permanencia entre nosotros. A veces a través de la ley de extranjería, que es una normativa totalmente distinta, aunque muchos confundan ambas
- ¿Y cómo viven este tiempo?
- Esta demora es una de las principales razones por las que hemos tenido que ir ampliando nuestras funciones progresivamente. Ya contamos en Euskadi con 39 pisos de acogida, algunos en exclusiva para mujeres, dos albergues en Gipuzkoa... Y ofrecemos atención en materia de vivienda, de empadronamiento, escolarización e integración. Por otro lado, aunque la ley les impide optar a un contrato de trabajo en los primeros seis meses de estancia aquí, luego sí pueden tener empleo y muchos van formando una nueva vida.
- En Euskadi los delitos relacionados con el racismo no dejan de crecer. ¿Lo perciben en CEAR?
- Nosotros trabajamos con el colectivo migrante que puede ser más apreciado por la ciudadanía. No es lo mismo hablar de refugiados que de extranjeros. La imagen de Afganistán a todos nos despertó mucha indignación y un sentimiento generalizado sobre la necesidad de evacuar a esas personas. Las terribles imágenes del aeropuerto de Kabul despiertan mucha más sensibilidad que las de una patera.
- El fichaje de la jugadora afgana Nilofar Bayat por parte del equipo Bidaideak Bilbao BSR fue muy sonado.
- Sí, pero no hay que olvidar que ella tiene el mismo problema que todos los demás. No es una refugiada todavía, solo solicitante de protección internacional. Ahora estamos en el proceso de acogimiento y atención.
«Sus derechos fundamentales están en situación de máxima vulnerabilidad, en muchos casos apocalíptica»
- ¿Es entonces Euskadi un destino de acogida?
- Se nota que aquí hay una experiencia previa con los niños de la Guerra Civil, las emigraciones forzadas por la dictadura. Aunque también estamos detectando cierta discriminación, sobre todo a la hora de conseguirles viviendas.
- ¿Es difícil encontrar alojamiento al refugiado?
- En algunos casos sí encontramos muchísimas dificultades para alquilar un piso. A pesar de que CEAR ejerce de arrendatario, y tiene recursos suficientes para ser toda una garantía, se nos exigen muchos requisitos como concretar quiénes van a ocupar el inmueble, de dónde vienen, cuánto tiempo van a estar... Nuestros centros de acogida siempre son temporales, rotatorios.
Día Internacional del Migrante
- Hoy es el Día Internacional del Migrante. ¿Qué le diría al reacio a la llegada de extranjeros?
- Que reflexione un poco y se ponga en la piel del migrante. Si estás en Siria y un francotirador intenta asesinar a tu familia o gasear tu aldea; si obligan a una mujer a llevar burka y una vestimenta que atenta contra su dignidad, ¿no intentarías huir a un lugar donde vivir mejor? Y muchos lo hacen incluso jugándose la vida en cayucos, entre las ruedas de un avión. Sus derechos fundamentales están en situación de máxima vulnerabilidad, de sufrimiento, en muchos casos apocalíptica.
- Y la proliferación de conflictos internacionales no apunta a que el numero de refugiados vaya a descender.
- Así es. Ahora mismo es una auténtica vergüenza lo que ocurre en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, donde se vive un auténtico drama. Se trata a las personas como ganado. Y todo esto pasa después de numerosos fracasos, como la claudicación de Europa en su compromiso de acoger refugiados en la crisis migratoria de 2015. Nadie cumplió. Hicimos deserción de nuestras obligaciones.
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