«Más te vale que lleves la pistola porque hoy te mato, y a tus compañeros también»
Un policía municipal de Bilbao se recupera de las graves lesiones en la cara y el cuello que le causó un individuo al estamparle un vaso en un bar de Uribarri
Lleva doce años ejerciendo como policía municipal y la experiencia le ha enseñado a mantener la cabeza fría y a percibir cuando una situación se ... puede complicar. Esta vez no pudo prever que un desconocido le iba a estampar un vaso en la cara tras reconocerle como agente de la autoridad en un bar de Uribarri. «Estoy dolorido y dándole vueltas a la cabeza. Me podía haber quedado en el sitio», explica desde casa, una vez que ha recibido el alta. «Me podía haber matado y casi antes de que yo haya salido del hospital, cuando aún me estoy recuperando, él ya está en la calle y la puede volver a liar otra vez», se duele.
La agresión se produjo «sin comerlo ni beberlo» mientras él esperaba en la barra a que le sirvieran unas consumiciones. Celebraban el 63 cumpleaños de su padre en familia. Habían estado comiendo y jugando con los niños con pistolas de agua para paliar el calor en una plazoleta cercana. Su hermana tuvo ganas de ir al baño y él la acompañó hasta el local y aprovechó para sacar unas consumiciones. Eran las 19.00 horas del pasado sábado 30 de mayo. Hacía una tarde espléndida.
Pese a que aún estaba prohibido acodarse en la barra por el estado de alarma para frenar el Covid-19, en el interior había un individuo, acompañado de una mujer. «Se notaba que había bebido y se estaba poniendo pesado con la camarera. Mi hermana le recriminó su actitud y parece que le sentó mal». Entonces, «la emprendió conmigo». Sacó un cigarro y salió a fumar. Mientras se iba, «me llamó maricón e hijo de puta, pero no me di por aludido. Lo que quería era que me sirvieran cuando antes y pirarme. No me gusta meterme en líos». De regreso, el desconocido se acercó a él y le espetó: «Más te vale que lleves la pistola porque te voy a matar. Hoy te mato y a tus compañeros si vienen también».
Aquel individuo le había reconocido, sabía que era policía. «Yo seguí pasando de él, no le respondí en ningún momento». Sin embargo, en ese momento, apareció su hermana y aquel hombre la cogió del brazo y empezó a insultarla. «¡Hija de puta, zorra! Sobrepasó la raya».
El agente salió en defensa de su familiar. «Me soltó un puño en la cara y yo se lo devolví. Entonces, me estampó la copa que estaba tomando y que tenía en la otra mano en el pómulo. Los cristales se me quedaron incrustados. Después, mi hermana me retiró uno del tamaño de una moneda de dos euros allí en caliente». Ambos cayeron al suelo. «Al ver la avería que me había hecho se desató el pánico y el caos dentro del bar». El policía sangraba abundantemente de las heridas. Tenía dos cortes en la cara, en el pómulo izquierdo, y un tajo en el cuello, en el que luego tuvieron que practicarle quince puntos de sutura.
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Intento de homicidio
Su padre y su cuñado entraron al percatarse de lo que estaba ocurriendo y retuvieron al agresor hasta que llegaron las patrullas de la Ertzaintza. El individuo fue detenido bajo la acusación de un intento de homicidio por las graves heridas que presentaba la víctima y la zona en la que se las había infligido. Se trata de un hombre de 57 años, vecino de Uribarri, aunque ha estado un tiempo fuera, con antecedentes por violencia de género y atentado a la autoridad. Una ambulancia trasladó al agente al hospital de Cruces, donde fue intervenido por una cirujana plástica y un otorrino, dado que la lesión del cuello podía haberle afectado al oído. Ha perdido sensibilidad en el labio y la parte afectada de la cara. «Es lo menos que me podía haber pasado», suspira ahora.
Tras ser puesto a disposición judicial, el arrestado ha quedado «en libertad sin fianza», pero a la espera de juicio. El agente ahora teme que su padre o su hermana se le puedan encontrar por la calle. «Yo no voy a dejar de ir a mi barrio, pero mi hermana no quiere salir por miedo». «Espero que no se vaya de rositas».
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