Expertos debaten si hubo homofobia o robo detrás de los crímenes de Bilbao

Todos coinciden en que el debate se centra entre si el móvil pudo ser exclusivamente económico o, si bien, existe algún componente homofóbico detrás. Para Guillermo Portero, eminente forense experto en Psiquiatría ya retirado, que examinó a decenas de homicidas durante las dos últimas décadas en Bizkaia, «resulta muy llamativo que sólo escogiera como víctimas a hombres. Podría haber algo de tipo sexual porque de lo contrario habría aparecido también alguna mujer. Podría haber utilizado también páginas de citas entre heterosexuales con la misma vulnerabilidad en las víctimas y, al parecer, no lo hizo. ¿Igual por algún sentimiento de odio a los homosexuales, por venganza?», aventura.

«Habrá que averiguar si utilizaba a homosexuales porque eran víctimas fáciles o tenía un problema con ellos», advierte Vicente Garrido Genovés, criminólogo de la Universidad de Valencia y autor de varios libros sobre perfiles criminales. Tampoco Genovés se atreve a concretar si podría haber un móvil por robo o bien uno «asociado con la psicología del asesino».

Para saberlo con certeza, habría que hacer una exploración, mediante varias entrevistas, del sospechoso, Nelson David M.B., colombiano de 25 años, que se encuentra ingresado en prisión preventiva en la cárcel de Basauri desde el pasado sábado después de entregarse en la comisaría de la Ertzaintza en Irún.

«Si hubiera exclusivamente un aprovechamiento, ¿por qué acaba con su vida, si es que se puede demostrar que había intención de matar?, ¿sólo para eliminar posibles testigos?», se pregunta. «Y si fuera sólo pasional, mataría y no robaría», cree, por lo que el experto no descarta que pueda haber una combinación de las dos motivaciones. Otros expertos señalan que podríamos estar ante un «psicópata», esto es, una persona fría, sin ninguna capacidad para empatizar con el sufrimiento ajeno.

Desde un punto de vista profesional, Portero no oculta que le gustaría poder estudiar el caso. «Cuando hay muchas variables y muy interesantes, intentar desentrañar lo que pasaba por la mente de esta persona se convierte en un reto». Para el forense especializado en Psiquiatría, será fundamental «el testimonio de los dos hombres que sobrevivieron». A uno de ellos le intentó estrangular colocándole el brazo a modo de pinza en el cuello mientras intentaba sonsacarle alguna información bancaria. Al final, ante la fuerte resistencia del hombre, el agresor terminó huyendo olvidándose una mochila con documentación en la vivienda, lo que ha resultado clave para la investigación.

Portero advierte de la dificultad de encontrar un tóxico «en una autopsia que se practica más de 24 horas después, ya que habrá desaparecido». Plantea de manera alternativa la posibilidad de estudiar el pelo de las víctimas, en los casos en que sea posible, ya que «aguanta un poco más la muestra».