El móvil 'chollo' que en realidad costaba cinco veces más

Una justificación que no ha satisfecho a los que lo compraron, que han reclamado en masa que les manden el teléfono. Facua-Consumidores se ha puesto del lado de los reclamantes y ha presentado una avalancha de peticiones a Fnac, además de interponer denuncia ante las administraciones autonómicas, en el caso de Euskadi ante Kontsumobide. ¿Tienen las de ganar? Creen que sí. «No es un coche que te venden por 100 euros, es un teléfono que te venden por 139, que es más de lo que cuesta el mío. No es un precio que la gente diga: 'es imposible que cueste eso'. Y ellos pueden llamarlo como quieran, error o arrepentimiento. Da igual», valora Rubén Sánchez, portavoz de Facua, el organismo que ha dado eco al caso y ha creado una plataforma de afectados que este mediodía tenía ya 1.1580 adhesiones en toda España.

A sumar, las personas que están reclamando a través de otras asociaciones como Eka-Acuv, la más representativa en el País Vasco. «Hemos recibido tres o cuatro quejas de socios por este asunto», confirma el abogado Mikel Muñoz, que se muestra rotundo con el 'veredicto': «El error no puede ser trasladado a la persona consumidora con el argumento de que tiene que saber lo que vale un móvil. No se puede pedir a los clientes que controlen el precio. De hecho cuando entramos en una tienda lo primero que preguntamos es '¿cuánto cuesta esto?'». Y 139 euros no es una tarifa 'loca' para un teléfono.

Este periódico ha contactado con Fnac y la compañía ha respondido. Han reiterado que se trata de «un error informático» por el que ese modelo de móvil «estuvo durante un tiempo a la venta a un precio de promoción que no era el correcto». Desde la multinacional han lamentado «profundamente» esta circunstancia y han aclarado que «el precio real del producto» asciende a 699,90 euros y a 684,90 para los socios. Además, han explicado que «se regaló el alta de socio Fnac para dos años a todas las personas que pusieron en marcha el proceso de compra del teléfono cuando este figuraba a un precio erróneo en fnac.es».

Con los responsables de Facua y Eka-Akuv analizamos el recorrido que podría tener el caso y sus consecuencias para la conocida firma:

«De momento se están haciendo los tontos. En teoría tienen un mes para dar respuesta a la reclamación, pero o bien no van a responder o van a decir que no entregan los móviles», apunta Mikel Muñoz. Que vaticina un mal efecto para la compañía: «Les ha explotado todo esto y les va a afectar a la imagen». Y es que, insisten en la misma línea desde Facua, «este no es el caso de un panadero que pone el pan de oferta en un cartel en la puerta y luego se arrepiente y sube el precio. Estamos hablando de una multinacional francesa que lanza una oferta a través de la página web. Y los clientes compraron en ese momento, nadie está reclamando: 'Oiga, denme la oferta que pusieron ayer'. Eso no tendría recorrido porque Fnac no hizo una campaña en televisión con la rebaja, ni buzoneó un folleto por las casas. Hizo una llamamiento online un día, y por eso los que compraron ese día tienen derecho a recibir el producto».

Las asociaciones de consumidores no pueden sancionar, pero las administraciones sí. Y Kontsumobide trabaja ya en este caso. «Recibimos las demandas de Facua y hemos hecho un requerimiento a Fnac de solicitud de información», explican desde el Instituto Vasco de Consumo. Ellos, a diferencia de Facua o Eka-Acuv, sí tienen potestad sancionadora y podrían poner una multa a Fnac. ¿Lo harán? «Hay que estudiar el caso y aún estamos a la espera de que la empresa mande la información», explican cautelosos. Cada año Kontsumobide recibe cerca de 10.000 reclamaciones, «la mayoría relacionadas con telefonía».

«Si pone 139 euros, pone 139. ¿Qué vale en realidad 700? Pues vale, pero ¿qué idea tienes tú de lo que cuesta cada modelo de móvil? El cliente ve un número y va a por él y eso debería respetarse», opinan desde la asociación vasca de personas consumidoras. Y remiten a dos normas: El Código ético de confianza online y el Código de conducta publicitaria de Autocontrol, que «tutelan las compras en internet». «Ambas normas defienden que no se puede pedir al consumidor que controle los precios».

Puede, pero solo puede hacerlo un juez y eso implicaría ir a juicio, un paso que no se ha dado todavía. De llegar a los tribunales, ¿tendría recorrido? «Es un caso totalmente defendible en juicio porque es un ejemplo de publicidad vinculante clarísimo», advierten desde Eka-Acuv. «Y basta con que vaya a juicio una persona y gane para que vayan detrás los demás». Las personas afectadas no han perdido, obviamente, el dinero, que les ha sido reembolsado a los que ya habían pagado.