Azpeitia despide con emoción al niño de 4 años que fue hallado muerto en la bañera

Al oficio religioso han acudido familiares de la víctima así como cientos de vecinos que han rendido un emotivo último adiós al menor en el transcurso de una ceremonia cargada de dolor y emoción contenida.

Y mientras Azpeitia despedía al niño, agentes de la comisaría de la Ertzaintza han proseguido este jueves con las investigaciones dirigidas a esclarecer las circunstancias que rodearon el fallecimiento del niño. La madre sigue ingresada en el Hospital Universitario Donostia, donde se recupera de las heridas que ella misma se produjo en las muñecas y en el cuello tras presuntamente acabar con la vida de su hijo, a quien habría ahogado.

La madre todavía no ha sido imputada. Lo será en cuanto mejore de las lesiones que presenta. Fuentes cercanas al caso aseguran que tanto la Policía como los operadores judiciales permanecen pendientes de la evolución de las heridas. Añaden en este sentido que la última decisión sobre el momento idóneo para que pueda tomársele declaración será de los facultativos que atienden a la madre. En cuanto estos consideren que se encuentra en condiciones, es muy probable que la comitiva judicial, integrada por la juez y la letrada de la administración de justicia se desplacen al centro sanitario. En ese caso, también lo hará el representante del ministerio fiscal, así como el abogado defensor.

La madre permanecerá en el hospital hasta el momento en que sea dada de alta. A partir de ese momento, la autoridad judicial deberá decidir sobre su situación procesal. En este sentido, son dos las opciones que se plantean: una el ingreso en prisión, y otra si se concluye que la madre actuó condicionada por los posibles problemas psiquiátricos que presuntamente padece, por lo cual podría ser conducida a la Unidad de Psiquiatría Legal de Aita Menni, en Arrasate.

El cuerpo del niño fue encontrado sin vida a media tarde del martes en el interior de la vivienda Basabe, situada en el barrio de Odria, junto al bidegorri que discurre paralelo al río Urola y que comunica la localidad con Lasao.

Los hechos fueron descubiertos en torno a las seis de la tarde. Fue la abuela del menor la que halló el cuerpo del pequeño en una bañera. La familiar sacó a la víctima del lugar y a continuación descubrió varias manchas de sangre en el suelo que llevaron hasta otra dependencia situada en la planta superior de la casa, una especie de trastero, donde encontró a su hija. Esta presentaba varios cortes en muñecas y cuello que, al parecer, ella misma se había causado.

El menor falleció por ahogamiento, si bien los médicos del Instituto de Medicina Legal de Donostia trabajan en determinar el mecanismo que presuntamente empleó la madre. Es decir, si fue por inmersión en la bañera o por sofocación, porque la madre le hubiese taponado previamente las vías respiratorias. Asimismo, los forenses tratan de establecer si se había suministrado al niño algún fármaco con anterioridad a su muerte. Los resultados se conocerán transcurridos varios días.