Dos familias vizcaínas que han recurrido a la gestación subrogada: «Verle nacer fue tan emocionante...»
Eneko Arrese y Kristina Carmona relatan sus respectivas experiencias en Canadá y Estados Unidos, dos de los países donde está permitida esta práctica
Fue la noticia del día este miércoles. La maternidad por gestación subrogada de Ana Obregón a los 68 años saltó de la portada de ... la prensa rosa al debate político para traer al primer plano un debate con infinitas aristas y perspectivas encontradas. ¿Es ético recurrir al vientre de otra mujer para tener un hijo?
En España esta práctica es ilegal desde 2006 y desde el Gobierno, la ministra de Igualdad Irene Montero lo calificó de «explotación sexual». En los últimos días no han faltado voces que defienden esta postura y la contraria. Las familias españolas que han recurrido a la gestación subrogadas se sienten señaladas y quieren salir a contar su relato. «La madre gestante de nuestro hijo, Jocelyn, alucina cuando le enseñamos las declaraciones que hacen los políticos en España respecto a este tema.
Ella misma se declara feminista y dice que hace lo que quiere con su cuerpo», relata Eneko Arrese, vecino de Basauri de 36 años, que recurrió junto a su compañero sentimental a una madre gestante estadounidense para tener al pequeño Aretx. «Guste o no, lo que ha hecho Ana Obregón, allí es legal», añade Kristina Carmona, una madre soltera bilbaína de 42 años que viajó a Canadá para tener al pequeño Mike.
Como Eneko y Kristina, más de mil parejas españolas recurren cada año a la gestación por sustitución. De ellas, unas 250 son vascas. Las cifras a nivel mundial rondan los 200.000. Aunque son solo números orientativos, como se encarga de subrayar Pablo Bilbao, portavoz de Gure Umeen Ametsak, la asociación que agrupa a las familias vizcaínas que han sido padres de esta forma.
La legislación española, como buena parte de las normativas de otros países europeos, no permite esta práctica y la renovada ley del aborto impide también la publicidad de las agencias especializadas que se dedican a este controvertido negocio. El Gobierno estudia ahora poner coto a los viajes a terceros países, donde sí está permitida.
Esto es precisamente lo que hicieron Eneko y su pareja y Kristina en su momento. Se desplazaron a Estados Unidos y Canadá, respectivamente, donde nacieron sus hijos. Estas son sus historias.
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Kristina Carmona (42 años) Profesora de Bilbao
«Mi hijo se llama Mike en homenaje a su madre gestante»
Kristina Carmona ha tenido que superar muchos obstáculos para cumplir su sueño de ser madre. Esta profesora bilbaína de 42 años tuvo cáncer, se sometió a varios tratamientos de inseminación que no funcionaron y, cuando dio el paso a la gestación subrogada, hasta cuatro madres gestantes dieron marcha atrás. Un camino tortuoso que acabó cuando nació Mike, hace dos años.
Kristina siempre había querido tener un hijo. Y sola, «como Ana Obregón pero más joven», dice con humor. Tras ser sometida a tratamientos de quimioterapia y radioterapia, consiguió el permiso médico para intentar quedarse embarazada. En paralelo, inició el proceso de adopción. Pasó todos los trámites habidos y por haber durante siete largos años, pero siempre surgían candidatos más idóneos. «Sola y con cáncer, no tenía ninguna posibilidad. Las parejas, con más 'entorno', siempre me adelantaban en las listas. Por ley no me podían excluir pero, en la práctica, fue así», recuerda con pesar.
15.000 euros
Los tratamientos de inseminación no dieron tampoco el resultado esperado. Fue entonces cuando apostó por la opción de la maternidad por sustitución. Llevaba años defendiendo este derecho en una de las primeras asociaciones que surgió en España, por lo que su gente «no se sorprendió» cuando anunció su intención de viajar a Canadá para ser madre. El modelo canadiense es, como el portugués, altruista. Es decir, no permite que las madres por sustitución reciban dinero a cambio, pero sí se les cubren los gastos del embarazo -el límite son 15.000 euros-. «Me enamoré de este modelo. En él, las gestantes son el centro, tienen la última palabra en todo momento. Les costeas hasta su propio abogado», detalla. No fue un camino de rosas. La primera candidata fue una 'jockey', una profesional de montar a caballo. «Si no podía montar, tenía que cubrir los gastos de cuidar al animal, pagar a otro 'jockey' para que trabajara con él…». Otra rompió el 'match' -así se llama el acuerdo- tras hablar con su pareja; otra, después de leer el acuerdo con su abogado…
Hasta que conoció a Mica, una extrovertida enfermera canadiense de 37 años con tres hijos adolescentes. Se conocieron por Skype e hicieron buenas migas desde el comienzo. «Estuve dos meses en Canadá viviendo con ella. Me paseaba en su coche descapotable. Y, cuando entrábamos a una tienda, decía: 'Aquí está la madre del bebé'», recuerda entre risas. El momento del parto fue muy emocionante. Mike decidió venir al mundo antes de lo que tocaba, por lo que había cierto riesgo. El protocolo indicaba que estuvieran presentes médicos de varias especialidades por si el alumbramiento se complicaba. Afortunadamente, todo fue bien. «Les pedimos que grabaran el parto y lloramos los tres: Mica, Mike y yo».
Dos años después, su relación no puede ser más estrecha. Mica vendrá a Bilbao en julio para asistir al I Congreso Internacional de Mujeres y Gestación por Sustitución o Gestación Subrogada. Y después irán de vacaciones a Cádiz. A su vez, Mike y Kristina viajarán el año que viene a Canadá. «Queremos que conozca el hospital donde nació, es una especie de tradición», explica mientras el pequeño juega con sus pendientes. «Es un trasto. Está en la edad de los berrinches», confiesa Kristina. Y cuenta que Mike se llama así en homenaje a su otra madre.
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Eneko Arrese (36 años) | Funcionario Eneko Amezketa (41 años) | Profesor de teatro y baile
«El 'feeling' con Jocelyn fue inmediato y seguimos en contacto»
El pequeño Aretx nació el 26 de marzo de 2020 en un hospital de Chicago, la capital de Illinois, en Estados Unidos. «Es un niño alegre y extrovertido», le define uno de sus padres, Eneko Arrese, un funcionario de 36 años que decidió recurrir a la gestación subrogada junto a su pareja, Eneko Amezketa, un profesor de teatro y baile de 41. Ambos decidieron unir sus vidas a finales de 2017 y tenían claro que querían ser padres. «No fue una decisión repentina. Lo veníamos hablando desde hacía tiempo». Aunque su primera opción no fue recurrir a la maternidad subrogada. «Al principio estábamos en contra. Pensábamos lo que se suele decir de las granjas de mujeres, la explotación sexual…», reconoce. Es por ello que apostaron por la adopción.
La opción de recurrir a un país extranjero quedó descartada desde un primer momento por su condición de pareja homosexual, una traba que sigue estando presente en muchos de estos procesos. Miraron entonces las opciones en Bizkaia. Entre los requisitos que exige la Diputación está que la pareja candidata sea mayor de 25 años -o, al menos, uno de ellos-, que la diferencia de edad con el adoptado sea mayor de 14 años pero no supere los 44 y «un certificado de idoneidad» emitido por el ente foral.
Trabajo y nivel económico alto
El proceso, largo y minucioso, no fue como esperaban. «Te encuentras con muchísimas dificultades. Sabíamos que sería así porque conocíamos a dos parejas que tardaron ocho años en lograrlo», cuenta Eneko sobre una experiencia que resultó finalmente amarga. «Hicimos incluso varios cursos, pero ni de esta forma nos garantizaban que llegáramos a poder adoptar», relata.
Ante esta situación, surgió la opción a la que recurrió Ana Obregón. Coincidieron también en el país, Estados Unidos. Allí esta práctica está permitida en algunos estados como California, Florida o Illinois. Y es caro. Puede llegar a costar hasta 240.000 euros.
«Comenzamos a informarnos en 2018 y al año siguiente Jocelyn se quedó embarazada», continúa. En esos dos años tuvieron que superar un sinfín de trámites. Lo hicieron a través de una agencia especializada. «Todo era en inglés y nos pusieron traductores para ayudarnos a rellenar los formularios. También tuvimos que superar pruebas psicológicas y hacernos varias analíticas». Finalmente conocieron a la que sería la madre gestante de su hijo, Jocelyn, una mujer de Chicago de 27 años que ya había sido madre, un requisito indispensable en estos casos, igual que tener trabajo fijo y gozar de un nivel económico medio-alto. Jocelyn trabajaba en un centro de ayuda a niños con autismo y se conocieron por videoconferencia. En solo treinta minutos había 'feeling'. «Ella se emocionó. Hasta nos daba las gracias por darle esta oportunidad».
Ambos donaron semen y Jocelyn se quedó embarazada en 2019. Desde ese momento, el contacto fue diario. «Tenemos un vínculo muy especial. Nos mandamos fotos y vídeos. Nosotros decimos que tenemos una familia americana y ella, que tiene una familia vasca». La pandemia les impidió asistir al parto, así que a Jocelyn le acompañó su propia madre, «tras pedirnos permiso»
- ¿Cómo fue el encuentro con Aretx?
- Muy emocionante. Imagino que será algo parecido a lo que sienten los padres que tienen sus hijos en el hospital de Cruces.
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