«No me vacuno hasta que mis vecinos tengan cubiertas sus necesidades sanitarias»
La alcaldesa de la localidad cántabra de Valle de Villaverde denuncia así «el vacío y el abandono» que sufre su pueblo
marina león
Martes, 24 de agosto 2021, 00:22
La alcaldesa de Valle de Villaverde, Esther Gómez (PRC), decidió «con total consciencia» el pasado mes de julio no vacunarse contra el covid. ¿El motivo? « ... Yo no me vacuno mientras mis vecinos no tengan cubiertas las necesidades sanitarias básicas. La vacuna es un artículo de lujo y no me lo puedo permitir en la situación en la que estamos», señaló tajante.
La regidora de este enclave cántabro situado en Euskadi explicó que «el vacío y abandono sanitario total» que atraviesa el municipio viene de décadas atrás, en concreto desde que en 2005 el convenio de Sanidad con el País Vasco quedase obsoleto. Administrativamente la localidad forma parte de Cantabria, pero está situada en el mapa geográfico de Las Encartaciones, rodeada por los municipios vizcaínos de Carranza, Arcentales y Trucíos. «No tenemos ningún medio de transporte ni comunicación con Cantabria, nuestra vida transcurre y discurre en Euskadi», comentó. «No podemos ir, por ejemplo, al hospital de Valdecilla porque tardamos más de una hora, o a Laredo a hacernos una radiografía. Que por temas políticos o administrativos nos veamos en esta desatención es totalmente injusto», lamentó.
Según explicó Gómez, hace apenas unas semanas el grupo de Acción Local se reunió con parte del equipo de la consejería de Sanidad y le dijeron que «quedaban algunas cosas por atar», pero que en unos días estaría firmado el nuevo convenio. «Yo ya no me creo nada. Cuando lo vea firmado y vea que mis vecinos son atendidos y pueden ir al médico me lo creeré y me vacunaré», indicó la regidora, que lleva menos de un año en el cargo.
«La vacuna es artículo de lujo y yo no me lo puedo permitir en la situaciónen la que estamos»
Villaverde cuenta con unas 300 personas empadronadas, pero hay más de 500 que residen de manera habitual y prefieren empadronarse en otros sitios por la problemática sanitaria. «Se empadronan en casas de familiares en Bizkaia, es algo lógico. Hablamos de la España vaciada y somos nosotros los que la vaciamos», dijo la alcaldesa. «Aquí no nos vamos a morir de covid, nos vamos a morir porque nos dé un infarto en la calle o porque suceda cualquier accidente doméstico y nadie venga a socorrernos», señaló. «Tenemos mucha gente mayor que vive sola, o familias con niños pequeños. Te pasa algo en Santander y aparecen a los 15 minutos, aquí no vienen, es algo muy crítico», añadió.
«Estoy desesperada»
Han pasado ya unas cuantas semanas desde que la alcaldesa se negase a ponerse la vacuna a modo de protesta y, por el momento, ha obtenido la callada por respuesta, «algo que, sinceramente, ya me esperaba. Llevamos años tocando puertas que no se abren y llamando a teléfonos que no se descuelgan», admitió.
Al principio en su entorno cuestionaron las repercusiones que acarreaba su decisión, pero «saben que estoy desesperada y que asumo lo que venga». Para colmo, a la enfermera del ambulatorio la han llamado para cubrir las vacaciones de verano del personal de Castro Urdiales. «Es un problema de mala gestión que deja desatendidos a los vecinos», entre ellos a una veintena que necesitan curas diarias y atención a domicilio.
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