Urkullu: «En medio mundo se aplica el pase covid, pero aquí no por la razón del karaoke»

El pasado jueves, Cataluña y Navarra sí recibieron el aval judicial. Euskadi, sin embargo, ha tenido que recurrir al Supremo para tratar de exigirlo con plenas garantías jurídicas. Tras una respuesta a una pregunta de Amaia Martínez, líder de VOX en el País Vasco, el máximo responsable del Ejecutivo autonómico calificó este certificado como una medida «proporcionada, eficaz y que no supone ninguna limitación de la movilidad, además de poder reforzar la vacunación».

Se trata de una restricción que se considera fundamental en un momento en el que el virus avanza de manera imparable. Según los últimos datos, Osakidetza detectó el jueves un total de 1.066 contagios y la incidencia supera ya los 400 casos por cada 100.000 habitantes. En apenas un mes, el grado de propagación se ha multiplicado por 7. Cifras que preocupan sobremanera a expertos y autoridades políticas, ya que tendrán sus consecuencias en los hospitales.

Este elevado nivel de transmisión no se observaba desde el 5 de agosto, cuando la quinta ola comenzaba a remitir de manera tímida y permanecía activada la emergencia sanitaria. Un recurso jurídico que permite decretar restricciones en la hostelería y en otros ámbitos y que el Gobierno vasco recuperará si las UCI superan los 50 pacientes críticos. El pasado jueves, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, dio por hecho que se alcanzará este nivel de ocupación, de manera que se volverá a limitar la vida social de los vascos para tratar de poner freno a los contagios.

El lehendakari afirmó que diariamente se realiza un seguimiento de la evolución del virus y que, aunque el impacto de la sexta ola no tiene el «reflejo» de embestidas anteriores en el sistema hospitalario, «las cifras son altas y debemos actuar ya». Según el último parte oficial difundido el jueves, un total de 179 vascos se encontraban en planta por padecer síntomas graves de la covid, una cifra alejada de los 550 que los hospitales llegaron a atender en la quinta ola. Los niveles de ocupación tampoco son comparables en la UCI. La presión se mantiene en 36 pacientes, mientras que el pasado verano se observaron niveles cercanos a los 200, obligando a liberar espacio en los centros de Osakidetza mediante la suspensión de cirugías no urgentes. Asimismo, desveló que desde el inicio de la crisis 27.000 vascos han sido ingresados y 5.000 han pasado por las unidades de críticos.

Según adelantó este diario, la dirección de Osakidetza ha pedido a los principales hospitales que amplíen el número de camas disponibles en las UCI. A fecha del pasado martes, se habían abierto 243, es decir, se ha activado el escenario 2 de los cinco previstos en el plan de contingencia.

«Osakidetza tiene capacidad organizativa y profesional para hacer frente a una situación de mayor presión y dificultad», subrayó Urkullu. Además, avanzó que Osakidetza ha duplicado la red de rastreo, ha ampliado los equipos de vacunación y los puntos de realización de pruebas diagnósticas para hacer frente a este envite vírico.

El lehendakari insistió en que la salud pública es la «prioridad». De hecho, recordó que para el próximo curso el Departamento de Salud dispondrá de un presupuesto de 4.352 millones de euros, 168 más que este año. Pero no es suficiente.

Urkullu apeló de nuevo a la responsabilidad individual y colectiva en este momento crucial de lucha contra el avance de la pandemia. «Necesitamos el compromiso individual de las personas para usar la mascarilla, para evitar aglomeraciones, para mantener las distancias y para decir sí a la vacunación. La vacuna salva vidas», zanjó.

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