Osakidetza y La Pau pactan la salida ordenada de la empresa de ambulancias
Salud activará un procedimiento de emergencia para contratar otra compañía antes del 30 de noviembre
Ambulancias La Pau se va de Euskadi. La empresa de transporte sanitario y el Departamento de Salud pactaron ayer la marcha de la compañía. La ... cooperativa se irá de forma «ordenada», tal y como adelantó en septiembre EL CORREO, de manera que se garantiza la continuidad del servicio de ambulancias en Bizkaia y Álava hasta que otra empresa asuma esta prestación. La intención del Gobierno vasco es que este proceso esté resuelto, como tarde, el 30 de noviembre, tal y como avanzó el lunes Lore Bilbao, viceconsejera de Administración y Financiación Sanitaria.
Ahora Salud pondrá en marcha un plan para contratar por vía de emergencia a otra compañía para que siga prestando esta asistencia. El Departamento ha insistido en los últimos días, tanto por boca del consejero Alberto Martínez como de la viceconsejera Lore Bilbao, en que «no estaban satisfechos con el servicio que presta esta empresa».
Bilbao recordó el lunes en el Parlamento autonómico que La Pau acumula 55 actas de Inspección de Trabajo por diferentes incumplimientos de sus obligaciones, parte de ellas por retrasos en el abono de las nóminas. Salud le ha impuesto varias multas por las «deficiencias continuadas», como retrasos y servicios sin prestar. La más cuantiosa es de 840.000 euros por ofrecer vehículos que empleaba Osakidetza para otros servicios privados. Estas «medidas administrativas y sanciones económicas han concluido con la salida de la empresa», indicaba ayer la consejería en un comunicado. «El Departamento de Salud considera que ésta es la solución más adecuada, teniendo en cuenta que para el Ejecutivo la prioridad y el centro son los y las pacientes, así como los y las trabajadoras que prestan el servicio», añadió el Gobierno vasco.
La consejería cree que la marcha de La Pau es necesaria para acabar con las deficiencias del servicio
En la reunión de ayer Salud exigió a La Pau garantías de que podía prestar el servicio de ambulancias en las condiciones que fija el contrato firmado por ambas partes. Unos requisitos que abarcan tanto la calidad y los tiempos de esta asistencia a la población, como las obligaciones salariales con la plantilla. Algo que la compañía no pudo garantizar en el encuentro celebrado ayer.
La empresa se encuentra en una delicada situación económica. Aún tienen pendiente de abonar el 75% de la paga extra de verano, a lo que hay que sumar la próxima entrada en vigor del nuevo convenio laboral del sector del transporte sanitario en Euskadi, que prevé subidas salariales de entre el 23 y el 31% a los 1.800 empleados que tiene en nómina en el País Vasco. La reunión de ayer sirvió también para acordar las condiciones de salida de esta empresa de una manera lo más amistosa posible con el fin de que este divorcio sea lo menos lesivo.
Se pone así fin a una relación entre La Pau y Osakidetza que comenzó el 1 de enero de 2020, después de la abrupta marcha de Larrialdiak, la compañía anterior, tras no llegar a un acuerdo con el Ejecutivo autonómico para prolongar su actividad. En este tiempo la cooperativa con sede en Badalona ha ido incrementando su volumen de negocio en Euskadi hasta asumir los servicios del transporte sanitario urgente y del no urgente (programado) tanto en Bizkaia como en Álava. En Gipuzkoa los dos lotes de este territorio los tiene adjudicados Ambulancias Gipuzkoa.
5.000 afectados por retrasos
En los últimos dos años la prestación de esta asistencia se ha ido deteriorando progresivamente, con retrasos cada vez más frecuentes, incidencias, turnos que no se cubrían por falta de personal o vehículos inoperativos. A esto hay que sumar una elevada conflictividad laboral, con sucesivas huelgas convocadas por los sindicatos durante el último año, tanto oficiales como encubiertas, fruto de las cuales el absentismo laboral se ha disparado al «35%», según datos de la empresa. Durante estos paros se registraron decenas de sabotajes a otros tantos vehículos sanitarios y la situación económica de la compañía se complicó aún más. La respuesta de La Pau fue la de no solo no aplicar la entrada en vigor del nuevo convenio, sino pagar a sus empleados por debajo del acuerdo laboral anterior, lo que supuso durante meses rebajas salariales del 12% a la plantilla.
La firma catalana está en una delicada situación y tiene pendiente abonar el 75% de la extra de verano
La situación ha ido a peor en los últimos tiempos. Según los datos del propio Departamento de Salud, en seis meses solo en Bizkaia cerca de 5.000 personas con problemas de movilidad tuvieron que esperar más de tres horas desde que les dieron el alta para regresar en ambulancia del hospital a su casa. Además hubo jornadas en las que los vehículos de localidades turísticas como Plentzia y Bakio no estuvieron operativos por falta de personal.
La Pau se marcha cuando aún tenía un acuerdo con Osakidetza hasta 2026. Salud tenía reservados 282 millones de euros a los contratos de los servicios de transporte sanitario urgente y no urgente, prestados por empresas externas por un periodo de tres años. Los sindicatos UGT y USO habían recurrido estos acuerdos en Bizkaia, pero el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales de Euskadi (OARC) resolvió que la adjudicación era administrativamente correcta. Pese a ello, la nueva consejería no estaba contenta con el servicio prestado.
La compañía que contrate ahora Salud deberá subrogar a la plantilla de La Pau y asumir los compromisos salariales previstos en el nuevo convenio. Tendrá, además, que hacerse con una flota de vehículos para ofrecer esta asistencia y disponer de bases donde guardarlos. Este proceso podría llevar varias semanas, de ahí que la consejería se haya dado de margen hasta el 30 de noviembre para que el cambio esté finiquitado. La cooperativa catalana contaba con 350 ambulancias propias que daban servicio a Osakidetza.
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