Osakidetza dejó de detectar 1.695 tumores de colon y 202 de mama en 2020 por la pandemia

En el trabajo, firmado entre otros por los coordinadores de los tres programas de cribado existentes en Euskadi, se indica que la pandemia no solo supuso la paralización temporal de estos sistemas de detección, también lo hizo «significativamente» con las citaciones. El volumen de personas que se sometió a estas pruebas en 2020 descendió de forma brusca con respecto a los cuatro años anteriores.

En el caso de las mamografías se llegó al 54,4% de la población diana cuando lo habitual es que este programa alcance una respuesta del 80%. En el caso del colorrectal el seguimiento fue aún menor: del 39,2%. Y eso que en estos datos se incluyen también los dos meses y medio previos a la irrupción de la pandemia y la segunda mitad del 2020, cuando se fueron recuperando de forma progresiva estas pruebas.

En el caso de los cribados de cérvix, Osakidetza no se aventura a dar cifras de cánceres no detectados. Lo que sí hace es indicar que el «30%» de las 142.180 mujeres que tenían que haber recibido la invitación para esta prueba no llegaron a ser citadas.

Aquellos meses de parón total de la primera ola, en la que el sistema sanitario se volcó en hacer frente al coronavirus, trajeron también una importante demora en la realización de las pruebas. Un retraso que, con mayor o menor medida, aún arrastran la mayoría de procesos clínicos (operaciones, consultas, pruebas diagnósticas...). En el caso del cribado de mama, por ejemplo, son varias las usuarias vitorianas que han cumplido 51 años en este 2021 a las que aún no les han citado para su primera revisión, según han asegurado a este diario. Las mamografías se programan cada dos años a mujeres de entre 50 y 64 años, y desde los 40 en caso de que cuenten con antecedentes de esta enfermedad. En Bilbao fuentes sanitarias aseguran que, aunque se ha recuperado parte de la demora, aún existe un retraso «de tres meses o más» sobre la fecha prevista para la realización de esta prueba.

Desde el Departamento de Salud explican que las medidas adoptadas por la pandemia ralentizan aún estos procesos. La desinfección de equipos tras la realización de una mamografía y las limitaciones de aforo en las salas de espera impiden realizar el mismo número de pruebas diarias que antes de la llegada del coronavirus, detalla una fuente oficial.

Osakidetza detalla en el trabajo titulado 'Impacto de la Covid-19 en los cribados poblacionales de cáncer' las medidas adoptadas para retomarlos. Con el de pecho «se priorizó la realización de mamografías en mujeres de riesgo», ya sea por edad, antecedentes o porque así lo aconsejaban los resultados de anteriores pruebas. En los colorrectales se optó por enviar kits, cartas de recuerdo a la población diana y coordinación con Atención Primaria.

El Servicio de Salud reconoce que «la pandemia ha impactado de forma relevante en los tres programas de cáncer, lo que conlleva una disminución de sus beneficios y un aumento de la mortalidad a medio y largo plazo debido al retraso de las invitaciones y la disminución en la participación». Estos programas de detección precoz se han mostrado muy efectivos a lo largo de los últimos años. En 2019 permitieron una pronta identificación de 594 tumores de mama y 3.100 de colón.