Los médicos rechazan los vientres de alquiler porque atentan contra la dignidad de la mujer

'La gestación por sustitución o subrogada es contraria a la Deontología Médica por considerarla un atentado contra la dignidad de la mujer y al bien superior del menor', dice el borrador. Jacinto Bátiz señala que «no es un acto completamente libre, sino mediatizado por una prestación económica que condiciona la decisión y su consentimiento. Por ello, resulta inadmisible desde el punto de vista ético y deontológico». Añade que la Medicina «tiene muy presente que la dignidad humana exige que el acto de la donación de órganos o de tejidos sea un acto altruista y generoso. Este principio cobra mucha más importancia cuando 'la donación' consiste en convivir nueve meses con un nuevo ser que depende de una mujer en cada minuto, con las implicaciones afectivas y emocionales que esto implica. No hay que ignorar que en algunos contratos se contempla la exigencia de que el niño nazca sano».

Se trata de un capítulo nuevo en el que se aborda que los actos médicos 'deben quedar registrados en la historia clínica, teniendo el médico la obligación de redactarla'. «Con ello le podremos proporcionar al paciente una asistencia de calidad. También contempla la obligación del médico de proteger los datos de las historias clínicas permitiendo su acceso solo en casos justificados».

En este apartado se afirma que el médico 'debe combatir la violencia en su práctica diaria y colaborar activamente para hacer posible su erradicación'. Nunca puede silenciar estas conductas teniendo el deber de denunciarlas'. No se refiere exclusivamente a la violencia machista, sino al maltrato en general, como el infantil, el de los ancianos.

El capítulo Seguridad del paciente, especifica que el profesional debe dar prioridad a la seguridad del enfermo 'durante todos sus actos asistenciales, docentes o de investigación'. También indica que el médico debe incluir información relacionados 'con los riesgos derivados de la propia enfermedad sobre la que se esté realizando una intervención sanitaria'.

La relación médico-paciente se fundamenta en lealtad, la veracidad y la honestidad. Por tanto, el profesional 'debe asumir las consecuencias negativas de sus actuaciones y de sus errores en el curso de su ejercicio profesional. Además, debe mitigar, en la medida de sus posibilidades, el daño que hubiere ocasionado. Ante un acto médico del que se ha derivado un perjuicio al paciente, el médico debe buscarle activamente para ofrecerle las debidas explicaciones de una forma clara, inteligible y leal'.

El médico debe reconocer el impacto transformador que en la atención y cuidado de la salud tienen la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías sanitarias, señala el borrador del nuevo 'Código de Deontología Médica'. En consecuencia, «es obligatorio el aprendizaje y la mejora continua de conocimientos y habilidades que permitan utilizar cualquier tecnología con validez demostrada para el beneficio de los pacientes», recalca Bátiz.

El uso de los sistemas de telecomunicaciones es una realidad en la práctica médica diaria, ya sea entre profesionales o entre facultativos y pacientes. Por ello, el nuevo Código señala que 'en la telemedicina, internet, redes sociales, redes informáticas, telefonía móvil u otros medios telemáticos, rigen los mismos preceptos deontológicos' que en la relación tradicional entre médico y paciente o entre los profesionales.

La medicina defensiva está muy presente en el texto porque en la actualidad se tiende a pedir muchas pruebas, en ocasiones, solo para protegerse de potenciales demandas. El borrador afirma que 'es contraria a la Deontología Médica'. «Queremos resaltar -dice Bátiz- que es una mala práctica porque incrementa las molestias e, incluso, el sufrimiento del paciente al ser sometido a más pruebas complementarias de las necesarias. Además, facilita la pérdida de confianza entre médico y paciente y genera un aumento desorbitado del gasto».