Los jueces autorizan la reapertura de la hostelería

En su fallo la sala de lo contencioso-administrativo considera que no existe «claridad» respecto a que la actividad hostelera esté detrás del «elevado nivel de incidencia del virus tras la Navidad». Más bien lo atribuye a la relajación de las restricciones a la movilidad de aquellas fechas que favorecieron los encuentros sociales y familiares.

Para ello se apoya en dos aspectos. Por un lado, que la hostelería se abrió en Euskadi el 12 de diciembre y los casos siguieron bajando hasta el 27. Quince días en los que estos negocios estuvieron abiertos con las medidas de seguridad decretadas por el Gobierno vasco «sin que la incidencia acumulada se elevase lo más mínimo». Por otro lado, recogen los jueces en su auto, que «según una parte importante de los epidemiólogos» las comidas, cenas y reuniones celebradas en aquellas fiestas «pueden producir el 80% de los contagios».

La Justicia avala la postura de los hosteleros y rechaza los argumentos del Gobierno vasco que, en un informe de la dirección de Salud Pública, justificaba el alto riesgo sobre la transmisión del virus en la actividad hostelera. Es más, los magistrados Luis Ángel Garrido, Josefa Artaza y José Antonio González, firmantes del dictamen, señalan que la apertura de bares y restaurantes en municipios en zona roja «no aparece en este momento como un elemento de riesgo cierto y grave para la salud pública». La decisión deja abierta la puerta a que estos negocios permanezcan abiertos durante el resto de la pandemia.

Tal y como fija el TSJPV, la apertura se debe hacer con las restricciones fijadas por el propio Ejecutivo en su decreto del 10 de diciembre, una vez se consiguió contener la segunda ola. Estas condiciones implican, según el auto, «importantes medidas de corrección de la actividad que permiten minimizar los riesgos de su desarrollo para la salud pública». Se trata de la reducción del aforo interior al 50% con la prohibición de consumir de pie o en la barra. En las terrazas la separación de metro y medio entre clientes de diferentes mesas. El horario de apertura al público será de 6 a 20 horas, aunque en el caso de la comida para llevar podrá recogerse hasta las 9 y repartirse a domicilio hasta las 10 de la noche.

El Tribunal considera que aquellas limitaciones fueron eficaces en diciembre «al no aparecer en dicho mes subida de contagios con la hostelería abierta en estas condiciones». Por ello las considera también válidas en el momento actual.

La decisión judicial, en la que se recoge «el grave quebranto económico» que sufre este sector, llega en un momento de gran fragilidad con alta incidencia del virus. La curva de contagios ha comenzado a doblegarse poco a poco desde la pasada semana, pero Euskadi aún presenta un «alarmante» nivel de transmisión comunitaria, como destacó Bingen Zupiria, portavoz del Ejecutivo. La incidencia acumulada actual es de 607 puntos. El 12 de diciembre, cuando Lakua permitió reabrir la hostelería en las localidades que no estuviesen en rojo, esta tasa estaba en 314, casi la mitad.

A esto se suma que los hospitales atraviesan los momentos de mayor presión de esta tercera ola y que cualquier alteración al alza en los niveles de contagio se traducirá en un mayor volumen de ingresos. Solo en Bizkaia 40 localidades siguen marcadas en rojo por Osakidetza. Entre ellas Bilbao, que permanece en el máximo nivel de alerta desde el 19 de enero. Y aunque en todas ellas pueden reabrir desde ayer los bares, se mantienen otras medidas como el confinamiento municipal en toda Euskadi o la prohibición del deporte escolar en las localidades con más de 500 casos.

En el Gobierno vasco «no entienden» ni el sentido del fallo del TSJPV ni su contenido. Zupiria mostró el enfado que ha causado un dictamen que el Ejecutivo estudia recurrir. El portavoz dejó entrever que en la reunión del LABI del viernes se adoptarán medidas para contrarrestar el efecto que pueda tener la apertura de los bares en la circulación del virus. Otras regiones ya lo han hecho. En España cuatro comunidades mantienen el cierre total de la hostelería y otras seis solo permiten el consumo en las terrazas. En este segundo grupo hay dos territorios vecinos como Cantabria y Navarra. El resto de autonomías mantienen diferentes limitaciones de horario. En Cataluña solo pueden abrir para desayunos y comidas.