Euskadi se acerca al millar de casos diarios y la presión asistencial en UCI se incrementa con 36 pacientes

El avance imparable de la pandemia empieza a poner en jaque a los hospitales. Sin embargo, en las últimas horas ha descendido la ocupación en planta. El informe reporta un total de 179 vascos que han precisado tratamiento clínico para curarse de la enfermedad, 11 menos que el día anterior. Pero las alarmas están pulsadas. En una entrevista en Radio Popular, Sagardui ha asegurado que el incremento de los contagios supone un «aumento del riesgo de ocupación de camas hospitalarias y de UCI».

Y también de fallecimientos. La consejera se ha mostrado tajante con el objetivo de dar un toque de atención a la ciudadanía en estos momentos en los que el virus vuelve a encontrarse fuera de control, tanto para cumplir con las medidas preventivas como para vacunarse si es que forman parte del 10% que en el País Vasco todavía no ha iniciado la pauta. «Detrás de cada positivo hay riesgo de acabar con una vida», ha afirmado.

En las unidades de cuidados intensivos la presión asistencial se ha incrementado de manera significativa tras unas semanas con unos niveles estables. Hasta ayer, un total de 37 vascos en estado muy grave por culpa del virus reciben cuidados invasivos para tratar de superar la batalla. La llegada continuada de los enfermos de coronoravirus a las áreas de críticos y la previsión de que esta cifra pueda ir en aumento en las próximas semanas ha llevado a Osakidetza a decretar el escenario dos de los cinco previstos en el plan de estas unidades y pedir a los seis principales hospitales vascos (Cruces, el HUA, Donostia, Basurto, Galdakao y Urduliz) aumentar plazas.

La consejera ha reconocido que, matemáticamente, los hospitales vascos pueden alcanzar las 50 camas ocupadas por enfermos covid, el límite fijado por el Gobierno vasco para reactivar la emergencia sanitaria, el paraguas legal que permite decretar medidas en la hostelería y en otros ámbitos, es decir, limitar la vida social de los vascos para contener los contagios. Sin embargo, ha asegurado que la recuperación de esta herramienta, y por tanto, de las restricciones, también dependen de otros parámetros, como el nivel de ocupación en planta, que en la última semana se ha disparado un 47%, a falta de los datos que este jueves difunda el parte oficial de Osakidetza. «Podríamos llegar, pero también a una ocupación muy elevada de camas hospitalarias. No se trata de ver un único indicador», ha explicado.

Con todo, la presión asistencial a día de hoy en las unidades de intensivos ya arroja «números importantes». Sagardui ha asegurado que el Servicio Vasco de Salud puede «quintuplicar» sus capacidades, «pero no queremos llegar a eso», ya que supondría tener que suspender operaciones quirúrgicas y pruebas no urgentes, como ya ha ocurrido en otras fases de la epidemia. Medidas necesarias para priorizar recursos pero que después provocan un cuello de botella en la sanidad que también repercute en la actividad ordinaria.

Por provincias, Gipuzkoa se mantiene como la más golpeada con una incidencia acumulada que alcanza los 648 puntos. Por su parte, Bizkaia con 229 casos, es el territorio menos castigado, ya que en Álava la progresión del virus se ha mostrado más veloz en la última semana. De este modo, la provincia más meridional se sitúa por delante de Bizkaia con 253 casos. La parte positiva es que el RO, el índice que mide la velocidad de transmisión, ha disminuido con respecto a hace una semana. El informe oficial notifica un 1,29 de media general. Es decir, una cifra todavía preocupante, ya que superar el umbral del 1 significa que la epidemia se expande, por lo que la previsión es que en las próximas semanas es que los casos de covid continúen al alza. Otro parámetro que indica que el virus sigue fuera de control es la tasa de positividad. Se encuentra disparada. Por ejemplo, el pasado lunes ascendió al 9,2%, la cifra más elevada de esta oleada.

Ante este escenario, la titular del área ha insistido en el uso de la mascarilla en la calle, una de las peticiones realizadas ayer al Consejo Interterritorial de Salud. A su juicio, es «la medida más efectiva» para hacer frente al virus y ha recordado que en la vía publica de grandes poblaciones no es posible mantener las distancias. «Conocemos como son las calles de Bilbao o de cualquier otra ciudad. ¿Podemos garantizar la distancia? No. Pues tenemos que usar la mascarilla. Usen la mascarilla, por favor», ha suplicado.

El Departamento de Salud también solicitó ayer al Ministerio y las comunidades un «criterio común» para imponer normas como la exigencia del pasaporte covid en otros ámbitos diferentes al del turismo. Dada la negativa del Gobierno central, el Ejecutivo vasco cambió de postura en solo 24 horas y decidió, contra todo pronóstico, recurrir al Tribunal Supremo el fallo judicial del TJSPV, que el lunes no autorizó la implantación de esta medida en el territorio.

«Las comunidades no tienen herramientas jurídicas suficientes para poder adoptar medidas, sea de la índole que sea, para garantizar que se pongan en marcha de manera inmediata y con garantías jurídicas», ha criticado. Cuestionada por si en el texto del recurso, además de discotecas, restaurantes y conciertos, se ha extendido el uso de de este certificado a las competiciones deportivas, Sagardui ha indicado que «en un partido de fútbol o baloncesto ya tenemos medidas. No se puede comer ni beber y hay que usar la mascarilla, tanto en interiores como en exteriores».

Con respecto a la campaña de vacunación, las autoridades políticas esperan como agua de mayo que la EMA, la Agencia Europea del Medicamento, dé luz verde a la inmunización de los menores de 12 años, la franja de edad más afectada en esta nueva onda epidémica por ser, precisamente, el único grupo poblacional sin inocular. Hoy o mañana se espera que el organismo europeo se pronuncie a favor de la vacuna pediátrica, en concreto, del preparado de Pfizer/BioNTech. La máxima responsable sanitaria vasca ha apuntado que «en diciembre esperamos tener las primeras dosis», pero no ha afinado más los plazos. «No sabemos ni en qué momento de diciembre ni cuantas dosis», ha precisado a la vez que ha insistido en que la «eficacia de la vacunación es indudable».

«Siempre hemos dicho que no es infalible. Hay personas que desarrollan menos inmunidad por las características de su organismo y puede haber un escape», ha argumentado. Sin embargo, ha recordado que los actuales sueros anticovid comercializados en Europa son efectivos contra todas las cepas circulantes y que las personas no vacunadas tienen un riesgo cinco veces mayor de hospitalización.

En este sentido, cuando Osakidetza comience con la inoculación de terceras dosis en los sexagenarios y en el personal sanitario y de residencias, se intentará repescar a las personas que en la primera ronda rehusaron protegerse. «A los que no tomaron la primera dosis, se les va a insistir para que empiecen con la primera, con la segunda y con la tercera», ha anunciado. Cuestionada por si considera necesaria la vacunación obligatoria a toda la población en Euskadi, Sagardui ha descartado una medida tan contundente por las altas coberturas en la comunidad. El índice de rechazo no es comparable al de otros países europeos. «En Europa no es del 10%. Allí es mucho más».