«Es un error no mantener la distancia en bares concurridos»

- ¿Preocupa el foco de Ordizia?

- La situación es preocupante porque en muy poco tiempo ha habido un incremento de casos, lo que nos confirma que el virus sigue entre nosotros y que no tenemos que bajar la guardia. Este ha sido un foco que parece que se ha iniciado en una zona concurrida de bares y muchas veces cuando vamos a estos lugares no mantenemos la distancia entre personas, y es un error. El uso de mascarillas también es fundamental, al igual que una constante higiene de manos.

- En junio se detectó un brote hospitalario en Basurto y Txagorritxu; semanas después, en Orio y Aia. ¿Por qué han saltado las alarmas en Ordizia?

- Porque el brote se puede desmadrar mucho más. Por eso la importancia de detectarlo cuanto antes y la importancia de que esas personas se queden en sus casas. En el caso del brote familiar, el entorno es mucho más cerrado. En una transmisión comunitaria, como podría ser el caso de Ordizia, el virus se expande entre personas que no tienen ningún vínculo entre ellas y a lo largo de una zona mucho más amplia. Es mucho más difícil de detectar y controlar.

- Tan importante es la realización de test como el seguimiento de los casos...

- Por supuesto. Probablemente está yendo más gente del pueblo a hacerse las pruebas que las que estuvieron en esa zona de bares por si acaso y me parece bien, tienen su miedo, pero tan importante como la detección es realizar una vigilancia exhaustiva de esos contactos relacionados con los positivos. De ello depende que un brote se descontrole o no.

- ¿Que la gente se junte en fiestas, bares, reuniones familiares... preocupa mucho más que si se junta en la playa?

- Está claro que en los espacios cerrados la transmisión del virus es mucho más fácil que en espacios abiertos, pero si aquí la distancia entre personas no se garantiza, como ha podido ocurrir en Irún o en la final del Baskonia y ahora en Ordizia, también puede haber transmisión y hay un riesgo igualmente.

- ¿Qué piensa cuando ve esas imágenes?

- Se me pasa por la cabeza que olvidamos muy pronto todo lo que pasó en marzo, abril, mayo… La gente ha perdido el miedo al virus sobre todo los más jóvenes. Van sin mascarilla, sin mantener las distancias. Todos somos responsables de que esto funcione. El virus sigue ahí y si ahora no hay casos graves, no es tanto por el virus sino porque se está haciendo una detección muy temprana de los casos y se les está continuamente controlando. Espero que un brote como el de Ordizia nos haga pensar que el virus sigue ahí.

- ¿Hay establecido un límite de casos para decretar el confinamiento?

- No. Suele depender de los casos que haya y del ritmo de contagio. En el caso de Ordizia, habrá que ver el número de personas infectadas, qué tipo de relación tienen entre ellas, si son personas del pueblo... Pero el riesgo de un confinamiento parcial existe.

- Los contagios diarios se triplican en Euskadi en el arranque de julio. ¿Una crisis anunciada?

- Estaba claro que iba a ocurrir en cuanto nos dieran rienda suelta y saliéramos a la calle. Si ha habido menos casos en confinamiento ha sido porque hemos estado confinados, no porque estemos en verano. Estamos en una situación pandémica y el calor no influye. En India, Brasil... donde la temperatura es muy alta, hay miles de positivos.

- ¿Qué es lo más preocupa a los epidemiólogos del coronavirus?

- El hecho de si vamos a ser capaces de controlar todos los brotes, porque todo eso supone hacer miles y miles de test continuamente. También preocupa cómo va a evolucionar el virus cuando aparezcan otras infecciones respiratorias típicas del otoño y del invierno, como la gripe o la bronquiolitis.