El electroshock me salvó la vida
Tres pacientes salvados por los tratamientos psiquiátricos más controvertidos relatan su lucha contra los demonios de la mente y cómo acabaron por dominarlos
En algún lugar de Andalucía, que podría ser cualquiera de España... La historia de Francisco Martínez recuerda en cierta medida a la del personaje que ... interpretó Jack Nicholson en 'Alguien voló sobre el nido del cuco'. Ahogado por el peor de los dolores, que es el del alma, el hombre fingió un intento de suicidio con el objetivo de que le sometieran al tratamiento psiquiátrico con peor fama de todos: el electroshock. Estaba convencido de que sólo con descargas eléctricas podría desalojar a los infames demonios que se habían apoderado de su cerebro. Los más sádicos, los de la depresión.
«No era yo, no me reconocía. Tenía que hacer algo para salir del pozo en el que me encontraba...» Hoy cuenta «con orgullo» su historia para EL CORREO con el fin «romper de una vez por todas» los mitos que aún rodean a una terapia que «nada tiene que ver» con lo que el cine ha dejado en nuestra memoria colectiva. 'Frankenstein', 'La naranja mecánica' y tantos otros títulos «están ya a años luz» de lo que es hoy la terapia electroconvulsiva, que es su nombre real.
Gran parte del estigma que le precede se fundamenta en aquellos tratamientos originales, vigentes hasta hace sólo unas décadas, cuando a los pacientes se les administraban altas cargas de electricidad, despiertos, sin anestesia ni seguridad de ningún tipo. Las descargas les provocaban pérdidas irreversibles de memoria, fracturas de huesos... El electrochoque comenzó a utilizarse en la primera mitad del siglo XX, cuando no existía fármaco psiquiátrico alguno, según recuerda el reconocido psiquiatra sevillano Alvaro Moleón, que ha tratado a todos los pacientes que aportan su testimonio en este reportaje.
Nada que ver con lo que fue...
El procedimiento, indicado entonces para la melancolía y las psicosis graves, fue diseñado por dos especialistas italianos, el neurólogo Ugo Cerlettti y el psiquiatra Lucio Bini. Consistía en provocar una crisis convulsiva (de ahí su nombre) haciendo pasar por las sienes del paciente una corriente eléctrica de más de 100 voltios durante breves segundos. La mitad de los afectados experimentaba grandes mejorías, pero el resto sufría graves daños cerebrales permanentes... Todo aquello nada tiene que ver con la práctica clínica actual.
El electroshock es hoy un tratamiento que se reserva para poquísimos casos, «muy puntuales». Los médicos suelen llamarlos «rebeldes» porque no responden a terapia alguna y son causa de un profundo dolor emocional. Desasosegante. Las condiciones en que se lleva a cabo están a años luz de lo que fueron. El paciente, hoy perfectamente monitorizado, con sus constantes vitales vigiladas y anestesiado, recibe una dosis mínima de electricidad. Es la justa para lograr la reactivación cerebral que se busca, adaptada siempre a las necesidades de cada paciente.
Indicaciones clínicas electrochoque:
-
Depresiones severas No responden a ningún fármaco y generan un profundo dolor emocional. Especialmente cuando se da desconexión de la realidad (psicosis). Conllevan riesgo de suicidio. Son el 80% de los casos en que se aplica la técnica.
-
Manías graves Euforia intensa, agitación o hiperactividad ligada a trastorno bipolar.
-
Catatonía Trastorno de falta de movimiento, movimientos extraños y/o pobreza del habla. Se asocia a esquizofrenia.
-
Embarazadas, con terapias cuya suspensión temporal entraña riesgo grave
-
Efectos secundarios: Confusión en un primer momento y naúseas, dolor de vabeza o mandibular en los días posteriores. Posibles fallos puntuales de memoria, sobre cuestiones ocurridas justo antes del tratamiento.
Lo sabe Francisco Martínez (Huelva, 55 años), un tipo duro, que no perdona un día sin hacer deporte. Fuerte, luchador, es el líder que siempre anima al equipo y se crece con la adversidad. Licenciado en Derecho, llegó a dirigir su propia academia de policía y también un equipo de la Policía Científica de Huelva. Cuando le diagnosticaron una prostatitis, la noticia nubló su mente.
«Me sentía como un despojo humano»
Tanto sospechó que en realidad padecía un cáncer y se lo estaban ocultando que cayó sumido en una profunda depresión. «Perdí las ganas de vivir, contestaba mal a las personas que más quería. Sentía un miedo terrorífico por todo y me veía acobardado, como un auténtico despojo humano, sin interés por nada». Después de «20.000 pruebas» y probar incluso terapias placebo para ver si remontaba, decidió por sí mismo que sólo podía salvarle el electroshock.
Indicaciones estimulación magnética transcraneal
-
Casos de depresión sin respuesta farmacológica.
-
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
-
Migrañas resistentes a toda medicación
-
Efectos secundarios Leves y moderados, aunque mejoran poco. Dolor de cabeza, molestias en el cuero cabelludo, hormigueo, aturdimiento. Los graves son poco frecuentes: convulsiones, subidones emocionales, pérdida auditiva si los oídos no se protegen bien.
Había oído que el equipo de Moleón era una referencia en España en terapias avanzadas en psiquiatría, pero sólo podría acceder a ellas con una derivación de sus médicos o intentando un suicidio. No se lo pensó dos veces. «Cogí un cuchillo delante de mis hijos –uno de ellos mide dos metros– y simulé que me mataba. No tenía ninguna intención de hacerlo». La terapia electroconvulsiva le permitió superar la depresión. Hoy hace una vida normal, y sigue en su puesto de inspector de la Policía Local de Huelva. «La depresión no es un delito y nadie está libre de ella. Hay que decirlo con la cabeza muy alta: 'He salido'. Si tuviera que hacer lo mismo por superarla, no lo dude: lo haría».
«Cada vez el electroshock se usa menos, pero no desaparecerá; a los pacientes les cambia la vida a mejor»
Álvaro Moleón
Psiquiatra
«En cuanto me alejaba un poco del portal volvía corriendo a casa para comprobar que todo estaba bien. Acabe por no salir de la cama»
Rosario Ordoño
Paciente de Cádiz, psicosis con TOC, gran mejoría con estimulación magnética
Rosario Ordoño y Carlos Pérez se sometieron a estimulación magnética transcraneal, una terapia similar, bastante menos invasiva. Consiste en la colocación de una bobina electromagnética sobre el cuero cabelludo, que emite pulsos magnéticos capaces de activar las células nerviosas de zonas concretas del cerebro. No requiere cirugía ni cortes en la piel y, como su 'hermano mayor' se reserva para casos muy graves.
Como el de Rosario, una gaditana de Puerto Serrano, puerta de entrada a los famosos Pueblos Blancos, afectada por una psicosis con trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Un día, quién sabe cuándo, se sintió perdida. Dejó de comer, de salir, de hacer nada en casa y se metió en la cama... Ángel Nieto, su marido, intentaba animarla y sacarla a la calle, pero todo esfuerzo resultaba inútil. En cuanto se alejaban un poco del portal, ella regresaba corriendo a casa para comprobar, una y otra vez, que todo estaba en orden. Las puertas, la luz, el gas...
«Llévame a los toros»
Le temblaban las piernas incesantemente y cantaba sin fin las mismas canciones, todas de corrido. El tratamiento, en su caso, comenzó en septiembre del año pasado y se prolongó varias semanas. A día de hoy, ha reducido notablemente su terapia psicofarmacológica y lleva una vida normal. «Esta tarde me pongo guapa, vamos a los toros. A mí sólo me gusta cuando les indultan, pero ya solo tengo ganas de vivir», confiesa.
«La depresión no es un delito y nadie está libre de ella; hay que reconocerla con la cabeza muy alta; la he sufrido y la he superado»
Francisco Martínez
Paciente de Huelva, 55 años. Depresión mayor superada con electroshock
La misma terapia liberó a Carlos Pérez (Sevilla, 49 años) de la depresión. El acoso laboral sufrido desató la primera crisis y las siguientes llegaron después. «La depresión es horrorosa, lo peor que te puede pasar. Tan cruel, silenciosa, se apodera de ti como un monstruo que te domina desde el interior y no puedes hacer nada por sacártelo». Familia, amigos, médicos especialistas, nadie podía ayudarle y en varias ocasiones se planteó quitarse la vida.
«Cruel, silenciosa, la depresión se apodera de ti como un monstruo que te domina desde el interior y no puedes hacer nada para liberarte de él»
Carlos Pérez
Paciente con depresión mayor, Sevilla, 49 años, gran mejoría con estimulación magnética
«Llegó un momento en que todos los días eran malos. Estuve año y medio completamente hundido». Como en el caso de Rosario, la estimulación magnética fue para él «como un milagro. Soy creyente –confiesa– y sé que he vivido en el infierno». El tratamiento le ha permitido reducir la medicación y vivir en paz. «Me he recuperado totalmente. Por favor, cuénteselo a sus lectores: de esto se sale».
Una terapia «efectiva» que se aplica en condiciones «de alta seguridad»
«Tiene todo el sentido del mundo seguir utilizando la terapia electrocompulsiva», defiende el psiquiatra sevillano Álvaro Moleón. «Hay pacientes a los que no podemos ofrecer otra alternativa, porque para ellos ésta es la última. Éste –sostiene– es un procedimiento seguro, eficaz y que se aplica en condiciones de alta seguridad», defiende el especialista, directivo de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica y distinguido durante tres años consecutivos como el mejor de su especialidad en los premios 'Doctoralia', que reconocen al sector privado.
El electrochoque, para los casos en que está definido, cuenta con el apoyo en España de más del 90% de los profesionales de la Psiquiatría. Sólo Asturias y parcialmente Andalucía rechazan su uso, más por razones ideológicas que científicas, según ha detallado la Sociedad Vasco Navarra de la especialidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión