El coordinador del Covid en Euskadi ve «cortas» las restricciones desde un punto de vista sanitario

Cada vez son más las voces que alertan de la gravedad de la evolución de la pandemia en Euskadi. El repunte del virus preocupa. Y mucho. Si este pasado lunes era el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, el que subía el nivel de alerta y exigía a los ciudadanos que evitaran incluso las reuniones familiares, este miércoles Ignacio Garitano, el coordinador del Plan de Vigilancia y Control de la Pandemia de Covid-19, ha afirmado que las «medidas restrictivas son cortas» en el País Vasco desde el punto de vista sanitario.

En las últimas tres semanas el goteo de nuevos contagios ha sido incesante. Tras la reactivación del virus a mediados de julio, los jóvenes concentraban el grueso de los positivos. Tres de cada cuatro eran asintomáticos. Es decir, muchos ni siquiera habrán llegado a desarrollar la enfermedad, de ahí que la presión hospitalaria se mantuviera baja. Pero el panorama ha cambiado y el endurecimiento de las medidas para aplacar la expansión del Covid en la CAV comienza a postularse como una posibilidad cada vez más real. De hecho, la implantación de un toque de queda está sobre la mesa del Gobierno vasco, tal y como señaló el lehendakari en una carta en redes sociales. En declaraciones a Onda Cero, Garitano considera que es «cuestión de tiempo» llegar a «lo mismo que se ha visto antes» con «cuadros cada vez más graves» y «lógicamente, la punta del iceberg, fallecimientos».

Y es que el sector más joven de la población convive con padres y abuelos. Y ellos también se han infectado. De ahí que en las últimas tres semanas el número de hospitalizaciones se haya triplicado, alcanzando, según los datos remitidos por el Departamento Vasco de Salud, un total de 118 ingresados, 110 en planta y 8 en la UCI. En la tercera semana de julio había una veintena. Son números que nada tienen que ver con los de los meses más convulsos de la pandemia, pero el médico alavés ha alertado, al igual que hizo la consejera Nekane Murga la semana pasada, de que «estamos absolutamente inmersos en la segunda ola» y «es verano». Los rebrotes se esperaban, eso sí. «Porque es la historia natural de esta enfermedad». Sobre las causas, el coordinador del Plan de Vigilancia y Control de la Pandemia de Covid19 en la CAV ha explicado que la situación depende del ámbito geográfico en el que se esté hablando, pero, en general, es «una mezcla de todos» y cree que «todo el mundo no ha hecho bien los deberes» y «la preparación para la segunda ola es bastante desigual» por provincias.

La responsabilidad de la ciudadanía tras la apertura de la movilidad lleva semanas en el punto de mira. ¿Somos todos conscientes de la gravedad de la situación? El médico alavés ha manifestado que la ciudadanía ha intentado hacer una «vida tan normal como si no existiera la enfermedad» y eso es «un error garrafal» y cree que hay acostumbrarse «a vivir de otra manera hasta que el panorama cambie». Pero las advertencias de los profesionales sanitarios chocan con los intereses económicos de actividades como la hostelería y de ello los médicos también son conscientes. «Lo que pasa es que no vivimos solos los médicos en la sociedad, hay muchos sectores que también tienen que tener su asueto económico y esto es una lucha de intereses», ha añadido.

Tras indicar que comparte las medidas que se han adoptado, ha manifestado que un médico «no puede llevar un país», que solo es «un técnico que asesora». «La salud es una de las cosas más importantes, si no la más, pero también el sustento económico es importantísimo», ha agregado. En este sentido, el facultativo ha apuntado que se puede llevar una «vida muy placentera veraniega en una terraza tomando algo», sin tener que «meterse en situaciones de riesgo ni arriesgar la vida de los demás».

Por el momento, no hay «ninguna evidencia» de que el Covid se haya atenuado o ataque con menos fuerza. De hecho, Garitano considera que «todo apunta a que se quedará con nosotros». Con «mucha prudencia», ha señalado que «es posible que se quede como un catarro de invierno, como algo estacional», pero imagina que «algunas vacunas funcionarán». El otoño preocupa sobremanera por la confluencia del coronavirus con la gripe estacional, aunque «nadie tiene ni idea de lo que va a suceder «porque es una enfermedad nueva y no se sabe cómo va a interactuar con la gripe«, ha admitido, a la vez que ha asegurado que el sistema de salud vasco es «fuerte». «Se ha sabido adaptar de una manera camaleónica y rapidísima».

A su juicio, existe el riesgo a las «secuelas psicológicas y físicas» entre el personal sanitario: «Todo el mundo está bastante cansado y curiosamente no a todo el mundo le ha dado tiempo a cogerse vacaciones. Nos ha llegado una segunda ola en un momento en el que la mitad de la plantilla está trabajando y sigue muy cansada, eso va a ser el reto».