Cinco razones para inmunizar a los críos

Con ese nombre (también inmunidad de rebaño) se conoce en epidemiología al porcentaje de población que se precisa proteger para impedir la circulación de un virus. Cuanto más contagioso es el microbio que se combate, más alta es la inmunidad de grupo necesaria. De ahí que originalmente se fijara el objetivo de alcanzar el 80% de la población inmunizada y ahora se hable del 90% o 91%.

En el documento, los pediatras no dudan en reconocer de entrada que «la principal prioridad» para controlar la pandemia «debe seguir siendo incrementar la tasa de vacunación general. «En el caso de la vacunación en edad pediátrica, teniendo en cuenta que se dispone de una vacuna segura y eficaz», el Consejo Asesor de Vacunas de la AEP la recomienda por cinco razones.

La primera de ellas se refiere al «derecho del niño a su protección individual» frente a la enfermedad, que «aunque en general en estas edades es leve, puede complicarse», reconoce el documento. «La enfermedad es leve en ellos, pero los riesgos no son cero», reflexiona la infectóloga y pediatra Elisa Garrote Llanos. «¿Por qué vamos a correrlos si tenemos un producto seguro y eficaz?», se pregunta. «Entre otras razones -se responde- porque necesitamos normalizar su vida escolar, que sigue sujeta a restricciones; y fomentar con ello su bienestar psicoemocional».

A ello se refieren los pediatras cuando en el segundo punto de su documento de consenso hablan del objetivo de «conseguir y mantener espacios educativos seguros». Junto al objetivo de alcanzar la inmunidad de grupo, la asociación profesional considera que la vacunación de los chavales permitirá disminuir la circulación del SARS-Cov-2 y la aparición de nuevas variantes.

El último argumento se refiere a la necesidad de «no privar» a la población infantil de los beneficios de la vacunación, «que ya gozan los mayores de doce años». «Si vacunamos a los niños -añade Garrote Llanos- se podrían liberalizar las medidas de prevención que tenemos en los centros escolares y permitirles que recuperen su vida social, que es imprescindible para su bien desarrollo emocional».