La cepa agresiva de la viruela del mono se ceba en los niños, que suponen un 70% de los contagios
La mortalidad de la enfermedad en África se multiplica por cuatro en los menores
Los menores de quince años están siendo las principales víctimas de la variante de la viruela del mono que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a decretar una emergencia internacional. Según datos de la propia organización y de Save the Children, un 70% de los contagiados en el Congo -epicentro de la enfermedad- tiene menos de quince años. De los casi 500 muertos, alrededor de 300 son jóvenes.
Los datos reunidos por los expertos internacionales que trabajan en África revelan que la nueva cepa -el clado 1b, en lenguaje técnico- no solo es más peligrosa que la detectada en 2022 y que se extendió con relativa rapidez por el mundo. Esta nueva variante se propaga de forma diferente, no solo a través de relaciones sexuales como sucedió hace dos años. El clado sigue necesitando el contacto físico cercano con la piel, las pústulas de la viruela o los fluidos corporales, pero el virus puede propagarse también por «contacto aéreo e incluso a través de superficies y objetos contaminados, como ropa de cama, prendas de vestir y utensilios de cocina».
Juegos y aulas infantiles
Al lanzar su alerta sobre este contagio infantil, Save the Children ha destacado que los niños tienen «cuatro veces más posibilidades de morir que los adultos» si contraen la viruela del mono, o mpox. En este sentido, la tasa de mortalidad en adultos es del 2,4%, mientras que en los menores es del 8,6%.
Para la organización de protección de la infancia, una de las causas de esta peligrosidad es que el sistema inmunitario de los adolescentes es más débil. En declaraciones a EL CORREO, el catedrático de microbiología de la Universidad de Navarra Ignacio López-Goñi ya señaló que uno de los factores de este tipo de contagios es que la viruela común, al considerarse erradicada, no forma parte de las agendas de vacunación. Por ello, los jóvenes están menos protegidos ante esta enfermedad. Pero Save the Children también destaca que los juegos infantiles, en muchas ocasiones basados en el contacto corporal, favorecen la transmisión de la mpox. También el hecho de compartir espacios en las aulas hace que sea más fácil que contraigan el virus.
Contagios en bebés
Save the Children señala una causa más. Según los expertos de la ONG, «la gran similitud de algunos de los signos y síntomas de la viruela del mono con otras enfermedades infantiles como la sarna y la varicela, lleva a un reconocimiento y tratamiento tardíos que retrasan el diagnóstico y posterior tratamiento». Este dato es especialmente peligroso, ya que «en casos graves, la mpox puede provocar sepsis, una reacción potencialmente mortal a la infección que requiere atención médica especializada inmediata». La organización añade que «algunos niños también presentan problemas respiratorios y dificultad para tragar, y corren un mayor riesgo de contraer infecciones bacterianas secundarias».
Antes de que se decretase la emergencia internacional, Save the Children ya había alertado de una circunstancia nueva que se estaba produciendo con esta infección. En los hospitales del Congo, saturados y con un hacinamiento letal, la viruela del mono se estaba extendiendo entre los recién nacidos. Uno de los factores de contagio era en este caso que las madres y los bebés estaban obligadas a compartir habitaciones con infectados por el virus.