Una unidad especial de inspección y reconocimiento biométrico para la RGI
La modernización permitirá redistribuir los recursos y crear un grupo específico dedicado a evitar el fraude
La nueva ley reforzará la lucha contra el fraude en la concesión de la RGI. La redistribución de los recursos humanos, fruto de la modernización y digitalización de Lanbide, permitirá crear una unidad específica de inspección, formada por funcionarios que verificarán el cumplimiento de los requisitos y el buen uso de la prestación. En la actualidad, esa función recae en los propios trabajadores del Servicio Vasco de Empleo, que se encargan de todo el proceso burocrático. El Departamento de Trabajo y Empleo quiere poner orden en la estructura de personal para facilitar la gestión de las ayudas tanto en el ámbito de la concesión como en el de la vigilancia, con una inspección, avanzan, más «rigurosa y estricta».
Esa fiscalización no pasará por alto los errores de identificación que derivan en que, algunas personas, se hagan pasar por otras y cobren varias ayudas de forma paralela. Lo prioritario será acreditar la identidad a través de «medios físicos», como un DNI, y los certificados electrónicos. Pero el anteproyecto de ley deja abierta la puerta a emplear sistemas biométricos, como la huella dactilar, el reconocimiento facial... Su uso será «siempre alternativo», recoge el documento, cuando no sea posible verificar la identidad de la persona a través de documentos oficiales.
Esta incorporación de nuevos métodos de reconocimiento, además de servir de freno al fraude, tienen una doble función, como facilitar que personas que vienen del extranjero y que carecen de documentación puedan acceder a las prestaciones.