Reuniones secretas, ordenadores abiertos y exámenes a la vista, así se filtraron las pruebas
'Caso Osakidetza' ·
Un veterano cardiólogo, miembro del tribunal de las OPE, declara a la jueza que las irregularidades para asignar plazas de especialistas se remontan a 1978Terry Basterra
Jueves, 30 de mayo 2019, 00:11
Reuniones en pisos particulares y hoteles, preguntas enviadas por correo electrónico o dejadas encima de la mesa de un despacho, a la vista en la ... pantalla del ordenador, para que los médicos de confianza conociesen una parte o la totalidad de la prueba. Estos son, según ha podido saber EL CORREO, algunos de los 'modus operandi' utilizados de manera más habitual en las oposiciones de Osakidetza para hacer llegar los exámenes a unos candidatos concretos. Lo eran en convocatorias anteriores y también lo han sido en la última OPE, la investigada por el Juzgado de Instrucción Número 2 de Vitoria. Ante la jueza Yolanda Varona, el cardiólogo Ángel Antonio de Loma Osorio aseguró ayer que este sistema de filtraciones para asignar plazas a médicos de confianza se remonta, al menos, a 1978.
De Loma Osorio es jefe de la Unidad de Cardiopatías Agudas en el hospital de Álava desde 2011. Profesional veterano, formaba parte del tribunal examinador de la OPE objeto de polémica y el IVAP le encargó redactar el primero de los exámenes de la convocatoria de Cardiología. Antes de celebrarse, ya trasladó al presidente del tribunal su convencimiento de que habría filtraciones y sospechaba de otros miembros del propio comité examinador, a quienes no puso ayer nombres y apellidos delante de la magistrada.
Ayer declaró en calidad de testigo. Y ratificó lo que ya manifestó a la Fiscalía: esencialmente, que había solicitado por correo electrónico al presidente del tribunal que fuera el IVAP el encargado de preparar el segundo examen de la OPE ante su temor a que otros miembros del jurado facilitasen parte de la prueba a unos opositores concretos. El 27 de abril de 2018, semanas antes de los exámenes, envió un nuevo correo ratificando sus sospechas. No se equivocó. 22 candidatos sacaron una nota excelente en la prueba práctica, varios de ellos compañeros de trabajo de miembros del tribunal. Aquellos resultados fueron validados con el voto en contra de Loma Osorio y de la también cardióloga Izaskun Obieta, otra testigo citada ayer.
La Fiscalía aprecia indicios de un delito de revelación de secreto en once especialidades médicas de la veintena denunciada por los sindicatos. Una de ellas es Urología. Según ha podido saber este diario, un testigo afirma que varios opositores se reunieron con Javier Extramiana Cameno, jefe de servicio sanitario de OSI Araba, vocal del tribunal y el encargado de preparar el primer ejercicio de la especialidad. Los médicos que acudieron a esa cita eran profesionales de su hospital y días después sacaron las mejores notas. El testigo sitúa el día, la hora y el lugar -la vivienda de Extramiana- de aquella reunión, y ha solicitado declarar en el juzgado.
En Urología varios opositores se reunieron con el redactor del exámen días antes de la prueba
Plástica y Microbiología
También ha decidido dar un paso adelante otro testigo que quiere aportar pruebas de fraude en la convocatoria de Cirugía Plástica, una más de las especialidades investigadas. Esta convocatoria despertó sospechas desde un inicio puesto que la nuera del jefe de servicio al que se le encargó redactar el examen optaba a una plaza fija. Según la denuncia de la Fiscalía, esta mujer se «apartó» y no se presentó al segundo examen, aunque otras fuentes sostienen que sí lo hizo aunque su nota nunca se llegó a publicar.
La elección de casos clínicos muy específicos, tratados únicamente en determinados hospitales vascos, para incluirlos como ejemplos en los exámenes parece ser otro mecanismo usado durante años por los médicos que redactan los exámenes para beneficiar a aquellos equipos de especialistas eventuales que los atendieron. Esto último es lo que ocurrió en Pediatría y, supuestamente, en Microbiología, con la excepción de que en la primera se anuló una pregunta que favorecía a un compañero de un examinador, jefe de servicio en el hospital Araba, y se le abrió un expediente.
En la segunda, Osakidetza no actuó pese a que se incluyeron en los test dos casos de sarampión muy concretos, uno de ellos el de un bebé de 20 meses de Durango que carecía de las vacunas para evitar la infección y otro el de un joven de 22 años tratado en el hospital Donostia.
La clave
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11 son las especialidades médicas bajo investigación judicial: Anestesia, Angiología, Aparato Digestivo, Cardiología, Traumatología, Cirugía Plástica, Urología, Medicina Intensiva, Urgencias, Microbiología y Cardiovascular.
Las citaciones
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Hoy. Los tres imputados hasta ahora: César Augusto Valero, jefe de servicio de Anestesiología del Hospital Araba, donde trabajan los opositores con mejores resultados de la especialidad; José Luis Cabriada, jefe de servicio de Digestivo en el hospital de Galdakao -las cuatro mejores notas de la especialidad corresponden a médicos de su centro-; y María Reyes Vega, jefa de Angiología y Cardiología en Basurto, donde desarrollan su labor cuatro de los cinco aprobados del examen teórico de aquella OPE.
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Sin fecha. Tres altos cargos de Osakidetza: el exdirector de Recursos Humanos, Juan Carlos Soto; su subdirector, Xabier Balerdi, y el director de Planificación Sanitaria, Andoni Arcelay. La jueza determinará si hay evidencias para que puedan ser investigados.
María Jesús Múgica protagonizó la declaración más larga
Su presencia en los juzgados era ayer la que más expectación levantaba, pero se encargó de evitar a los medios de comunicación. La exdirectora de Osakidetza María Jesús Múgica acudió a declarar en la causa que investiga las filtraciones en la OPE, pero no entró ni salió por la misma puerta que el resto de personas citadas en calidad de testigo.
La declaración de Múgica ante la magistrada fue la más larga del día. Se prolongó durante hora y cuarto. La exdirectora -que dimitió el pasado noviembre en plena escalada de la polémica por las filtraciones- se mostró nerviosa a su salida de la sala y tan solo manifestó que «es momento de dejar trabajar a la Justicia». Según fuentes jurídicas, se mostró «esquiva» a la hora de responder a determinadas preguntas y subrayó que los expedientes internos concluyeron que no había pruebas de filtraciones.
Un aspecto que le planteó la jueza era referente a la declaración realizada el día anterior por varios miembros del IVAP. Estos aseguraron que, aunque Osakidetza les encargó la realización del examen, la dirección de Recursos Humanos del Servicio de Salud les dio una lista con un nombre concreto para redactar cada una de las pruebas. Múgica detalló que no fue exactamente así, sino que el instituto trasladó unas peticiones concretas con las características que debían reunir los preparadores y propusieron los nombres en base a estas condiciones.
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